Con enorme tristeza despedimos a nuestro queridísimo Javier Álvarez, compositor extraordinario, maestro, promotor cultural. Pionero en nuestro país en la música electroacústica y acusmática, así como en el empleo de elementos populares en la música de concierto, su estilo ecléctico fue sumamente apreciado por la crítica y el público. Javier dedicó gran parte de sus últimos años a la creación de la Universidad de las Artes en Yucatán. Su música nos acompañará, pero extrañaremos siempre a nuestro entrañable amigo.
la música de Javier Álvarez refleja la influencia de las culturas populares que van más allá de las fronteras de nuestro tiempo y espacio; su trabajo es representativo de una corriente sumamente importante en las artes.
John Adams
El compositor, educador y artista emérito Javier Álvarez es, según la musicóloga Yolanda Moreno «… el músico mexicano más interesante nacido en los años cincuenta …». Sus obras de cámara, sinfónicas y electro-acústicas se sustentan en el dominio de una pluralidad de técnicas y una perspectiva ecléctica que ha florecido durante los últimos 30 años, en una obra singular y multifacética que le ha valido el aclamo de la crítica internacional.”
Nacido en 1956 y criado en la ciudad de México, Álvarez creció en el seno de una familia yucateca de arquitectos, aprendió el clarinete y comenzó a componer a edad temprana, tocando jazz y música tradicional durante su adolescencia. La efervescencia artística, literaria y musical de México y sus estudios en el Conservatorio Nacional con sus mentores Mario Lavista y Daniel Catán lo ayudaron a alcanzar rápidamente el reconocimiento como compositor emergente a principios de los años setenta.
Después de viajar al extranjero y obtener diversos grados académicos de la Universidad de Wisconsin, el Royal College of Music y la City University de Londres, donde vivió y trabajó durante casi 25 años, Alvarez regresó a México en 2005. Desde entonces vivió en Mérida, en la península de Yucatán.
Entre otras distinciones, Javier Álvarez recibió becas del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), las Fundaciones Mendelssohn y Civitella Ranieri y es miembro de la Academia de Artes de México desde 2005. En 2013 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, la máxima distinción conferida por el Estado mexicano a los artistas y científicos del país. Más recientemente, en 2014, el Instituto de Bellas Artes y Literatura (INBA) le otorgó la Medalla Bellas Artes en reconocimiento a su contribución al arte y la cultura de México.
La obra de Álvarez ha sido interpretada por numerosas orquestas y ensambles de gran prestigio nacional e internacional, incluyendo el New London Chamber Choir, London Sinfonietta, L’Orchestre Nationale de France, Los Angeles Philharmonic, Tambuco, Ictus, Brodsky Quartet, Cuarteto Latinoamericano, Chicago Symphony New Music Group, Orquesta del Palacio de Minería, BBC Concert Orchestra, Orquesta Sinfónica de Xalapa, Orquesta Sinfónica de Yucatán, Orquesta de Cámara Europea, Orquesta Filarmónica de Jalisco, Orquesta Sinfónica Nacional y Filarmónica de la Ciudad de México.
Escribió obras para renombrados solistas como Ricardo Gallardo, Gloria Cheng, Luis Julio Toro, Florent Jodelet, Luis Humberto Ramos, Vinko Globokar, Mercedes Gómez, Fernando Domínguez, Harry Sparnaay y colaborado con muchos otros. Además de una prolífica carrera creativa, Alvarez presume una larga trayectoria académica, habiendo sido profesor en el Royal College of Music y en la Universidad de Hertfordshire.
Mientras vivió en Inglaterra, dirigió Sonic Arts Network, la sociedad británica para la música electro-acústica y fue director artístico de la Society for the Promotion of New Music (SPNM). Después de haber enseñado composición durante 3 años en la Academia de Música de Malmö, en Suecia, Álvarez se convirtió en profesor visitante en el Conservatorio de París y en la City University de Londres. A su regreso a México, fungió como miembro fundador de la entonces naciente Escuela Superior de Artes de Yucatán y entre 2011 y 2015 fue Rector del Conservatorio de las Rosas, en Morelia, Michoacan. Actualmente era Director General de la Escuela Superior de Artes de Yucatán y Consejero Artístico del Festival de Música de Morelia, permaneciendo siempre activo como compositor y gestor de proyectos independientes.
Daniela, Tobías y Magali
La familia Álvarez- Di Desidero informamos el sensible fallecicmiento de nuestro adorado Javier, que tuvo lugar en la calma de su hogar el 23 de Mayo de 2023 en la ciudad de Mérida, Yucatán, y en compañía de sus seres queridos.
A través de su increible obra musical, su destacada trayectoria como educador, promotor y creador artístico, Javier tocó la vida de muchas personas, agrupaciones e instituciones en nuestro país y alrededor del mundo. Javier dedicó su vida a sus grandes amores: la música, la creación artística, su familia y los amigos. Su determinación lo llevó a desarrollar proyectos en beneficio de su comunidad y del país, la recién creada universidad de las Artes de yucatán, es una muestra de su dedicación y del valor que siempre puso en el trabajo colaborativo.
Javier tuvo la fortuna de contar siempre con compañeras y compañeros, quienes fueron cómplices fundamentales a la hora de materializar sus sueñños y locuras, por ello queremos aprovechaar esta oportunidad, para agradecer de corazón, todo el amor, el cariñño, el respecto, las horas de trabajo y la admiración profesada a su persona y a su labor.
De igual manera queremos agradecer a esas personas presentes siempre a lo largo de su vida: sus amigos, colegas y familiares quienes creyeron y estuvieron con él junots hasta el final.
Seguirá sonando por siempre la ingeniosa, curiosa e increible música de javier Álvarez en nuestros corazones y en los diversos y múltiples ámbitos para la que fue creada.
A todos quienes, de una forma u otra, contribuyeron a su maravilloso proyecto de vida, gracias.
Rodrigo Sigal
Amigo entrañable y maestro en todos sentidos. Siempre agudo y con una crítica sincera pero constructiva. Padre, marido, amigo, compositor, intérprete, maestro, gestor, director. ¿Cómo se puede ser tantas cosas? En realidad, son una sola. Transportador de ideas en sonido y en palabras, en acciones y en gestos. Javier es es la razón de escuchar diferente y conmoverme tanto con el sonido. “Debes de llevar esta idea al máximo. Cuando sientas que ya no da más, ahí apenas estas comenzando” decía. Su música, sorprendente, conmovedora, conectada con lo importante. Interesado en tantas cosas. En el origami, el café, la política y los gadgets, los bichos, la foto, los espacios. Recordaba detalles significativos, pero estaba ahí para las cosas de cada día. Pilar siempre del CMMAS, de Visiones Sonoras y muchos otros planes. Te voy a extrañar para siempre y para siempre te daré las gracias mas profundas que puedan existir.
Mercedes Gómez Benet
24 de mayo de 2023, una noche después de tu partida
Sigo contigo, querido Javier.
Como desde hace casi medio siglo. Riendo con tus fotos mientras retratabas mis pies sobre los pedales del arpa en los ensayos de la orquesta del Conservatorio, cuando éramos estudiantes. Y con tu gracia para bautizarme con un apodo que me acompaña aún ahora, ya siendo abuela.
Sigo y seguiré llevándote en el corazón, igual que cuando jugamos con las palabras para reírnos juntos de los éxitos y de los fracasos.
Continuaré de la misma manera en que nos acompañamos en las muertes, bodas, nacimientos y pérdidas. Te seguiré contando cosas, como lo hice hoy bajo el agua mientras te agradecía tanto en cada brazada de natación.
Sigo contigo igual que al cursar juntos Análisis Musical en el Taller de Composición de Mario Lavista, quien tanto nos enseñó.
Lo digo también por lo mucho que aprendí de ti al trabajar tus piezas para arpa y sonidos electroacústicos y me afinco en el gozo que me infundiste para madurarlas. Tu lección de aprender la parte de la computadora como si yo misma le diera la entrada a la máquina, ha sido una de las mejores clases que he recibido.
He admirado tu respeto a tus intérpretes, tu gentileza para entender las sugerencias de los instrumentistas y los procesos bien entendidos por tu sabiduría, sabiendo el crecimiento que toda nueva obra merece después de un estreno mundial. Me ha regocijado que seas intérprete y entiendas con profunda lealtad lo que significa poner las manos en tus partituras. Y así seguiré haciéndolo.
Sigo contigo en los viajes a Francia, Suecia, Tasmania, Canadá, Estados Unidos y Mérida, llevando tu música como parte de mi familia entrañable, pues eso has sido todos estos años: un verdadero hermano.
Permanezco junto a ti en el festejo de 60 años sobre trajineras de Xochimilco, alabando la vida y la amistad.
Me quedo con tu hermosa familia, tu contagiosa sonrisa y tu grandioso sentido del humor.
De igual modo abrazo sin cesar tu admirable talento, tu creatividad inigualable y este cariño grande que no va a terminar, aunque no te veamos. De paso ⸻pues todas nuestras vidas así lo son⸻ agradezco que estuvieses a mi lado durante procesos varios, en mi doctorado y tejiendo divertidas complicidades sonoras que gracias a ti han enriquecido la música de esta tierra que tanto amamos.
Sigo contigo, querido Javier.
Ana Lara
No recuerdo cuándo conocí personalmente a Javier pero sí que fue a través de Mario Lavista que escuché su nombre por primera vez. Mario hablaba con frecuencia de él y de su música, siempre con gran cariño y admiración. Allí empecé a conocer y a amar su trabajo. Temazcal, por supuesto, y después tantas otras piezas en las que me sorprendía su virtuosismo sonoro y su gran imaginación musical. Tal vez la primera vez que compartimos varios días juntos fue en Nueva York cuando la adorada Tania León nos invitó a un festival dedicado a nuestra música que se presentó en el Carnegie Hall. Yo estaba con mi hermana Magali y nuestra amiga Laura Anderson Barbata y Javier se sumó a nuestro grupo. Recuerdo siempre su buen humor, su eterna sonrisa, su optimismo ante todo. Después de ese encuentro vinieron otros: en Londres, en Morelia, en Mérida, en Cuernavaca, en París, en México. Mérida es el lugar en donde su familia y la mía compartían raíces, historias. Lo vi ser feliz con Daniela, he visto crecer a sus hijos: Tobías y Magali (llamada así en honor a mi hermana), tuve la fortuna de compartir con ellos muchas comidas, cenas, conciertos, festejos varios, proyectos.
Es muy triste despedir a los amigos, a los compañeros de vida. Javier la amaba profundamente e hizo hasta lo imposible para sobrellevar dignamente su fragil salud, guardando su eterna sonrisa y trabajando hasta el final. “No sé más que trabajar”, me dijo hace poco. Para mí ha sido un gran aprendizaje de vida. Gracias por todo Javier querido, gracias.
José Wolffer
Hay toda una historia bastante convulsa, llena de peripecias y perseverancia, que se puede contar alrededor del día (18 de noviembre de 2014) en que sonó Cactus Geometries de Javier Álvarez en el Atrio de Santo Domingo con el mejor sistema multicanal que he tenido el gusto de hacer sonar, en Oaxaca capital, como parte del proyecto Corriente Alterna que diseñé para Instrumenta Oaxaca. Tal vez otro día la cuente, pero esta jornada ha sido larga y penosa y ahora solo quiero compartir este fragmento, recién encontrado en SoundCloud, de la gran obra de Javier (tengo el archivo completo en la compu, pero no lo puedo compartir así nomás). Me quedo, en este día con demasiadas ocupaciones y una batalla continua, no del todo exitosa, contra la inexorable sensación de pérdida, con el comentario que me hizo Javier luego de escuchar su pieza, durante la primera parte de un concierto maratónico que duró unas ocho horas en total: José, nunca había escuchado mi música sonar así. Fue un gran gusto, Javier. Nunca lo olvidaré. Una vez más: gracias.
Yael Bitrán
En 2013 pasé una semana en Mérida, en la casa de Javier Álvarez y su encantadora familia, elaborando un listado pormenorizado de sus obras, pasamos horas revisando sus manuscritos, conversando, trabajando en silencio. De allí también se concretó mi colaboración en la compilación de las obras grabadas más significativas del compositor. Coordiné el cuadernillo y trabajé cercanamente con Javier, los autores y autoras de los textos y los diseñadores en el proyecto de cinco discos que se acabó llamando «PROGRESIÓN». Lo presentamos en 2014 en Mérida y en la Fonoteca Nacional de México. Por azares del destino acaba de salir mi presentación de la Fonoteca Nacional publicada en Heterofonía 148-149. Aquí la comparto con ustedes, con un homenaje a mi inmenso cariño y admiración a Javier. Le debo mucho y honro su memoria.
Claudia Lavista
Estos maravillosos músicos y seres humanos celebran estar juntos de nuevo.
Los imagino abrazándose y celebrando la vida y la muerte… los dos están ahora en el universo de la luz sonora eterna.
Todo mi amor para su familia y amigos…
Tobías Álvarez, Magali, Daniela los amo.
Bernardo Feldman
Descansa en paz querido Javier… Nos dejas con una profunda tristeza. Nos regalaste tu inacabable imaginación y tu talento… tu generosidad, tu alegría… tu chispa. Nos quedamos con todos tus regalos para que nos hagan más ricos por el resto de nuestras vidas. A mi me enseñaste tanto… a aspirar … a creer… a soñar…
Tito Rivas
Qué gran consternación la partida de Javier Álvarez; para mi gusto uno de los compositores más originales e interesantes de México. Su búsqueda creativa tendía preguntas directas a la sonoridad misma de la música ; su investigación de los instrumentos era la de un niño que contempla con felicidad y sabia lucidez el enigma material de un objeto mágico; y qué decir de su trabajo para difundir y apoyar la escena de música contemporánea y la formación y pedagogía. Un ser humano a quien yo admiro; se nos ha ido hoy. Mis condolencias a familiares y amigos. Seguiremos escuchando tu música y tus palabras por mucho tiempo, Javier.
Elena Poniatowska
Con la muerte de Javier Álvarez, México ha perdido a un compositor que se adelantó a su posteridad y a la de la gran música mexicana. Desde el pasado 24 de mayo, Javier Álvarez se dirige a otros espacios, otros acordes musicales, otros hitos a los que es difícil acceder.
Javier Álvarez, nacido en México el 8 de mayo de 1956, hijo del arquitecto Augusto Álvarez (quien diseñó la Torre Latino, que ha vencido todos los terremotos), vivió de niño en un notable ámbito cultural y supo muy pronto que la música sería la razón de su vida. En los años 50 y 60, la Ciudad de México hervía de talento, y el niño pudo proyectarse a un futuro creativo, a nuevos lenguajes, nuevos acordes musicales, notas nunca oídas. El mismo Javier habría de contarnos que sus obras representaron hitos sucesivos, sonidos que antes no se escuchaban e iban subiendo como en las ferias del pueblo sube la música entre platillos, cascabeles y cornetas que despiertan como hacen los gallos en el campo mexicano.
Lo conocí en Mérida, gracias a mi hija Paula, quien lo quería, así como convirtió a Daniela, su mujer, en su gran amiga y quiso a sus hijos Tobías y Magali, dos hermosos jóvenes que al igual que su padre fueron subiendo entre los muros de vientos y los calores de los balcones de la provincia. Siempre me llamó la atención que en vez de quedarse en la saturada Ciudad de México, Javier y Daniela escogieran hacer su vida en Michoacán y luego en Yucatán, entre otros estados.
Ir a comer o a cenar a su casa en Itzimín, Mérida, era una alegría, la certeza de una conversación de la que saldría enriquecida. La casa de los Álvarez era obra de Augusto Álvarez, arquitecto quien también escogió la creación libre de convenciones, totalmente nueva y personal.
De la misma manera que su padre, levantó muros que subían cada vez más alto en la invencible Torre Latinoamericana, Javier Álvarez fue levantando su obra musical, dándole un significado a sus composiciones en un ascenso de arpegios y notas, muy distintas a lo que ya se oía. Seguramente, Javier Álvarez intuyó en su niñez que la música sería lo suyo y se lanzó a sinfonías y músicas de fondo, como la de la película Cronos, que dirigió Guillermo del Toro.
Gran conocedor de la música moderna, amigo de Mario Lavista, seguidor de Carlos Chávez, Javier supo reconocer en sus propias composiciones lo que pertenecía al viento, a los volcanes, los mares, el agua, los árboles, que son la mejor manifestación que tenemos a la vista.
En Mérida, toda su figura de gran artista se me hizo familiar de inmediato. Lo reconocí porque él también había reconocido a Paula, mi hija, que muy pronto se acercó a Daniela, su mujer, y a sus dos hijos, Tobías y Magali. Los dos son el resultado del embeleso que produjo Daniela a su padre. Daniela lo acompañó siempre y a su lado escribió sus partituras. El sonido de Daniela, la música en sus palabras y en todos sus movimientos lo acompañó desde el momento en que se enamoró. Trireme; Jardines con palmera: Jardín de la estela de madera, Jardín del sueño de Magali, Jardín del corazón de metal, Jardín que mira al sur, Jardín de los ojos de miel, Geometría foliada: De mis días en el campo, Otoño pentagonal, Puntos en eje, Un primer hola para un último adiós, Memorias futuras, Obras para percusión, Así el acero, Temazcal, Offrande: Mains aux oiseaux, Liquid metal, Varitas, Delfín herido de muerte, Nocturno y toque, Días como sombras. Muy reconocido por sus obras electroacústicas que fueron utilizadas para el cine, hay que recordar Overture, Sonorón, Negro fuego cruzado, Almagre y azul, De tus manos brotan pájaros y Acuerdos por diferencia. No desdeñó componer un Mambo vikingo además de toda su música de cámara: Modelo para armar, Jardín de Otoño: Sombras de un jardín taciturno, Hormigas de un árbol estrellado, Brisa lenta del jardín sin corazón, Euforia y genio de todos los vinos, Acordeón de roto corazón, Línea 2: Metro Nativitas, Metro Taxqueña, Metro Chabacano y Metal de corazones.
Ir a su casa blanca en la blanca Mérida era un bálsamo, la certeza de una buena sonrisa y de una conversación que enseña mucho, porque Javier es un maestro. Verlo bajar desde lo alto de un segundo piso por una escalera abierta a todos los vientos era un gusto muy grande. Daniela y Magali ya habían puesto una mesa redonda y habían acercado las sillas, llenado los vasos, y era fácil valorar la atención con la que Tobías y Magali escuchaban a sus padres y estimar la obra que habían construido entre dos desde que se enamoraron. ¡Cuántas obras para solista y orquesta lograron hacer oír a los demás los cuatro miembros de la familia Álvarez, dos hombres y dos mujeres!
Siempre hubo una palmera en la obra musical de Javier Álvarez, porque nadie baila mejor el mambo que una palmera. Javier se quejaba de la falta de atención a los compositores de música clásica en México y vino especialmente a la capital, cuando para la tristeza de todos murió Mario Lavista, gran compositor y compañero de lucha porque la música mexicana se tomara en cuenta.
En alguna de nuestras conversaciones, Javier me comentó: “La gran responsabilidad de que no se toque música mexicana, yo se la cuelgo a los directores de orquesta, porque ellos hacen la programación.
“Es increíble que cinco directores sean los únicos que se preocupan por tocar música de compositores vivos en México. Tocan el Huapango de Moncayo sin ver que Moncayo escribió 50 obras más. Cinco directores se interesan por la música mexicana, los demás no tienen el menor interés. José Areán, Carlos Miguel Prieto, Miguel Salmón del Real, Roberto Beltrán, Rodrigo Macías y otros que destacan a pesar de la indiferencia.”
Volver a Mérida y no ver a Javier será un golpe, pero ahí encontraré de nuevo a Daniela, Magali y Tobías, las palmeras que barren el cielo de Yucatán y el estudio al fondo del jardín en el que Javier creaba en completa soledad sus composiciones. Por lo pronto, sabemos que a este gran maestro de la música moderna y fundador de la licenciatura en música de la Escuela Superior de Artes de Yucatán se le rendirá un homenaje en el que participarán no sólo las palmeras, sino todos los alumnos y seguidores yucatecos que lo amaron y siguieron su música con fervor.
Publicado el 28 de mayo de 2023 en La Jornada y reproducido con autorización de la autora.
Alejandro Cardona, compositor
Han pasado muchos días desde que me pidieron que escribiera algo en homenaje a mi amigo, el compositor Javier Álvarez. En ese momento no pude, no sabía qué podía decir o cómo, y todavía no sé si podré, pero heme aquí intentando, aún cuando todavía me cuesta aceptar que no puedo marcarle y platicar un rato, o ir a visitarlo a su casa en Mérida, y tal vez cenar quesadillas junto con su familia, Daniela, Tobías y Magali.
Desde luego podría hablar de su maravillosa música; de que lo considero uno de los grandes maestros de la música mixta de todos los tiempos; de la manera en que él me inspiró para explorar el mundo de la electroacústica (legitimando y orientando por ratos mis búsquedas, un tanto artesanales); de la identidad (diría que, en parte, generacional, y en parte anímica) que compartía con él (al menos así lo sentí siempre desde el primer momento en que nos conocimos); de su interés por escuchar mi música cuando le pasaba un disco (luego me contaba que había analizado tal o cual pieza para ver cómo la armé, cosa que me sorprendía muchísimo pero que apreciaba infinitamente); de su espíritu generoso y abierto que le permitió ser un activo gestor, abriendo y apoyando diversos espacios y creando oportunidades; de las horas que pasamos grabando mi obra Axolotl (que había compuesto para el ensamble que él fundó en Yucatán, y que dirigía, llamado Sequenza Sur) en el estudio detrás de su casa, al que llegas pasando precisamente por un jardín con palmeras; de la última vez que hablamos, a mediados de enero de este año, donde lo sentí positivo, con ganas de vivir, con proyectos de composición; de todas las pláticas y cotorreos tan ricos y enriquecedores que tuvimos en los tiempos en donde logramos coincidir; de las clases y charlas que ofreció en varias ocasiones en la Universidad Nacional de Costa Rica, la universidad donde trabajé hasta marzo del año pasado; de la caminata que hicimos en la selva tropical del Parque Nacional Braulio Carrillo, en medio de una orquesta de insectos que parecían saludar, con sus constantes olas de texturas sonoras, al maestro Álvarez Fuentes, y en donde se maravillaba de todo y tomaba fotografías sin parar; de su inteligencia y su insaciable curiosidad; de su humor sin par; de su risa de tesitura bajita; de su sonrisa…
…Y podría seguir con esta retahíla desordenada.
Pero lo único que realmente necesito decir, a final de cuentas, es que lo quería muchísimo y que su muerte fue para mí (y para muchas otras personas) un golpe durísimo y que me hace mucha falta y que me sigue costando aceptar que no podré marcarle para platicar un ratito.
Decía Javier que no le interesaba tanto enseñar, sino aprender. Debo aprender a vivir con su ausencia. Ni modo. Así lo hubiera querido él. Además, las gentes que queremos nunca están, en realidad, ausentes. La presencia de Javier, por suerte, es doble: la de su persona que sigue ahí como una parte tan especial de mis experiencias de vida, y la de su música que podremos y debemos disfrutar todos.
6 de junio de 2023
Radio France, rinde homenaje a Javier Álvarez con sus Jardines con palmera escrito para su gran amigo Florent Jodelet y estrenado por la Orquesta Nacional de Francia.