Acaba de aparecer en el sello Kairos un CD con los cuatro cuartetos de cuerdas que escribió Stefano Scodanibbio; Visas (1985/9187), Lugares que pasan – a Adolfo Castañón (1999), Altri Visas (2000) y Más Lugares (su Madrigali de Monteverdi)- a Luciano Berio (2003). La interpretación está a cargo del Arditti Quartet: Irvine Arditti y Ashot Sarkissjan violines, Ralf Ehlers, viola y Lucas Fels en el cello
Ciertamente no soy el primero en recordar que el tema principal de Stefano Scodanibbio estaba centrado en el “viaje”. No es una casualidad que el contrabajista y compositor italiano amara México y su impronta literaria moderna: en esa tierra y en gran parte de la literatura hispano-mexicana de los años noventa en adelante, se había desarrollado una próspera dinámica narrativa en torno al viaje, fruto de una estética innovadora asociada al posmodernismo y a un progresivo desafío contra cualquier poética heredada del imperialismo occidental. La cercanía de Scodanibbio a esta realidad le ha dotado de una fuerza renovadora del arte, un camino invencible encontrado en los senderos de la vanguardia, capaz de dialogar entre nuevas formas de conciencia.
En el universo de Scodanibbio compositor, la manera de trabajar con el cuarteto de cuerdas surge de sus investigaciones con el contrabajo y no hay duda de que hubo algunas exploraciones pensadas para ser empleadas en el violín o la viola. Con Irvine Arditti y su cuarteto, los encuentros fueron muchos y muy productivos; llenos de hallazgos, sobretodo porque Scodanibbio había descubierto que algunas técnicas extendidas del contrabajo podían ser replicadas en el violín: en Visas, cuarteto compuesto entre 1985 y 1987, trae de vuelta el magnífico empleo de ciertos armónicos aplicables al violín y de los cuales Stefano estaba convencido de que se podían reproducir. Parece que hubo muchas pruebas que lograron convencer a Irvine de la posible realización, sobre todo aquellas que lo alejaban de la técnica convencional, manos libres y extendidas sobre el violín que garantizaban la fluidez del sonido; por otro lado el propósito de Scodanibbio era poder reproducir un mundo armónico con todas las técnicas extendidas a disposición pero teniendo cuidado de no alejarse de manera irrestricta del contexto para permanecer cerca del “viaje” visto como una espléndida ocasión para la expresión y la redención del músico. En este sentido, el suyo era tan temerario como el de Berio, un compositor que adoraba precisamente por el respeto de la inteligibilidad del espacio armónico: le rendirá homenaje en 2003 con Más lugares (su Madrigali di Monteverdi), aunque es innegable que este cuarteto, tan bien dispuesto hacia una reinvención de la antigua arquitectura musical, ciertamente no tenía la pretensión de ir más allá de la renovación de las estructuras.
La belleza de los tres movimientos de Visas y de los casi 17 minutos de Lugares que pasan – a Adolfo Castañón, proyectan una armonía fabulosa que se realiza a partir de movimientos y reposicionamientos de las texturas y los timbres musicales: en Visas se invoca a Vittorio Reta, ese poeta de verso complejo que excavaba en los abismos de las imágenes e indirectamente vivía la realidad de un viaje realizado en la metafísica del cuadrante del reloj de la estación cuyas manecillas permanecían quietas durante un mes. Los senderos de Scodanibbio no son direccionales, pero restituyen formas traslúcidas, otorgan un sentido de presentimiento increíblemente agudo, forma de autonomía expresiva en los que cualquiera puede encontrarse con sus propios sueños o sus propias penas. En la fluctuación de Lugares que pasan se funden incluso la perspectiva paisajística de Scodanibbio sobre México, en el periodo en el que la búsqueda sonora estaba centrada en las relaciones somáticas de los sonidos ambientales, algo que Castañón había ingeniosamente señalado como “una fidelidad geográfica inexplicable (…) para crear ese lugar de encuentro acústico y mental llamado One says Mexico…” ; no hace falta decir que en Scodanibbio se percibe un impulso sutil y refinado, como aquél que Goethe reconocía al protagonista de la poesía ¿Conoces el país donde florece el limonero? (que se convierte en Kennst du das Land? en Scodanibbio), un concepto distinto del sentir artístico truncado en la segunda parte para convertir los encuentros en universales.
Irvine Arditti ha expresado siempre su admiración por Scodanibbio, loaba su intrepidez, la capacidad de trabajar lado a lado para obtener resultados, su sentido del desarrollo. Esta compilación es, por tanto, un acto de gratitud que se expresa en las soluciones contemporáneas, sobre todo en las que el Arditti Quartet ha participado por vía directa: por una parte, Lutoslawski y sus cuartetos seminales, por la otra las siluetas y reinos armónicos creados por Stefano. El tiempo no parece gastar estas escuchas, que representan en toda su belleza, momentos de abnegación filosófica y de apertura de la mente frente a un imaginario que va a posicionarse seguramente en el crimen opuesto de la conciencia cautiva de Sartre.
Ettore Garzia
Texto publicado el 26 de marzo de 2022 en la revista Percorsi Mussicali y reproducido con autorización del autor. Traducción: Ana Lara
Escritor musical y fundador de Percorsi Musicali, revista multi-género centrada en la música contemporánea y la improvisación. Ha escrito cientos de ensayos y reseñas de CDs y libros (más de 1800 artículos) y su trabajo es muy apreciado en Italia, muy citado en textos, traducciones, biografías, notas para compositores importantes, músicos y sellos. Posee una concepción moderna de la escucha, que media con la historia, la seducción estética de los sonidos, las relaciones interdisciplinarias con otras artes y las ciencias cognitivas. También es graduado de Economía.