Heterofonía | 03 |

Portada: Juan Vicente Melo

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Revista publicada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura
Año 1 | Número 3 | Noviembre 1968

Directora: Esperanza Pulido

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De los editores

Durante toda la historia de México nunca antes había experimentado el país un conflicto estudiantil de las proporciones del que, al escribir estas líneas, no lleva aún trazas de solución. Y es que nunca antes la juventud, no digamos de esta pequeña región del globo, sino del mundo entero, se propuso volar tan alto, con sus propias alas. Hastiada de la inepcia de sus mentores adultos, ha ido poco a poco transformando su ser biológico, hasta convertirlo en una entidad diferente, capaz de provocar avalanchas arrolladoras de rebeldía. Es tal esta nueva fuerza telúrica que de persistir en su sordera colectiva, los mayores tendrán que lamentarlo vivamente en un futuro no lejano. 

Una de las exigencias actuales de esta juventud se basa en su participación activa dentro del funcionamiento de su propia educación. Se cansó de que se le impongan normas basadas en procedimientos antiguos. El mundo de la posguerra ha avanzado con tal rapidez que al volver la cara diez años atrás nos parecen ya viejas las cosas que dejamos del otro lado. Generalmente era una marcha de los adultos en competencia bélica, hasta que la juventud se dio cuenta de que quizá ella podría marcarles el alto. Ahora esa juventud avanza y avanza como en un maratón de vida o muerte y a su paso trata de arrollar a todos los mayores que se nieguen a colaborar con ella.

¿Qué nos queda, pues, a nosotros, los maestros de cualquier rama de la ciencia y del arte? ¿Seremos capaces de ponernos a la altura del trascendente momento que vivimos? ¿Estamos preparados para ello? Vemos con terror a un gran número de mentores cruzados de brazos, en espera del paso de los nubarrones, porque están convencidos de que vienen detrás los rayos de sol y que todo volverá a ser como era en los momentos inmediatamente anteriores al conflicto iCuántos hay que se rehusan a aceptar la imponente realidad del momento! Y éste, envuelto aún en la incertidumbre, nos está invitando con voces imperiosas a cambiar de tácticas, a ofrecerle a la actual juventud lo que pueda servirle de nuestra experiencia y de las pocas o muchas luces que poseemos; pero ya desde otro plano: el de la colaboración; el punto de vista de la hermandad y no de la tirantez de orgullos; el ángulo del raciocinio y no de la imposición absurda.

Si, como esperamos, los adultos en cuyas manos está la resolucióndel actual conflicto, llegan a comprender plenamente el momento crucial que vivimos; si los estudiantes deciden descender de sus torres de marfil y aceptar las prerrogativas que puedan series concedidas por el momento, la paz volverá a las aulas. Que los jóvenes sigan luchando por sus ideales y que contribuyan activa y enérgicamente al mejoramiento social de nuestro país, pero con las armas de sus intelectos, con la fuerza de argumentos válidos ¡siempre insistentes!

Los maestros de música (aunque la Secretaría de Educación Pública nos niegue status profesional de altura) sabemos que la disciplina por nosotros enseñada coadyuva mucho más que otras muchas al mejoramiento de este mal mundo en el que vivimos. Ojalá que todos podamos comprender y madurar nuestras responsabilidades en el momento actual.

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