Heterofonía | 29 |

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Revista publicada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura
Número 29 | marzo-abril 1973

Directora fundadora: Esperanza Pulido

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De los editores

EL ASUNTO «CARLOS CHAVEZ»

Nos sorprendió en gran manera la falta de previsión y diplomacia del maestro Carlos Chávez. Su regreso a la administración de la música en México (esta vez en plan nacional) hubiera sido, quizá, una salvación para muchos de nuestros ya inveterados males musicales, puesto que él probó, durante casi un cuarto de siglo, sus grandes dotes de administrador. Colocándonos en un puesto de observación y juicio totalmente imparcial, creemos que la actitud de un hombre idealista pudo haber sido —en un caso como el suyo— iniciar su trabajo por una organización pausada, reflexionada, de todos los departamentos en que se mueve la música entre nosotros. Y privarse por completo de tomar él mismo las riendas directas de ninguno de estos departamentos, y, mucho menos, las de la Orquesta Sinfónica Nacional. Él ya sabía, de sobra, que los músicos de dicha orquesta le negaban su simpatía y que habían percibido claramente en el despido violento de Luis Herrera de la Fuente, la mano del ya Consejero de la Presidencia de la República.

La reacción de los músicos habría sido completamente diferente, si el Maestro Chávez hubiera decidido contratar a un buen director del extranjero para ponerlo frente a la OSN. Un año de trabajos constantes son suficientes para colocar a esta orquesta en el primer lugar que le corresponde aquí entre las de su género (no es verdad que se carezca de fondos); desgraciadamente, al maestro Chávez no le permiten sus miras personales esta clase de diplomacias.

Ninguno de aquellos, entre sus grandes y famosos amigos, que han protestado públicamente por la actitud de los atrilistas hacia el «músico número uno de México», tiene derecho de ignorar y pasar por alto la situación real de éstos, ni de llamarlos «ignorantes, inútiles, faltos de técnica, mentecatos», etc., sólo por negarse a caer de nuevo bajo los «poderes hipnóticos» (como dijo alguno) de un músico a quien conocen desde luengos tiempos. Estos señores deberían saber que, pese a lo que arguyen los propios atrilistas, una orquesta formada por músicos que han estudiado más de diez años en algún Conservatorio, o institución de enseñanza musical, puede sonar bien, o mal, según esté bien o mal dirigida.

Y, al iniciar violentamente el cambio de personal, el maestro Chávez comenzó nombrando a algunas personas que ya habían probado la inconveniencia de convertirse en directores de puestos clave. Uno de ellos, por ejemplo, nos sugirió hace algunos años a los maestros del Conservatorio, que formáramos un «Partido Político de Profesores de Música», afiliado al PRI (sic). Naturalmente fracasó. Y, por fortuna…

Estos «vendavales capitalinos» permitieron, por lo menos, que, por primera vez en la historia de la música en México, se unieran un enorme porcentaje de los músicos mexicanos de orquestas, y del campo vocal, con el apoyo de varios organismos musicales. Que algunas de sus proposiciones sean descabelladas, no quiere decir que otras carezcan de sensatez. El Director General del Instituto Nacional de Bellas Artes está tratando de resolver una cantidad
innumerable y terrible de estos problemas. Ojalá y logre dar con la persona idónea para organizar y dirigir un Consejo Nacional Comunitario de la Música, de manera que, al sentirse participantes, los músicos adquieran dignidad y no abandonen por ningún concepto la imprescindible condición de mantenerse al día en sus estudios y problemas técnicos. Sólo así se lograría sacarnos del presente caos; pero el Dep. de Música no debe quedar acéfalo. Sentimos, de verdad, esta situación provocada por la imprevisión del maestro Carlos Chávez, a quien nadie puede negarle sus méritos reales como compositor de reconocimiento internacional y organizador de primer rango.

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Ya para entrar la revista a las prensas, el 16 del pasado febrero convocó el INBA a una conferencia de prensa para informar acerca de la formación de una UNION NACIONAL DE AGRUPACIONES MUSICALES ESPECIALIZADAS. Esto será ideal si los dirigentes de cada grupo son idóneos, como podrá verse inmediatamente. Hasta estos momentos se han agrupado la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta Sinfónica de la Universidad, la Orquesta de la Opera, la Asociación Mexicana de Cantantes de Opera, el Coro de la Opera y la Orquesta de Cámara de Bellas Artes.
El Arquitecto Luis Ortiz Macedo, Director General del INBA, llevó a cabo lo que nosotros hubiéramos deseado: traer a un director extranjero competente para ponerlo frente a la Orquesta Sinfónica Nacional; sólo que él decidió que no fuera uno, sino varios, los directores que se turnaran de mes en mes, lo que quizá resulte una buena medida, puesto que se ha pensado en músicos como Maurice Susan y Gika Soravkovich que son directores experimentados. Por lo pronto para la primera temporada de este año vendrá el francés Jean Martinon, cuya trayectoria es conocida y digna de confianza. Es comprensible que, por múltiples razones, no se contraten maestros de primerísimo rango. Ni ellos estarían dispuestos a venir, ni habría con qué pagarlos. La reacción de los músicos fue unánimemente entusiasta. Ojalá que no comiencen las discrepancias y las inconformidades insustanciales a echar por tierra estos logros.
El tiempo y la unión de los músicos podrán colmar nuestras todavía débiles esperanzas. ¡Ojalá! …

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