Shostakovich en México: embajador de la música por la paz mundial                                                       

Arturo García Gómez / Olga Chkourak

Nota [1]Este artículo fue originalmente escrito en inglés para la revista DSCH Journal, dedicada a la vida y obra de Dmitri Shostakovich, bajo la edición de Alan Mercer que publica en París. Cf. Arturo García Gómez. “Shostakovich in Mexico: November 1959” DSCH … Leer más 

Ilustración 1: Dmitri Shostakovich. Dibujo de G. Inger. Noviembre de 1958. 

En noviembre de 1959, después de una extensa gira por los Estados Unidos de Norteamérica, arribaron por primera vez a México los compositores soviéticos Dmitri Dmitrievich Shostakovich y Dmitri Borisovich Kabalevsky. Su visita, como embajadores de la música por la paz mundial, transcurrió en el marco de la Exposición Rusa de Ciencia, Técnica y Cultura, llevada a cabo en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México del 21 al 28 de noviembre de 1959, e inaugurada por el viceprimer ministro de la Unión Soviética Anastas Ivanovich Mikoyan. 

La idea original de este artículo surgió del testimonio directo de uno de los participantes de esta primera gira de artistas soviéticos a México, encabezada por D. Shostakovich. En 1989, siendo mi esposa y yo alumnos del Conservatorio Rimsky-Korsakov de Leningrado (San Petersburgo), escuchamos el relato de nuestra profesora Sofía Borisovna Vakman sobre su visita a México en noviembre de 1959. [2]Sofía Borisovna Vakman (1911-2000). Pianista acompañante de grandes artistas soviéticos, como: D. Shafran; L. Rostropovich; M. Rostropovich; I. Bezrodny; I. Bogacheva; etc. Fue profesora de varias generaciones de pianistas en el Conservatorio Rimsky-Korsakov de … Leer más 

En su relato, Sofía B. Vakman recordaba especialmente el célebre fresco de Diego Rivera “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, pintado en 1947 sobre un muro del restaurante Versailles del Hotel del Prado, donde ella y sus colegas se había hospedado, y cuya imagen difícilmente pudo olvidar en todos esos años.   [3]Dañado por el terremoto de 1985, el fresco fue restaurado y trasladado en 1987 al Museo Mural Diego Rivera, especialmente creado para albergar esta obra. El mural representa al artista de niño en un paseo por la Alameda Central, acompañado de aproximadamente 150 … Leer más

Ilustración 2: Sofia Barisovna Vakman. Foto (ca.1965). Publicada en Г. А. Серова и Д. Н. Часовитин (Ред.-сост.). Софье Борисовне Вакман – с любовью: Статьи, воспоминания, документы. Санкт-Петербург, 2012.

Sofía B. Vakman arribó a México el jueves 19 de noviembre de 1959, en compañía del director de orquesta Alexander Gauk, el violinista Igor Bezrodny, y el pianista Dmitri Bashkirov. Días después llegaron de los Estados Unidos de Norteamérica los compositores Dmitri Borisovich Kabalevsky y Dmitri Dmitrievich Shostakovich. 

La visita de Shostakovich a Norteamérica transcurrió en un momento álgido de confrontación de la guerra fría entre las dos potencias nucleares, previo a la crisis de los misiles en Cuba. En medio de esta crisis nuclear, la visita de Shostakovich a México como embajador de la música por la paz mundial, representaba más bien el encuentro de dos culturas separadas por la asimetría de su desarrollo histórico. 

Para ese entonces, los artistas en México ya habían abandonado los ideales del nacionalismo posrevolucionario, influenciados por las vanguardias europeas, cuyo principio estético rechazaba el contenido social del arte, siendo una idea diametralmente opuesta al arte soviético. 

Esto se reveló en el tipo de preguntas que los periodistas formularon en la conferencia de prensa ofrecida por la delegación de artistas soviéticos en el Palacio de Bellas Artes. Así mismo, la compleja relación de Shostakovich con el poder en la Unión Soviética, y con occidente, quedó manifiesta en el testimonio de aquellos que asistieron al concierto final de su gira en México, en el que la Orquesta Sinfónica Nacional interpretó su Sinfonía Nº 5 en re menor opus 47. 


Fuentes periodísticas


Por la relevancia política de la visita del viceprimer ministro de la Unión Soviética a México, la prensa mexicana reseñó detalladamente todas las actividades y conciertos de la delegación de artistas soviéticos, cuya figura más significativa era D. Shostakovich. En la primera plana del diario El Universal del 17 de noviembre, se anunciaba:

Mikoyan no es Huésped oficial. (…) De acuerdo con el protocolo, solamente se reciben con honores y en forma especial, a los invitados oficiales del gobierno federal. En el caso concreto del señor Mikoyan, como viene a inaugurar la Exposición Rusa de Ciencia, Técnica y Cultura, sin que haya habido alguna invitación especial del gobierno mexicano, la visita es de carácter extraoficial. En la misma embajada rusa se guarda un absoluto silencio en torno a la llegada del hombre que después de Krushchev es el más alto funcionario en la Unión Soviética. [4]El Universal, (martes 17 de noviembre, 1959), Primera Plana, p. 8.

Ilustración 3: Recorte del diario El Universal, (domingo 22 de noviembre, 1959).

La visita de Anastas Ivanovich Mikoyan estuvo políticamente determinada por la tensión del conflicto nuclear de la guerra fría, que iba en franco ascenso. En un primer y cordial encuentro con el presidente de México, se condenaba el uso de armas nucleares y la necesidad del desarme, como ya lo había pronunciado Adolfo López Mateos en su discurso de la asamblea general de la ONU el 14 de octubre de ese mismo año.  

Al tercer día de su arribo a México, el sábado 21 de noviembre, Anastas Mikoyan inauguraba la Exposición Rusa de Ciencia, Técnica y Cultura en el Auditorio Nacional, destacando la impresionante réplica de la nave espacial “Sputnik”. Un día después, en el diario El Universal del domingo 22, se mencionaba: “En el salón de música recibieron al Jefe de la Nación Mexicana, y a sus acompañantes, con un breve concierto de violín y piano, ejecutado magistralmente por artistas rusos.”  Se trataba del violinista Igor Bezrodny acompañado de la pianista Sofía Vakman. 

Ilustración 4: Violinista Igor Bezrodny acompañado de la pianista Sofía Vakman

Ese mismo día se anunciaba que Shostakovich llegaría a México por la tarde: 

El más grande de los compositores rusos contemporáneos, Dimitri Shostakovitch, llegará hoy a nuestro país en el vuelo 301 de la compañía Eastern Airlines, aproximadamente a las 18 horas. El notable artista tendrá a su cargo la difusión de las actividades musicales en la exposición soviética que fue inaugurada en el Auditorio Nacional. El concierto incluirá la participación de Gauk y Kabalevsky en la dirección de la Orquesta Sinfónica Nacional, además de conciertos del violinista Besrodny  y el pianista Bashkirov. [5]El Universal, (domingo 22 de noviembre, 1959).

El columnista del diario El Universal, Rafael Fraga, mencionaba en la sección de música un “Festival Musical Ruso”, en el que se realizaría un ciclo de conferencias esa misma semana con las figuras más representativas de la vida musical de la Unión Soviética. 

El compositor ruso Dimitri Shostakovitch tendrá a su cargo la dirección artística del Festival Musical Soviético, que realizará el INBA, tanto en el Palacio de Bellas Artes como en el Teatro del Bosque. (…) En el Teatro del Bosque se realizarán dos recitales: uno del violinista Igor Besrodny y otro del pianista Dimitri Bashkirov. El acompañamiento de piano en los conciertos del violinista Besrodny estarán a cargo de Vakman y de Bashkirov. Ambos solistas actuarán también en calidad de solistas en los conciertos de la Sinfónica. En este festival de música soviética tendremos la oportunidad de oír la música de Shostakovitch, bajo la vigilancia del mismo autor, quien asistirá a los conciertos y en los que tendremos la actuación de otros directores y solistas, todos ellos eminentes personalidades artísticas de la URSS. [6]Rafael Fraga. “Festival Soviético” El Universal, (domingo 22 de noviembre, 1959), Sección de música. 

Dmitri Kabalevsky, quien en 1953 había sido nombrado miembro del Comité Soviético en Defensa de la Paz, arribó a México desde New York en compañía de Dmitri Shostakovich, tras una extensa gira de un mes como embajadores de la paz por los Estados Unidos de Norteamérica, visitando Washington, San Francisco, Los Ángeles, Louisville, Philadelphia, Boston, y New York. Shostakovich era evidentemente la joya de la misión cultural, mientras Kabalevsky era en definitiva el embajador de paz de dicha misión. En esta segunda visita a los Estados Unidos (la primera fue en 1949), Shostakovich se dirigió al público norteamericano en una transmisión por radio, con el siguiente discurso:  

¡Queridos radioescuchas! Me siento honrado por haberme concedido la oportunidad de presentarme ante ustedes. Me alegra que ahora escuchen mis composiciones. La relación cultural entre nuestros pueblos debe desarrollarse por todos los medios, y está en nuestro interés común el establecimiento de la paz en todo el mundo. Aprovecho la ocasión para enviar un caluroso saludo a mis colegas compositores norteamericanos. Le deseo al pueblo americano éxito en el trabajo, y felicidad en su vida personal. [7]Д. Шостакович. “Из обращения к американским радиослушателям”, DSCH, The Life and Creative Work of Dmitri Shostakovich, Chronicle, 1959, Online: http://live.shostakovich.ru/chronicle/year-1959

Ilustración 5: De izquierda a derecha: Dmitri Shostakovich; Zinaida Kirienko; y Dmitri Kabalevsky. Recorte del diario El Universal, (lunes 23 de noviembre, 1959).

El domingo 22 de noviembre, en compañía de la actriz Zinaida Kirienko, Kabalevsky y Shostakovich fueron recibidos en el aeropuerto de la ciudad de México por personal del Instituto Nacional de Bellas Artes, encabezados por su director Celestino Gorostiza, el embajador soviético en México Vladimir Ivanovich Bazikin, [8]Durante la Segunda Guerra Mundial, el embajador ruso en México Vladimir Ivanovich Bazykin, había sido el representante de la Asociación de Relaciones Culturales de toda la Unión (VOKS) en Norteamérica, presidida por el compositor Nikolai Miaskovsky, y tres … Leer más y el compositor y director de orquesta Alexander Vasilievich Gauk, quien días previos había arribado a México con el resto de la delegación de artistas soviéticos.

En los diarios se anunciaban los conciertos de un “Festival Musical Ruso”. El miércoles 25 de noviembre, Alexander Gauk dirigiría el primer concierto en el Palacio de Bellas Artes con la Orquesta Sinfónica Nacional, interpretando la Sinfonía Nº 5 de P. I. Tchaikovsky; el Concierto para Piano de Alexander Scriabin, con Dmitri Bashkirov como solista; y el Capricho Italiano también de Tchaikovsky. 

El segundo concierto sería el viernes 27 en la misma sala del Palacio de Bellas Artes, con Dmitri Kabalevsky dirigiendo sus propias obras, y en la segunda parte nuevamente Alexander Gauk dirigiendo la Sinfonía Nº 5 en re menor opus 47 (1937) de Shostakovich. Además, se llevarían a cabo dos recitales en el Auditorio Nacional del Bosque de Chapultepec. El martes 24 un recital del violinista Igor Bezrodny acompañado de la pianista Sofía Vakman, y el jueves 26 el pianista Dmitri Bashkirov.

Ilustración 6: Recorte del diario El Universal, (viernes 27 de noviembre, 1959)
Ilustración 7: Recorte del diario Excelsior, (martes 24 de noviembre, 1959)

La conferencia de prensa


Al medio día del martes 24 de noviembre, después del ensayo de Alexander Gauk con la Orquesta Sinfónica Nacional, se llevó a cabo en el despacho del director del Instituto Nacional de Bellas Artes una rueda de prensa con el grupo de artistas soviéticos, en presencia del jefe de la Sección de Música del INBA Luis Sandi Meneses, el director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional Luis Herrera de la Fuente, [9]Años después Luis Herrera de la Fuente escribe en sus memorias: “…invité, con apoyo de su embajada, a cinco músicos soviéticos, dos directores y tres compositores: Gauk, Ivanov, Shostakovich, Jachaturian y Kabalevski. Fue una suerte de festival de música … Leer más y otras personalidades. 

Celestino Gorostiza hizo la presentación, y durante dos horas los artistas soviéticos respondieron a las preguntas que la curiosidad mexicana quería saber sobre lo que ocurría en el mundo de la música en la Unión Soviética. Ese mismo día por la tarde, la conferencia continuó en una suite del Hotel del Prado, donde se hospedó la delegación soviética. Al día siguiente se publicaron varias reseñas de la conferencia de prensa en los principales diarios del país. En la reseña editorial del diario Excelsior, se comentaba: 

DOS HORAS DE ACOSO

En el despacho del maestro Celestino Gorostiza, director del Instituto Nacional de Bellas Artes, los tres músicos soviéticos fueron acosados por las preguntas de los reporteros, durante casi dos horas. Y se les hicieron preguntas no sólo de índole técnica, sino de música en general. Es la primera vez que los músicos vienen a América. En su reciente viaje a Estados Unidos, pudieron escuchar las orquestas estadounidenses y programas de música de diversos países. Reconocieron, los tres, que América Latina tiene una música propia, como Estados Unidos ya la tiene, que debe conservar su independencia y mantenerse alejada de ciertas influencias europeizantes. [10]Excelsior, (miércoles 25 de noviembre, 1959).

Ilustración 8: De izquierda a derecha: Dmitri Kabalevsky; la intérprete de la embajada soviética; Dmitri Shostakovich; y Alexander Gauk. Recorte del diario Excelsior (miércoles 25 de noviembre, 1959).

La visita de Shostakovich estuvo enmarcada por la confrontación ideológica de la guerra fría entre las dos potencias nucleares. Parte de esa confrontación ideológica era la denuncia sobre el control y falta de libertad de los artistas soviéticos, incluido el mismo Shostakovich. Por ello en las reseñas de la conferencia de prensa se percibía la intencionalidad periodística, a través de preguntas bien estudiadas en base a los estereotipos de la ‘imagen del enemigo’ fabricada por la crítica norteamericana, que insistía en el aislamiento y control de la cultura musical en la Unión Soviética. [11]En la prensa mexicana se replicaban acríticamente artículos y reseñas norteamericanas sobre el control de la vida musical en la Unión Soviética. Precisamente en enero de ese año, se publicó un artículo que inicia así: “Convencido de que amordazar al artista … Leer más   

Bajo el provocativo título: “Enmudeció Shostakovitch ante preguntas sobre falta de libertad musical en Rusia”, la prensa mexicana escribía:

El músico soviético Dimitri Shostakovitch enmudeció ayer al medio día, cuando los periodistas le preguntaron por qué las emisoras soviéticas no transmiten programas musicales de los diferentes países que no están bajo la órbita soviética. A su vez, el compositor Dimitri Kabalevsky, quien actuó como director en la entrevista de prensa, saltó de su asiento para decir que en su país existe libertad para el arte musical, que las emisoras transmiten programas con obras de Beethoven “que sigue siendo el padre de la música”, y que el pueblo soviético es amante de la buena música. [12]Excelsior, (miércoles 25 de noviembre, 1959).

Aún después de la era estalinista, que en términos culturales significó la ‘revolución cultural’ de 1928, el caso ‘Lady Macbeth’ (1936), y la zhdanovschina [ждановщина] (1948), el ambiente cultural de la Unión Soviética seguía bajo la enorme presión de la burocracia soviética, que agobiaba la libertad y creatividad de sus artistas. Este ambiente cultural provocó la posterior migración de muchos artistas soviéticos. Entre los más célebres de aquella época se encuentran: el bailarín Rudolf Nuréyev (1961); el pianista Vladimir Ashkenazi (1964); el violonchelista Mstislav Rostropovich, y su esposa, la cantante Galina Vishnevskaya (1978).      

Ilustración 9: Portada de la grabación del Concierto para cello en mi bemol opus 107, de D. Shostakovich, interpretado por M. Rostropovich, con la Orquesta de Philadelphia dirigida por Eugene Ormandy. Sony Classical (1959)

Precisamente el 14 de noviembre de 1959, a unos días del arribo de Shostakovich a México, en Moscú se emitía un oficio al Comité Central del Partido sobre los desacatos del cellista M. Rostropovich, por haber firmado contratos no autorizados por la embajada soviética con la compañía norteamericana Columbia Records. Se trataba de la grabación del Concierto para cello en Mi bemol opus 107, y la Sinfonía Nº 1 en Fa Mayor opus 10 de D. Shostakovich, realizada entre el 5 y el 8 de noviembre de 1959 en presencia del mismo compositor, con la Orquesta de Philadelphia bajo la dirección de Eugene Ormandy. 

Por ello, ante las intencionadas y simplistas preguntas de la prensa mexicana sobre el control de la burocracia soviética en el arte, la delegación de artistas soviéticos, sobre todo Kabalevsky, trataron sin mucho éxito de explicar la complejidad del asunto. En la reseña de la conferencia de prensa del diario El Universal, por ejemplo, su autor Ariel Ramos inicia con un resumen del tipo de respuestas ofrecidas por Shostakovich, Kabalevsky y Gauk, que dice: 

Música Rusa. Opinan Kabaleusky [sic], Gauk y Shostakovitch. El primero es el que lleva la batuta. No hay telón de hierro para la música de otros países. Sólo se ejecuta música buena y sólo es buena la que se ejecuta. El arte se crea para las futuras generaciones. [13]Cf. Д. А. Поликарпов и П. И. Савинцев – ЦК КПСС О нарушении М. Л. Ростроповичем «установленного порядка заключения контрактов» 14 ноября 1959 г. № 3662/щс. … Leer más

Ilustración 10: Caricatura de Freyre. Recorte del diario Excelsior (miércoles 25 de noviembre, 1959)

En su nota, Ariel Ramos comenta que Shostakovich daba la impresión de ser el más inexperto del grupo para afrontar los cuestionamientos de periodistas en la conferencia, haciendo una superficial descripción de su aparente personalidad y vestimenta.

Extremadamente nervioso, no pudo terminar ninguna de las respuestas que empezó; unas veces porque lo auxilió maravillosamente Kabaleusky [sic]; en otras, porque no quiso agotar el tema en cuestión. Modesto, ni siquiera levanta la vista cuando da respuesta. Tampoco vio fijamente al interlocutor. Habla poco. No obstante que el 90 por ciento de las preguntas fueron dirigidas expresamente a Shostakovitch, el eminente compositor no dio respuesta ninguna (…) La mayoría de las veces por no decir todas, Kabaleusky respondía, fueran para él las preguntas o no. De mediana estatura, Shostakovitch viste mal y es descuidado en su persona. [14]Ariel Ramos. “Música Rusa”, p. 11. 

En la reseña de Julio Scherer García del diario Excelsior, quien asimismo centró su atención en el aspecto físico de los entrevistados, también se encuadraba el resumen de los temas de la conferencia, bajo el título: Shostakovitch, la música y la paz…

Un gran músico en pantuflas.— Introvertido, ajeno al mundo exterior.— Kabalevski, descuidado y extrovertido.— Más relación con los músicos mexicanos.— El “Cielito Lindo” en Rusia.— Predilección por ninguna obra: “Ningún hijo es jorobado”.— Prepara su sinfonía número 12.— El primer ensayo.— Sonrisas de niñas y autógrafos garrapateados.— El sonido 13 no es arte.— Gira por Estados Unidos.— El tema de la paz los apasiona.   [15]Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz” Excelsior, (miércoles 25 de noviembre, 1959), primera plana.  Julio Scherer García (1926-2015) — Destacado periodista mexicano. Obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en 1998. Fue director de Excelsior … Leer más

De los temas abordados por la prensa, cabe destacar en primer lugar el famoso caso ‘Lady Macbeth’ de 1936, cuyas respuestas a las preguntas formuladas fueron muy escuetas.

Ilustración 11: Venta de boletos para el concierto de la Séptima Sinfonía de Shostakovich, dirigida por Karl Ilych Eliasberg en la Sala Grande de la Filarmonía (sábado 15 y domingo 16 de agosto de 1942) en el sitiado Leningrado.

Cuando alguien preguntó al maestro Shostakovitch por qué su obra “Lady Macbeth de Mzenk [sic]” había sido prohibida por la dictadura roja, Kabalevsky tomó la palabra para manifestar que esa obra la había compuesto su autor en los años de su juventud y con “matices bolcheviques”. [16]Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, p. 9.

Y en la reseña del diario El Universal, Ariel Ramos escribe: 

Siguen las preguntas dirigidas a Shostakovitch:

—Lady Macbeth de Mzensk, es obra suya, sin embargo hasta hace algunos años no se tocaba en Rusia, ¿por qué …?

El maestro se entrelaza los dedos de sus manos con sus piernas que en ese momento estaban cruzadas, parece hundirse en el mullido sillón y como si le diera trabajo responder dice, con el rostro encendido:

— ¡Esa obra, la compuse en mis años juveniles, por ello tenía algunos pasajes sin fuerza, yo pedí que fuera retirada a fin de cambiarle esos pasajes!

—¿Los cambios que le hizo fueron de fondo para el espíritu de la obra…?

—¡No, el fondo es el mismo…!

—¿Exactamente cuales pasajes le cambió…? 

La pregunta no tuvo respuesta. [17]Ariel Ramos. “Música Rusa”, p. 11.

Como podemos observar, en la reseña se muestra la evidente incomodidad que provocaron estas preguntas a Shostakovich, tal vez al no querer responder en presencia de Kabalevsky. Precisamente en marzo de ese mismo año, Shostakovich ya había tenido una reunión con el director del consejo artístico del Teatro de Ópera y Ballet Kirov de Leningrado, Eduard P. Grikurov, para poner en escena una nueva redacción de Lady Macbeth, compuesta en 1934. No obstante, en diciembre de 1962 Shostakovich presentó una nueva versión en Moscú, bajo el título: Katerina Izmailova, tras 26 años de prohibición en la Unión Soviética. [18]Katerina Izmailova se escenificó en el Teatro Kirov de Leningrado el 17 de abril de 1965, bajo la dirección de Eduard Grikurov. Cf. А. Крюков. “Путь от «Леди Макбет Мценского уезда» к «Катерине Измайловой» … Leer más

Las razones de la prohibición de esta ópera fueron varias, pero la más evidente fue sin duda su complejidad musical para la masa de trabajadores, y su atrevida sexualidad escénica. Sabemos que tras su gran éxito en Europa y los Estados Unidos de Norteamérica, esta obra provocó en la prensa soviética de 1936 una nueva oleada de críticas contra el formalismo, el avant-garde, y toda idea burguesa que atentara contra la “integridad” del pueblo soviético. 

La crítica fue confirmada en el juicio político orquestado contra Shostakovich en la Unión de Compositores Soviéticos, conocido como el caso ‘Lady Macbeth’. Producto de la revolución cultural de 1928, el juicio político contra Shostakovich dio inicio el 26 de enero de 1936, cuando el secretario del Comité Central del Partido Comunista Iosif Stalin, en compañía de Andrei Zhdanov y Anastas Mikoyan, asistieron al espectáculo de Lady Macbeth de Mtsensk, en el Teatro Bolshoi de Moscú. Antes de terminar el espectáculo, Stalin y sus camaradas se retiraron del teatro. Dos días después, el 28 de enero, se publicó en el diario oficial Pravda el famosos artículo editorial, titulado: Caos en lugar de música. Su autor, David Zaslavsky, escribió: 

Desde el primer momento el público es atarantado a propósito por un desafinado torrente de sonidos caótico. Melodías que se interrumpen, saltos, rechinidos, aullidos. Música imposible de recordar. Cantantes que gritan … [19]Редакция [Давид Заславский]: «Сумбур вместо музыки: об опере “Леди Макбет Мценского уезда„ Д. Шостаковича» Правда, 28 января 1936 года, с. 3 (теперь в: … Leer más

Tras la publicación de este artículo, prácticamente la totalidad de los miembros de la Unión de Compositores Soviéticos participaron en el implacable proceso de desaprobación de su ópera, incluido el mismo Dmitri Kabalevsky. En el № 3 de la revista Sovetskaja Muzyka, órgano editorial de la Unión de Compositores Soviéticos, se publicó el estenograma de las 35 ponencias presentadas por los compositores de la sección moscovita, reafirmando lo dicho en el artículo editorial de Pravda, titulado: En contra del formalismo y la falsedad. En su ponencia, D. Kabalevsky afirma: 

Los artículos de ‘Pravda’ son la primera lección de una verdadera crítica. Si es provechosa para Shostakovich, quien era intolerante ante cualquier crítica, entonces, es evidente que también es provechosa para todos nosotros. Nuestra tarea es no bajar el tono de estos artículos. El objetivo de estos artículos no está en arrepentirse ante la crítica, ni tampoco en que ‘encubrieron’ a Shostakovich, sino que nos ofrecen una clara perspectiva del desarrollo creativo de la música soviética. [20]Дмитрий Кабалевский: «Против формализма и фальши. Творческая дискуссия в московском союзе советских композиторов» Советская Музыка № 3, 1936, с. 25. … Leer más

En su ponencia Kabalevsky se refería a aquellos que ‘encubrieron’ y alentaron al joven compositor a componer esta obra. Se trataba concretamente del musicólogo Boris Asafiev, y del crítico Iván Sollertinsky. El fundamento de las críticas era la complejidad de su lenguaje musical, además de su natural aproximación al sexo y extrema violencia escénica, lo que le dio a esta obra un poder muy llamativo y un gran éxito en Europa y Norteamérica.   [21]Sobre el caso ‘Lady Macbeth’ véase en castellano: Arturo García Gómez. “Caos en Lugar de Música” Neuma, Revista de Música y Docencia Musical. Escuela de Música Universidad de Talca, Año II, 2009, pp. 96-116.

Por ejemplo, la reseña del estreno de Lady Macbeth en New York, el 5 de febrero de 1935, escrita por William Henderson en el diario neoyorquino The Sun, que dice: “Shostakovich es si duda el mayor compositor de música pornográfica en la historia de la ópera”, acuñando así el término ‘pornofonía’, para caracterizar al famosos episodio de la seducción de Katerina por Serguei en la tercera escena del primer acto, en donde los glissanti de trombones representan literalmente el movimiento orgiástico de la escena de amor.  [22]Cf. Derek Hulme: «The Banning of Lady Macbeth of Mtsensk» DSCH Newsletter, Nº 19, 1991, p. 1; Richard Taruskin, Defining Russia Musically, Princeton University Press, 1997, p. 505; Klára Móricz “The Untouchable: Bartók and the Scatological” Studia … Leer más

Este fue en realidad uno de los tantos pasajes que Shostakovich modificó en su nueva versión de 1962, ahora bajo el título: Katerina Izmailova. Es por ello que Lady Macbeth seguía siendo en 1959 un tema delicado para Shostakovich, y resulta evidente su incomodidad e irritabilidad ante las insistentes preguntas que los reporteros mexicanos le habían formulado en presencia de Kabalevsky, ¡el principal crítico de esta ópera!, sobre —¿Exactamente cuales pasajes le cambió…? —; pregunta a la cual Shostakovich no dio respuesta. 


La música mexicana


Además de las preguntas sobre Lady Macbeth, a Shostakovich se le preguntó sobre su obra en general, y si tenía inclinación por alguna de ellas en particular.  

—¿Tiene predilección por alguna de sus composiciones?

— No. Shostakovitch no tiene predilección por ninguna. (…) Contesta con un proverbio ruso que dice que “para ninguna madre hay hijos jorobados” [*]. “A todas mis obras las quiero por igual”, añade. Reconoce defectos en ellas, grandes, muy grandes y pequeños. Pero ello le mueve a repartirlas en categorías dentro de su espíritu. Y luego precisa, en una frase que es a manera del compendio de la inconformidad del creador: “El día que tuviera predilección por alguna de mis obras acabaría como compositor”. [23]Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, p. 9. [*] No sabemos de dónde salió este comentario sobre el proverbio ruso “para ninguna madre hay hijos jorobados”, ya que tal proverbio no existe. — O. Ch.

Otro de los temas relevantes reseñados de la conferencia de prensa, fue lo referente a la música mexicana. De hecho, una de las primeras preguntas fue: ¿Es conocida en la URSS la música mexicana? Después, alguien preguntó por el ‘sonido 13’.

La reseña de Julio Scherer por ejemplo, inicia precisamente con la siguiente afirmación:

La música mexicana es extraordinaria, sobre todo en sus manifestaciones populares, dijo ayer Dimitri Shostakovitch.” [24]Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, primera plana.

Julio Scherer

Alguien dice, […] que en Moscú se escucha y con frecuencia, la canción mexicana “Cielito Lindo”.

Kabalevski sonríe. Hay un gesto de felicidad en su cara larga. […]

—Es verdad —dice—. En Moscú admiramos y gustamos mucho de la música popular mexicana”.

Shostakovitch, serio, asiente. Sobre México (más adelante), unas cuantas palabras:

—Podemos decir muy poco, porque acabamos de llegar. Pero nos emocionó hasta las lágrimas, la recepción de que fuimos objeto en el aeropuerto. Fue algo que será muy difícil olvidar.

Y una reiteración:

—La música popular mexicana es extraordinaria. En toda la Unión Soviética es muy querida”. [25]Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, p. 9.

En efecto, la música popular mexicana no sólo era querida y apreciada por el público soviético a través de la cinematografía, sino incluso llegó a ser considerada por el propio Stalin como un buen ejemplo a seguir para los compositores soviéticos con piezas ‘buenas, sencillas y melódicas’. En una conversación extraoficial del 29 de enero de 1936, grabada por el representante del Comité en Asuntos Artísticos del Consejo de Comisarios Boris Shumiatzky, entre Stalin, Molotov y Voroshilov, que dio inicio al caso ‘Lady Macbeth’, Stalin hace mención del folclore mexicano a la pregunta del presidente del Consejo de Comisarios, Viacheslav Molotov, sobre la situación de la música en el cine. 

V. M. [Molotov] ¿Y esto que le dio a la música en el cine? 

B. SH. [Shumiatzky] Produjo algunas buenas melodías sinfónicas y vocales. Por ejemplo “Montañas doradas”, “La tormenta”, “Aerograd”, “Los chicos alegres” y una serie de piezas interesantes, y ciertamente se podría decir, las mejores piezas soviéticas de masas: “La mañana nos recibe con frescura”, “Marcha de los chicos alegres”, “Kaiovka” y otras.   

I. V. [Stalin] “La mañana” es de “Los chicos alegres”. De esta película todas las piezas son buenas, sencillas, y melódicas. Los acusaron incluso de plagiar piezas mexicanas. No se cuantos compases en general se hayan tomado de las piezas mexicanas populares, pero, en primer lugar, la esencia de las piezas es sencilla, y en segundo lugar, incluso si éstas fueron tomadas del folclore mexicano, no están nada mal [*]. 

KL. EFR. [Voroshilov] No, de mexicanidad acusaron a “Las canciones nos ayudan a construir y a vivir”. Y “La mañana nos recibe con frescura” es realmente de “Al encuentro”. ¿Que acaso esta no es de Shostakovich? 

B. SH. [Shumiatzky] Si, esta pieza es suya. [26]Б. З. Шумяцкий. Запись беседы с И. В. Сталиным, К. Е. Ворошиловым и В. М. Молотовым о статье «Сумбур вместо музыки» (Фрагмент), РГАСПИ. Ф. 558. Оп. 11. Д. 829. Лл. … Leer más

Stalin aquí confunde el título de dos populares piezas del cine soviético. “La mañana nos recibe con frescura” es el título de una alegre marcha llena de optimismo, a cuyo ritmo la clase trabajadora soviética se levanta por la mañana ante el llamado de las sirenas fabriles, en la película “Al encuentro”, filmada en 1932 por E. Ermler con música de Shostakovich.  

Por otra parte, “Las canciones nos ayudan a construir y a vivir” que menciona Voroshilov, fue compuesta por I. Dunaevskij para el film “Los chicos alegres”, primer comedia musical soviética filmada en 1934 por Grigori Alexandrov. Esta pieza, como menciona Stalin, es en realidad un plagio de la popular canción de la revolución mexicana ‘La Adelita’. [27]El film “Los chicos alegres” [Весёлые ребята] fue restaurado en 1978 por Kinostudija Mosfilm, reafirmando en los títulos la supuesta originalidad de la música de I. Dunaevskij. Grigori Alexandrov conocía muy bien la música popular mexicana. En 1931 … Leer más

Pero además de ‘buenas, sencillas y melódicas’, en la conferencia de prensa en México, Shostakovich y Kabalevsky señalaron también sobre la fuerte personalidad y carácter de la música popular mexicana. Y a la pregunta: 

 —¿Qué debe hacerse para que la música latinoamericana sea libre de las influencias extranjeras?

—Deben formar primero su propia cultura nacional —dice Shostakovitch—; la música mexicana aun cuando lógicamente tiene otras influencias, manifiesta una fuerte personalidad propia que expresa la cultura nacional del país.   [28]Ariel Ramos. “Música Rusa”, primera plana, p. 11.

Sobre esta influencia extranjera, Dmitri Kabalevsky afirmaba que nunca ha habido una diversidad tan grande en el arte musical como ahora, pero tiene aspectos negativos: 

Uno de ellos es que se aceptan como tendencias musicales corrientes que no lo son. “Y esto empobrece a la música”. Kabalevski menciona algunos casos: La música electrónica, la música concreta, “que no son música ni arte”. Anticipa, en una carcajada, esta broma: “Claro que se pueden utilizar, con cierto interés, como ruidos para la radio y televisión. Pero no para el arte”. Hay otra dirección a la que no concede crédito. Es la llamada “dodecafónica”, que recibe ese nombre por los doce sonidos que la integran. [29]Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, p. 9.


El ‘sonido 13’


De pronto, ante la insólita pregunta sobre el ‘sonido 13’, las cosas se complicaron en la conferencia. En la reseña de Ariel Ramos del diario El Universal, se le pregunta a Shostakovich sobre el ‘sonido 13’ con una afirmación que él mismo no reconoce:   

—¿A que se debe que usted haya afirmado extrañamente que el sonido 13 no sirve para nada…?

—El reportero que me entrevistó cometió un error al interpretar mi declaración…

Aquí interviene por vez primera Kabalevsky para decir:

—No sabemos qué es el sonido 13 y qué significa. […] no tenemos conocimiento de que existe tal sonido. […] Shostakovitch intervino.

—Sé que aquí en este edificio —el Palacio de Bellas Artes— es un instrumento natural definitivamente […] para interpretar el sonido 13, que me gustaría apreciarlo.

Sin embargo, en cuanto terminó la entrevista, Shostakovitch abandonó el palacio de Bellas Artes.  [30]Ariel Ramos. “Música Rusa”, p. 11.

Por otra parte, Julio Scherer nos muestra otra versión de la respuesta de Kabalevsky al respecto, debido posiblemente a la confusión que se generó en las traducciones simultáneas de las respuestas reseñadas de la conferencia. Y así, a esta misma pregunta, Kabalevsky responde: 

—¿Y el sonido trece?

La respuesta es inmediata. No hay titubeos. Es la convicción plena, libre, que habla en esos momentos:

—No es arte.

Kabalevski dice luego, con la misma espontaneidad, que muchas de estas corrientes desempeñan sólo una misión:

—Estropean el gusto de jóvenes aún no formados en sus inclinaciones artísticas”. [31]Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, p. 9.

El ‘sonido 13’, obra del compositor mexicano Julián Carrillo, [32]Julián Carrillo. Rectificación básica al sistema musical clásico. Análisis físico-músico “Pre-Sonido 13”. Segunda Edición, San Luis Potosí, 1930. Julián Carrillo (1875-1965) fue discípulo de Melesio Morales en el Conservatorio Nacional de Música. … Leer más es una teoría musical que plantea la división sonora más allá del semitono, además de ser un método de composición y ejecución microtonal. Como sabemos, el microtonalismo se caracteriza por su incapacidad para producir entonaciones que reflejen los estados emocionales del ser humano. Por otra parte, y al igual que otras corrientes y teorías musicales de vanguardia, el microtonalismo se considera a sí mismo un ‘arte sonoro’, una abstracción que niega conscientemente toda posibilidad de reflejar la realidad a través de los ‘ideales artísticos’ que surgen de la condición humana. 

Es por ello que la pregunta planteada a Shostakovich era insólita, así como la respuesta de Kabalevsky:

—No sabemos qué es el sonido 13 y qué significa.

Algo más coherente con la estética musical soviética de ese momento, hubiera sido preguntar sobre la música de los compositores nacionalistas, como Carlos Chávez o Silvestre Revueltas, e incluso Blas Galindo, quien era en ese momento director del Conservatorio Nacional de Música.

Pero en realidad el periodo nacionalista en México había llegado ‘oficialmente’ a su fin en 1958, con la muerte de José Pablo Moncayo, precisamente el año anterior a la visita de Shostakovich a México.  [33]Según Julio Estrada, el nacionalismo musical inicia en 1910, y culmina en 1958, coincidiendo con la muerte del compositor José Pablo Moncayo (1912-1958). Cf. Julio Estrada. La música de México. Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma … Leer más Por ello la pregunta en la conferencia de prensa sobre ‘¿Qué debe hacerse para que la música latinoamericana sea libre de las influencias extranjeras?’ estaba fuera de lugar en el nuevo ámbito internacional; al igual que la respuesta de Shostakovich —: “formar primero la propia cultura nacional”. 

En 1959 el arte musical mexicano había entrado de lleno a la ‘modernidad’, para seguir acríticamente el dictamen de las vanguardias europeas, como el dodecafonismo, el serialismo, la música electrónica y concreta etc., pero claro está, con un pequeño toque de originalidad, el microtonalismo de Julián Carrillo. No obstante, Carlos Chávez ya había criticado en 1924 las pretensiones de Julián Carrillo con su ‘sonido 13’, como una copia de lo que ya se había hecho en Europa y la India, además de reprocharle el haberse alejado del nacionalismo. [34]Carlos Chávez. “El Cruti Hindú y el Cuarto de Tono Europeo” El Universal, (24 de agosto, 1924), sec. 3, p. 11; Carlos Chávez. “El Cruti Hindú y el Cuarto de Tono Europeo [segunda parte]” El Universal, (31 de agosto, 1924), sec. 3, p. 11; Carlos Chávez. … Leer más

De hecho, el ‘sonido 13’ no fue más que una inocente y absurda pretensión de originalidad, ya que desde la Antigüedad se utilizaba el microtono, llamado pyknón [πικνόν], en la estilización musical del periodo clásico griego, que registró el peripatético Aristóxeno de Tarento (s. iv a. C.) en su tratado Harmónica, [35]La Harmónica de Aristóxeno de Tarento (s. iv a.C.) se publicó íntegra por primera vez en latín (Meibomius, Amsterdam,1652); en alemán (Marquard, Berlin,1868); en francés (Ruelle, Paris,1871); en inglés (Macran, Oxford, 1902); en castellano, Carmen Chauqui. … Leer más cuando la teoría diatónico-pitagórica había quedado obsoleta ante las innovaciones introducidas en la práctica musical de aquella época. 

Pero a pesar de su conflicto con Carlos Chávez, y motivado por su afán de originalidad y grandes ambiciones artísticas, Julián Carrillo impulsaba por todos los medios posibles la difusión de su teoría microtonal y su obra. [36]Precisamente en septiembre de 1959 se organizó el Primer Festival de Música Mexicana. En octubre, el jefe de la Sección de Música del INBA, Luis Sandi, publicó: “El Concierto para Piano en tercios de tono y orquesta, del maestro Julián Carrillo, no se pudo … Leer más  Esto explica en parte el porqué algún reportero preguntara a Shostakovich sobre el ‘sonido 13’, del cual él incluso no sabía de su existencia.      

Por otra parte, también es cierto que en plena guerra fría las ideas estéticas de Kabalevsky y Shostakovich representaban en occidente una reliquia del pasado. Esto era evidente sobre todo en la crítica a la obra de Shostakovich, que se intensificó aún más al finalizar la Segunda Guerra Mundial, tras el enorme éxito internacional de su Sinfonía Nº 7 opus 60 en Do mayor, llamada ‘Leningrado’, que fue el símbolo musical de lucha contra el fascismo.  [37]Sobre la Séptima Sinfonía de Shostakovich, véase en castellano. Arturo García Gómez, “Profecía musical” Op. cit.

Como respuesta final a las preguntas sobre las tendencias musicales contemporáneas que Kabalevsky no aceptaba, y que, según él, empobrecían a la música y estropeaban el gusto de jóvenes aún no formados en sus inclinaciones artísticas, el compositor afirma: 

Hay algo que une a los artistas de la URSS: la ambición de revelar la vida de nuestros días. Es el deseo común: poder “agarrar” el ambiente cotidiano, valga la expresión, tal cual es, sin mentiras ni falsificaciones”. Y pide que se crea en su sinceridad, pues “he hablado con el lenguaje de la verdad. [38]Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, p. 9.

El concierto final

El sábado 28 de noviembre se publicó en el Excelsior la reseña del concierto del viernes 27 en el Palacio de Bellas Artes, titulada: “Clamoroso Triunfo de los Artistas Rusos, Anoche. Fue una Noche Inolvidable, Dijo al Terminar el Compositor Shostakovitch”:

¡Shostakovitch!, fue el grito unánime espontáneo y estremecedor de cerca de tres mil gargantas que aplaudieron, diez, veinte y treinta veces al célebre autor de la Sinfonía Nº 5, una de las obras soviéticas de mayor fama mundial en este siglo. El anciano compositor [¡de 53 años!], con los ojos humedecidos —lo estaban también los de muchos de los asistentes— respondía, con rápidos y ligeros saludos a los atronadores aplausos del público asistente al teatro Palacio de Bellas Artes.  El director Alexandre Gauk, con una melena alborotada, que competía con la del timbalista Carlos Luyando, tuvo que salir al escenario más de treinta veces, para responder a los vítores de los espectadores. El viceprimer ministro de la Unión Soviética, Anastas I. Mikoyan, colocado junto al palco presidencial, se puso en pie para contestar a los saludos de los asistentes. Lanzó un ¡Viva México! Estaba sentado junto al secretario de Relaciones Exteriores, don Manuel Tello. En el palco contiguo, estaban el secretario de educación Pública, doctor Jaime Torres Bodet, y el embajador soviético Vladimir Bazikin. [39]Excelsior, (sábado 28 de noviembre, 1959), p. 4.

El contraste no podía ser mayor con aquel memorable concierto del 26 de enero de 1936, cuando Stalin, en compañía de Zhdanov y Mikoyan asistieron al espectáculo de Lady Macbeth en el Teatro Bolshoi de Moscú. En esta ocasión, Anastas Mikoyan se encontraba también en el palco principal, pero del palacio de Bellas Artes de México, saludando al entusiasta público mexicano que ovacionaba a Shostakovich.    

—Aquello fue la locura—, dijo uno de los espectadores al salir del concierto en el cual la Orquesta Sinfónica Nacional fue también estruendosamente aplaudida por la interpretación de las partituras de los célebres compositores Dimitri Schostakovitch y Dimitri Kabalevsky, quienes, al final del inolvidable espectáculo, fueron despedidos con dianas, la OSN tocó las tradicionales “Golondrinas” de adiós al maestro Schostakovitch. [40]Excelsior, sábado 28 de noviembre, 1959, p. 4.

En la segunda parte del concierto, después de escuchar las obras de Kabalevsky bajo su propia dirección, [41]Suite Кола Брыуныон [Colas Breugnon] opus 24, de su ópera en tres actos Мастер из Кламси /The Master of Clamecy (libreto de V. Bragin, basada en la obra de Romain Rolland; estrenada el 22 de febrero de 1938 en Leningrado); y, Concierto para … Leer más el público escuchó atentamente la Sinfonía Nº 5 de Shostakovich con la respiración contenida. 

La Sinfonía Nº 5 Opus 47, de Schostakovitch, con sus cuatro movimientos, fue seguida por los espectadores, paso a paso, con la respiración contenida, como si se tratase de un suspenso de Hitchcock. Al finalizar el último movimiento allegro non troppo, con estruendosos acordes, el público estalló en aplausos y gritos. El director Alexandre Gauk, con estilo clásico y batuta, dio una demostración también de extraordinaria técnica y de dominio total de la orquesta (fue más aplaudido que Kabalevsky). Tuvo que ir en busca de Schostakovitch. Al finalizar el concierto, en el cual estuvieron presentes funcionarios, diplomáticos, periodistas, críticos musicales y representantes del mundo cultural, fue servida una copa de champaña en honor de los notables músicos soviéticos. Y el director del Conservatorio Nacional, don Blas Galindo, les entregó los pergaminos que los acreditan como “maestros honorarios” de la mencionada entidad. [42]Excelsior, (sábado 28 de noviembre, 1959), p. 4.

Un testimonio invaluable de este histórico concierto, es el que nos ofrece Eugenia Revueltas Acevedo, hija del compositor Silvestre Revueltas, quien estuvo presente en los ensayos y en el concierto final de la visita de Shostakovich a México.  

—Sí, recuerdo muy bien esa visita de Dmitri Shostakovich a México. Era un hombre pequeño de complexión fina, al contrario de lo que uno se podría imaginar de los rusos. Su cabello muy fino y escaso, con cabellos de elote, como decimos en México. Sí…, y en aquella época, más que asistir a los conciertos, a mí me gustaba ir a los ensayos, y en ellos Shostakovich se paseaba por la luneta escuchando con su característico nerviosismo. La Orquesta Sinfónica Nacional tocó su Quinta Sinfonía, y los jóvenes que acudimos al concierto en las galerías del Palacio de Bellas Artes, que es lo que podíamos pagar los estudiantes, fuimos para apoyar al timbalista de la orquesta Carlos Luyando, con su gran cabellera. Tocó excelente [con él inicia la 5ª sinfonía]. El teatro estaba repleto y el concierto fue todo un éxito. La ovación duro varios minutos. Yo no recuerdo ningún otro concierto en el que al final se ovacionara con tal euforia. Pero lo más interesante, y al contrario de lo que uno podría esperar de un compositor, que ante tal ovación expresara su emoción y agradecimiento al público, Shostakovich permanecía quieto, y mientras más se prolongaba la ovación se ponía aún más triste. Es como si con esta euforia sintiera un mea culpa, al ver que era ovacionada precisamente la sinfonía que representaba el triunfo del estalinismo. Una obra cuyo optimismo opacaba su denuncia sobre el culto a la personalidad de Stalin y el totalitarismo, expresada con tal intensidad en otras sinfonías suyas. La ovación duró por más de quince minutos, a tal grado, que finalmente tuvieron que apagar las luces del teatro. ¡Fue un concierto inolvidable!  [43]Gracias a la Maestra Beatriz Maupomé, discípula de la Dra. Eugenia Revueltas, tuve la oportunidad de escuchar este testimonio en una conversación telefónica desde el Archivo Histórico del Palacio de Bellas Artes, el jueves 6 de noviembre de 2014.

Consideraciones últimas

Las observaciones de Eugenia Revueltas no podrían ser más reveladoras. En efecto, Shostakovich fue un compositor de su tiempo, que no únicamente muestra en su obra la apología del socialismo, como su Sinfonía Nº 5, estrenada en Leningrado el 21 de noviembre de 1937, sino que también evoca en otras sinfonías la tragedia humana de ese triunfo del estalinismo. Su obra representa el destino de la persona en un mundo cruel, en un mundo que amenaza con la existencia misma de la humanidad. Es precisamente en la contundencia de este testimonio musical en donde reside la importancia de su obra, es decir, en las entonaciones que revelan la voz de su tiempo, y no sólo en el aspecto de su innovación formal. Su música es el testimonio sonoro de la condición humana del siglo xx, que sufre bajo el estalinismo, el fascismo, y las atrocidades de la guerra. 

Por ello el testimonio musical de Shostakovich, la voz de su tiempo, fue el blanco de un fuego cruzado entre las dos potencias. Por una parte, la burocracia soviética caracterizaba su música como “un desafinado torrente de sonidos caótico. Melodías que se interrumpen, saltos, rechinidos, aullidos. Música imposible de recordar. Cantantes que gritan..” [44]Cf. Редакция [Давид Заславский], «Сумбур вместо музыки» [traducción del autor] ¡Música incomprensible para la clase trabajadora! 

Ilustración 12: 12. D. Shostakovich y su secretaria Zinaida Gayamova en 1970. Fotografía de Sofia Xentova, biógrafa de Shostakovich.  

Del otro lado en ese fuego cruzado estaban los ataques de las vanguardias de occidente.  En 1944 por ejemplo, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, el crítico inglés Ernest Newman predijo burlonamente en The Sunday Times de Londres sobre el destino final de la Séptima Sinfonía ‘Leningrado’ de Shostakovich, al afirmar que “la posición de la sinfonía en el mapa musical del futuro estará localizada entre muchos grados de longitud, y muchas banalidades.” [45]Michael Mishra. A Shostakovich Companion, Praeger, 2008, p. 135. [traducción del autor]

Críticos, musicólogos y compositores formaron parte de la campaña de desprestigio del arte musical soviético en occidente, básicamente a través del financiamiento de las vanguardias musicales, aisladas en el olimpo del buen gusto, lejos del sentimentalismo, la vulgaridad, y de todo aquello que reflejara la realidad de la posguerra. Como el británico Gerard McBurney, quien caracterizó la obra sinfónica de Shostakovich como “derivativa, de pacotilla, vacía y de segunda mano.” [46]Cf. Gerard McBurney. “Whose Shostakovich?” In: Malcolm Hamrick Brown, (ed.). A Shostakovich Casebook, Indiana University Press, 2002, p. 283. [traducción del autor]

Según este musicólogo, las extensivas citas de su obra, tanto la de compositores ‘serios’ como Mahler, hasta la vulgaridad de la música más ‘baja’, son su técnica deliberada que le permite crear “patrones de contraste, repetición y exageración”, y que brindan a su música la estructura a gran escala requerida. También el compositor Pierre Boulez, padrino de la vanguardia francesa, expresó en el London Times su creciente irritación por el éxito del compositor ruso: 

Bueno, Shostakovich se toca con los clichés de su tiempo, yo creo. Él es como el aceite de olivo, puedes obtener una segunda e incluso una tercera extracción, y creo que de Shostakovich obtienes la segunda, o incluso la tercera extracción de Mahler. Creo que con Shostakovich el público ha sido influenciado por la dimensión autobiográfica de su música.  [47]Citado en: Gerard McBurney, “Whose Shostakovich?”, p. 288. [traducción del autor]

Tan vulgar como una tercera extracción de Mahler, —afirma Boulez,— “en donde la mala semilla teatral: el sentimentalismo, la vulgaridad, el desorden insolente e insoportable, hicieron su aparición con estrépito y largueza.” [48]Cf. Pierre Boulez. “¿Mahler Actual?” en: Puntos de referencia. Barcelona: Gedisa, 2008, p. 245.

Pero a pesar de todas estas criticas eruditas, incluida la del mismo Kabalevsky de 1936, Shostakovich era una vez más ovacionado por el público en este histórico concierto del Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México. Y mientras D. Kabalevsky era opacado por la Sinfonía Nº 5 de Shostakovich, Anastas Mikoyan nuevamente era testigo de su gran talento. Por ello la ovación de un público joven, sincero y entusiasta; la ovación de un pueblo ‘neutral’ cuyas canciones seguían siendo, según Stalin, ‘buenas, sencillas y melódicas’, provocaron en Shostakovich aquella reacción de tristeza observada por Eugenia Revueltas. 

En el coctel final del concierto, Shostakovich y Kabalevsky fueron entrevistados tras la entrega de sus reconocimientos como ‘maestros honorarios’ del Conservatorio Nacional de Música, por su director, el compositor Blas Galindo. 

Schostakovitch, quien con las manos temblorosas y con un cigarrillo en los labios, que casi devoraba, dijo que “fue una noche inolvidable, de gratas emociones, de gran satisfacción, de invitación a la paz y a la confraternidad”. A su vez, Kabalevsky, quien habla inglés, expresó que el pueblo mexicano gusta de la buena música y responde a los esfuerzos de los compositores, porque sabe que el arte musical es humanista, imperecedero…”. [49]Excelsior, (sábado 28 de noviembre, 1959), p. 4.

[Ilustración 13] Al día siguiente, Shostakovich, Kabalevsky y Gauk, regresaron a la Unión Soviética. El 29 de noviembre Shostakovich es recibido en el aeropuerto de Moscú por sus hijos, su secretaria Zinaida Gayamova, el compositor Tixon Xrenikov, presidente de la Unión de Compositores Soviéticos, y otras personalidades. En su diario, Zinaida Gayamova escribe:

D. D. [Dmitri Dmitrievich Shostakovich] arribó de México. […] En el aeropuerto lo recibieron sus hijos y yo. Después llegaron Xrenikov, […] D. D. estaba muy agotado, pálido y extenuado. Pero se puso feliz al ver a sus hijos, los besó, abrazó, y los niños también lo abrazaron y besaron. En el aeropuerto D. D. habló poco. Pero Gauk se acercó y me dijo: “Esto fue tal triunfo de D. D., que el mundo aún no había visto”. Después todos se fueron a casa. D. D. me invitó a comer. Me ofreció whisky, estaba feliz y contento. [50]Зинаида Гаямова. “From the diary of Z. Gayamova”, November 29, 1959, DSCH. The Life and Creative Work of Dmitri Shostakovich, Chronicle, 1959. [traducción del autor]

Cuatro meses después de la visita de Shostakovich a México, Jesús Bal y Gay, musicólogo y compositor gallego exiliado en México tras la guerra civil española, publicó en la Revista de la Universidad de México un artículo titulado: “La música soviética”, que inicia así: 

Uno podrá cerrar los oídos a la música soviética: si no gusta, si no interesa, no se le escucha, y en paz. Pero no se puede cerrar los ojos al entusiasmo que suscita en grandes sectores del público aficionado a la música. Es ése un fenómeno que el observador superficial quizá califique de social o político, pero que en realidad, siendo como es social y político en su origen, llega a penetrar en el plano de la estética. Y eso a ningún músico puede resultarle indiferente, porque significa un factor importante en la evolución y, por tanto, el futuro de la música.  [51]Jesús Bal y Gay. “La música soviética” Revista de la Universidad de México, Marzo de 1960, p. 24.

Jesús Bal y Gay

Cómo citar este artículo

Chicago:
García Gómez, Arturo. 2021. «Shostakovich en México: embajador de la música por la paz mundial». Sonus Litterarum. 10 de noviembre de 2021. https://sonuslitterarum.mx/shostakovich-en-mexico-embajador-de-la-musica-por-la-paz-mundial/.

APA:
García Gómez, A. (2021, noviembre 10). Shostakovich en México: embajador de la música por la paz mundial. Sonus Litterarum. https://sonuslitterarum.mx/shostakovich-en-mexico-embajador-de-la-musica-por-la-paz-mundial/

Referencias

Referencias
1 Este artículo fue originalmente escrito en inglés para la revista DSCH Journal, dedicada a la vida y obra de Dmitri Shostakovich, bajo la edición de Alan Mercer que publica en París. Cf. Arturo García Gómez. “Shostakovich in Mexico: November 1959” DSCH Journal. Dedicated to the Life and Work of Dmitri Shostakovich, Paris, July 2016 Nº 45, pp. 3-10. https://dschjournal.com Posteriormente en 2018 fue publicado en castellano por la revista Neuma, de la Universidad de Talca, Chile. Cf. Arturo García Gomez y Olga Chkourak. “Embajadores de la música por la paz mundial. Shostakovich y Kabalevsky en México” Neuma. Revista de Música y Docencia Musical. Escuela de Música- Universidad de Talca, Chile. Año 11 Volumen 1, 2018, pp. 33-57.
2 Sofía Borisovna Vakman (1911-2000). Pianista acompañante de grandes artistas soviéticos, como: D. Shafran; L. Rostropovich; M. Rostropovich; I. Bezrodny; I. Bogacheva; etc. Fue profesora de varias generaciones de pianistas en el Conservatorio Rimsky-Korsakov de Leningrado por más de sesenta años. Sofia Vakman y su esposo, el director de orquesta Eduard Grikurov, fueron cercanos colaboradores de D. Shostakovich (véase nota 19). En 1973 Sofia Vakman estrenó en Moscú su ciclo vocal “Seis poemas de Maria Tsvetaeva”, acompañando a la cantante I. Bogachova. Cf. Г. А. Серова и Д. Н. Часовитин (Ред.-сост.). Софье Борисовне Вакман – с любовью: Статьи, воспоминания, документы. Санкт-Петербург, 2012.
3 Dañado por el terremoto de 1985, el fresco fue restaurado y trasladado en 1987 al Museo Mural Diego Rivera, especialmente creado para albergar esta obra. El mural representa al artista de niño en un paseo por la Alameda Central, acompañado de aproximadamente 150 personajes emblemáticos de 400 años de historia de México. La figura central es La Catrina, con golilla de plumas que evoca a Quetzalcóatl, del brazo de José Guadalupe Posada y de la mano de Diego Rivera. Detrás de Diego, Frida Kahlo sostiene en su mano el símbolo del yin yang. El sector izquierdo ilustra la conquista, la época colonial, la independencia, la invasión norteamericana y la intervención europea. Aparecen Hernán Cortés, fray Juan de Zumárraga, Sor Juana Inés de la Cruz, el Virrey Luis de Velasco y Castilla, el emperador Maximiliano con su esposa Carlota, y Benito Juárez, entre otros. El sector derecho evoca los movimientos campesinos, la lucha popular y la revolución. En el aparecen Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera, y Ricardo Flores Magón, entre otros.
4 El Universal, (martes 17 de noviembre, 1959), Primera Plana, p. 8.
5 El Universal, (domingo 22 de noviembre, 1959).
6 Rafael Fraga. “Festival Soviético” El Universal, (domingo 22 de noviembre, 1959), Sección de música.
7 Д. Шостакович. “Из обращения к американским радиослушателям”, DSCH, The Life and Creative Work of Dmitri Shostakovich, Chronicle, 1959, Online: http://live.shostakovich.ru/chronicle/year-1959
8 Durante la Segunda Guerra Mundial, el embajador ruso en México Vladimir Ivanovich Bazykin, había sido el representante de la Asociación de Relaciones Culturales de toda la Unión (VOKS) en Norteamérica, presidida por el compositor Nikolai Miaskovsky, y tres compositores suplentes: Sergei Prokofiev, Dmitri Shostakovich, y Aram Jachaturian. A través de esta asociación se envió a Bazykin el microfilm de la partitura y las partes orquestales de la Séptima Sinfonía de Shostakovich, llamada “Leningrado”, dirigida por Arturo Toscanini el domingo 19 de julio de 1942 en New York, en una transmisión de la NBC Radio City Studios. Cf. “Shostakovich & the Guns”. Time, The weekly newsmagazine, Vol. XL, № 3, July 20, 1942; Г. Шнеерсон. «Асафьев в ВОКСе» в: Воспоминания о Б. В. Асафьеве. А. Крюков (сост.). Ленинград, «Музыка» 1974, c. 288-89; Arturo García Gómez. ”Profecía musical. Marco histórico de creación y recepción de la Séptima Sinfonía ‘Leningrado’ de Dmitri Dmitrievich Shostakovich” Neuma, Revista de Música y Docencia Musical. Escuela de Música Universidad de Talca, Chile. Año 9, Volumen 2, 2016, pp. 96-115.
9 Años después Luis Herrera de la Fuente escribe en sus memorias: “…invité, con apoyo de su embajada, a cinco músicos soviéticos, dos directores y tres compositores: Gauk, Ivanov, Shostakovich, Jachaturian y Kabalevski. Fue una suerte de festival de música soviética. Convocamos a una conferencia de prensa.” Luis Herrera de la Fuente. La música no viaja sola. México, Fondo de Cultura Económica, 1998, p. 126. Tres meses después de la visita de Shostakovich a México, en febrero de 1960, el compositor Aram Jachaturian, en compañía del violinista Leonid Kogan, es invitado a dirigir su obra con la Orquesta Sinfónica Nacional. Cf. Otto Mayer-Serra. “Jachaturian ensaya” Audiomúsica, Año 1, Núm. 10, (1º de marzo, 1960), pp. 18-19.
10, 12 Excelsior, (miércoles 25 de noviembre, 1959).
11 En la prensa mexicana se replicaban acríticamente artículos y reseñas norteamericanas sobre el control de la vida musical en la Unión Soviética. Precisamente en enero de ese año, se publicó un artículo que inicia así: “Convencido de que amordazar al artista es quitarle la facultad de saborear sus propios impulsos, el Gobierno de la URSS comienza a usar la reversa.” Esperanza Pulido. “Nueva orientación musical del gobierno de la U. R. S. S.” Carnet Musical, Enero 1959, p. 13.
13 Cf. Д. А. Поликарпов и П. И. Савинцев – ЦК КПСС О нарушении М. Л. Ростроповичем «установленного порядка заключения контрактов» 14 ноября 1959 г. № 3662/щс. РГАНИ. Ф. 5. Оп. 36. Д. 101. Л. 45. Машинописный подлинник. Подписи–автографы. Опубликовано в: Музыка вместо сумбура: Композиторы и музыканты в Стране Советов 1917-1991. Л. В. Максименков  (Сост.). Москва, МФД, 2013, № 387, с. 530. Cabe mencionar que Mstislav Rostropovich había visitado México al inicio de ese mismo año, invitado como jurado del concurso de violonchelo Pablo Casals en Jalapa, Veracruz. El jurado del concurso estuvo constituido por los más renombrados cellistas del momento: Zara Nelsova; André Navarra; Gaspar Cassadó; Milos Sadlo; Maurice Eisenberg; Adolf Ondoposoff; y el mismo Pablo Casals. En esa visita, M. Rostropovich interpretó en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México, y en el Colegio Primitivo de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en Morelia, la Sonata en re menor opus 40 para Violonchelo y Piano (1934) de D. Shostakovich. Cf. Boletín mensual. Universidad Michoacana, enero de 1959, pp. 20-22 (Hemeroteca de la Umshn).
14 Ariel Ramos. “Música Rusa”, p. 11.
15 Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz” Excelsior, (miércoles 25 de noviembre, 1959), primera plana.  Julio Scherer García (1926-2015) — Destacado periodista mexicano. Obtuvo el Premio Nacional de Periodismo en 1998. Fue director de Excelsior de 1968 a 1976, y fundador de la revista Proceso en 1976. En octubre de 2014 recibió la medalla John Reed otorgada por el Proyecto Cultural Revueltas, por su trayectoria periodística y sus contribuciones a la libertad de expresión. Es autor de una veintena de libros sobre sus investigaciones periodísticas.
16, 29, 31, 38 Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, p. 9.
17, 30 Ariel Ramos. “Música Rusa”, p. 11.
18 Katerina Izmailova se escenificó en el Teatro Kirov de Leningrado el 17 de abril de 1965, bajo la dirección de Eduard Grikurov. Cf. А. Крюков. “Путь от «Леди Макбет Мценского уезда» к «Катерине Измайловой» В оценках общественности„ Дмитрий Шостакович. Исследования и материалы. О. Дигонская, и Л. Ковнацкая (Редакторы-составители) Выпуск 2, Издательство «DSCH» 2007, с. 228-32.
19 Редакция [Давид Заславский]: «Сумбур вместо музыки: об опере “Леди Макбет Мценского уезда„ Д. Шостаковича» Правда, 28 января 1936 года, с. 3 (теперь в: Советская Музыка № 2, 1936, с. 4; а не давно в: Л. В. Максименков: Музыка вместо сумбура: op. cit., № 115, с. 136-37). [traducción del autor]
20 Дмитрий Кабалевский: «Против формализма и фальши. Творческая дискуссия в московском союзе советских композиторов» Советская Музыка № 3, 1936, с. 25. [traducción del autor]
21 Sobre el caso ‘Lady Macbeth’ véase en castellano: Arturo García Gómez. “Caos en Lugar de Música” Neuma, Revista de Música y Docencia Musical. Escuela de Música Universidad de Talca, Año II, 2009, pp. 96-116.
22 Cf. Derek Hulme: «The Banning of Lady Macbeth of Mtsensk» DSCH Newsletter, Nº 19, 1991, p. 1; Richard Taruskin, Defining Russia Musically, Princeton University Press, 1997, p. 505; Klára Móricz “The Untouchable: Bartók and the Scatological” Studia Musicologica Academiae Scientiarum Hungaricae, T. 47, Facs. 3/4, Budapest (22-24 March 2006), p. 333.
23 Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, p. 9. [*] No sabemos de dónde salió este comentario sobre el proverbio ruso “para ninguna madre hay hijos jorobados”, ya que tal proverbio no existe. — O. Ch.
24 Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, primera plana.
25 Julio Scherer. “Shostakovitch, la música y la paz”, p. 9.
26 Б. З. Шумяцкий. Запись беседы с И. В. Сталиным, К. Е. Ворошиловым и В. М. Молотовым о статье «Сумбур вместо музыки» (Фрагмент), РГАСПИ. Ф. 558. Оп. 11. Д. 829. Лл. 69-71. // Опубликовано в: Музыка вместо сумбура: Композиторы и музыканты в Стране Советов 1917-1991. Л. В. Максименков (Сост.). Москва, МФД, 2013, № 116, с. 138-39. [traducción del autor]. [*] En la Unión Soviética los artistas recibían gran apoyo del Estado, a través de cuantiosos premios como la “Medalla Lenin”, o el galardón “Stalin”, además de la producción y distribución de sus obras. A cambio, el Estado patrocinador pedía crear un arte de masas accesible a los trabajadores, a quienes estaba especialmente destinado. Por ello, la música popular mexicana resultó ser para Stalin un buen ejemplo a seguir para los compositores, con piezas “buenas, sencillas y melódicas”
27 El film “Los chicos alegres” [Весёлые ребята] fue restaurado en 1978 por Kinostudija Mosfilm, reafirmando en los títulos la supuesta originalidad de la música de I. Dunaevskij. Grigori Alexandrov conocía muy bien la música popular mexicana. En 1931 fue el director de escena del film ¡Que viva México! [да здравствует Мексика!] de Serguei Eisenstein, que el cineasta soviético no pudo concluir en México. Medio siglo después G. Alexandrov concluye la edición de este film en Moscú con algunas piezas mexicanas en el score, como la Sandunga.
28 Ariel Ramos. “Música Rusa”, primera plana, p. 11.
32 Julián Carrillo. Rectificación básica al sistema musical clásico. Análisis físico-músico “Pre-Sonido 13”. Segunda Edición, San Luis Potosí, 1930. Julián Carrillo (1875-1965) fue discípulo de Melesio Morales en el Conservatorio Nacional de Música. Posteriormente tuvo su formación musical en los Conservatorios de Ghent y Leipzig. En 1924 inicia la publicación de sus ideas sobre el microtonalismo (sonido 13) en ediciones periódicas. Fue profesor y director del Conservatorio Nacional, y tras la revolución en 1918, fue invitado por el presidente Venustiano Carranza a dirigir la Orquesta Sinfónica de México. En 1925 la League of Composers en New York le comisionó Sonata casi-fantasía, que marcó el inicio de una fructífera colaboración con el director de orquesta Leopold Stokowski. Siguió publicando sobre su teoría microtonal en 14 ediciones más. La última en vida fue: ‘Sonido 13’: el infinito en las escalas y en los acordes. México, 1957. Cf. Gerald R. Benjamin. “Julian Carrillo and ‘Sonido Trece’” Anuario, University of Texas Press, Vol. 3, (1967), pp. 33-68.
33 Según Julio Estrada, el nacionalismo musical inicia en 1910, y culmina en 1958, coincidiendo con la muerte del compositor José Pablo Moncayo (1912-1958). Cf. Julio Estrada. La música de México. Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma de México, 1984.
34 Carlos Chávez. “El Cruti Hindú y el Cuarto de Tono Europeo” El Universal, (24 de agosto, 1924), sec. 3, p. 11; Carlos Chávez. “El Cruti Hindú y el Cuarto de Tono Europeo [segunda parte]” El Universal, (31 de agosto, 1924), sec. 3, p. 11; Carlos Chávez. “La Importación en México,” La Antorcha, (11 de septiembre, 1924). Recolectados en: Carlos Chávez. Obras I: Escritos Periodísticos (1916–1939). Gloria Carmona (ed.). México, El Colegio Nacional, 1997, pp. 51–61.
35 La Harmónica de Aristóxeno de Tarento (s. iv a.C.) se publicó íntegra por primera vez en latín (Meibomius, Amsterdam,1652); en alemán (Marquard, Berlin,1868); en francés (Ruelle, Paris,1871); en inglés (Macran, Oxford, 1902); en castellano, Carmen Chauqui. “La ciencia armónica de Aristóxeno”. Musicología Griega. UNAM, México, 2000, pp. 183-249; y, Aristóxeno. Harmónica-Rítmica. Traducción y notas de Francisco Javier Pérez Cartagena, Editorial Gredos, Madrid, 2009, pp. 217-364.
36 Precisamente en septiembre de 1959 se organizó el Primer Festival de Música Mexicana. En octubre, el jefe de la Sección de Música del INBA, Luis Sandi, publicó: “El Concierto para Piano en tercios de tono y orquesta, del maestro Julián Carrillo, no se pudo tocar porque a últimas horas el maestro Carrillo le dijo a Francisco Savin, Subdirector de la Orquesta Sinfónica Nacional: “En Bélgica la Reina asistió a la ejecución de mi concierto; como no sé que ustedes hayan invitado a grandes personalidades no quiero que se toque”. Luis Sandi. “Tribuna de Luis Sandi” Carnet Musical, Octubre, 1959, p. 456. En noviembre, Julián Carrillo publicó en la misma revista una “Carta al Maestro Sandi”, argumentando que por razones técnicas de afinación del piano, y, “como la presentación de mi concierto es un acontecimiento histórico en toda la América, como lo fue en Europa, a cuyo acto asistió S. M. la Reina Elisabeth de Bélgica, sea preparado debidamente para logara un éxito, lo que podrá hacerse en otra ocasión.” Julián Carrillo. “Carta al Maestro Sandi” Carnet Musical, Noviembre, 1959, p. 523.
37 Sobre la Séptima Sinfonía de Shostakovich, véase en castellano. Arturo García Gómez, “Profecía musical” Op. cit.
39, 42, 49 Excelsior, (sábado 28 de noviembre, 1959), p. 4.
40 Excelsior, sábado 28 de noviembre, 1959, p. 4.
41 Suite Кола Брыуныон [Colas Breugnon] opus 24, de su ópera en tres actos Мастер из Кламси /The Master of Clamecy (libreto de V. Bragin, basada en la obra de Romain Rolland; estrenada el 22 de febrero de 1938 en Leningrado); y, Concierto para Violín y Orquesta, interpretado por el violinista Igor Bezrodny.
43 Gracias a la Maestra Beatriz Maupomé, discípula de la Dra. Eugenia Revueltas, tuve la oportunidad de escuchar este testimonio en una conversación telefónica desde el Archivo Histórico del Palacio de Bellas Artes, el jueves 6 de noviembre de 2014.
44 Cf. Редакция [Давид Заславский], «Сумбур вместо музыки» [traducción del autor]
45 Michael Mishra. A Shostakovich Companion, Praeger, 2008, p. 135. [traducción del autor]
46 Cf. Gerard McBurney. “Whose Shostakovich?” In: Malcolm Hamrick Brown, (ed.). A Shostakovich Casebook, Indiana University Press, 2002, p. 283. [traducción del autor]
47 Citado en: Gerard McBurney, “Whose Shostakovich?”, p. 288. [traducción del autor]
48 Cf. Pierre Boulez. “¿Mahler Actual?” en: Puntos de referencia. Barcelona: Gedisa, 2008, p. 245.
50 Зинаида Гаямова. “From the diary of Z. Gayamova”, November 29, 1959, DSCH. The Life and Creative Work of Dmitri Shostakovich, Chronicle, 1959. [traducción del autor]
51 Jesús Bal y Gay. “La música soviética” Revista de la Universidad de México, Marzo de 1960, p. 24.

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