Heterofonía | 14 |

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Revista publicada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura
Año 2 | Número 14 | Septiembre-Octubre 1970

Directora: Esperanza Pulido

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De los editores

Como nos parecen importantes las declaraciones a «Excélsior» de Eduardo Mata, Joaquín Gutiérrez Heras y Mario Lavista, respecto a ciertas fallas de la vida musical en México, hemos de referirnos a ellas. Mata envió por escrito las suyas. «No soy uno de tantos inconformes … Por lo contrario, soy el más ardiente defensor de actos como el Festival de
Música Contemporánea. Mi pecado es deplorar profundamente su desaparición. Miguel García Mora, Jefe del Departamento de Música del INBA defiende exactamente lo que estamos tratando de defender Enríquez , Savín y yo, entre otros.

Lo que Miguel no puede soportar es que se pongan a descubierto los servicios de administración y de política del INBA, de los que él es más víctima que cómplice … El funcionario público tiene que luchar hacia adentro y hacia afuera . Hay que pelear los presupuestos, que convencer a los jefes y que exigirles mantener su palabra cuando la hayan dado. Hay que hacer de empresario, de gestor, y a veces hasta de mecanógrafo. Miguel ha empleado con vehemencia, en ocasiones, ideas, proyectos. Esto me consta. Pero ha sido débil. Insisto en que la música ha resultado el «patito feo» de la administración del INBA. No culpo a Miguel García Mora de ello, por lo menos no totalmente. Lo culpo, en cambio, de que una creación propia de altura, como es el Festival de Música Contemporánea, se le haya ido de las manos.»

Por su parte, Joaquín Gutiérrez Heras expresó: » … La educación musical en las escuelas —desde el nivel básico de la enseñanza— se ha descuidado totalmente. Esto constituye, a mi juicio, el verdadero «patito feo» del actual programa de educación general del país, uno de cuyos efectos es, por ejemplo, el poco público que asiste a festivales como el de Música Contemporánea . . . Sí, a causa de la mala educación musical se explica por qué a la gente no le interesa la música contemporánea.»

Mario Lavista dijo que «al suspender este año el Festival de Música Contemporánea, las autoridades de Bellas Artes han disuelto al mismo tiempo una comunidad que en los años anteriores se había formado sobre la base de
una libre asociación y de una identificación personal. Esta medida constituye un acto que atenta contra la libertad individual, al disimular las posibilidades de hacer uso del libre albedrío, impidiendo por la fuerza que el individuo «dialogue» y establezca un contacto directo con las últimas manifestaciones musicales.»

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HETEROFONIA está parcialmente de acuerdo con lo expresado por estos tres jóvenes compositores mexicanos. Sabe que Miguel García Mora es un hombre perfectamente bien intencionado, honrado y amante de su profesión; pero también nosotros lamentamos que, en México, a un funcionario de esta categoría no le quede más remedio que doblar las manos o marcharse con su música a otra parte. Miguel, que al principio objetaba la asociación del INBA con una empresa privada de organización de conciertos, en lo relativa a Opera Internacional, tuvo que ceder. Su cariño por el Festival de Música Contemporánea, del que fuera uno de los promotores, terminó en aversión (no una aversión sincera, estamos seguros). Y así otras muchas cosas que le tocó en mala suerte sufrir, porque a los meros jefes no les gustaba la Música (con mayúscula). Esperamos que en el próximo régimen dirija el Instituto de Bellas Artes una persona que esté empapada en todas las artes y no solamente en una de ellas.

Por otra parte, como para desmentir aquello de que el Departamento de Música del INBA no hace nada por la educación musical en las escuelas, fueron presentados un gran número de conjuntos corales, instrumentales y estudiantinas en Bellas Artes, que abnegados maestros como Rodolfo Ascensio, Judiht Amezcua, David González, María Vallín, Lucrecia Méndez, Consuelo Luna, Estéban Contreras, Carmen Méndez, Adolfo Mejía, Adoración Fabila, Pilar García, Francisco Pichardo, Alarii Valle, Aurora Ortigoza, María Elena Campbel de Bátiz y Lionel González, preparan con verdadero ardor pedagógico. Nos complace mencionar aquí a estos maestros, por su labor callada, árdua y digna de estímulos.

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«No hay mal que por bien no venga» —proverbio aplicable en este caso a la supresión del Festival de Música Contemporánea y nacimiento del grupo Proa. Organizado por Quintanar, Enríquez, Savín , Mata, Lavista, de Elías, Valle y González, este octeto de jóvenes compositores mexicanos se propone realizar una amplia difusión de la música contemporánea en nuestro medio. Les sirvió de presentación un par de conciertos en la Pinacoteca Virreinal —el menos apropiado de los locales, pero el único accesible para ellos en el momento requerido. Estos importantes actos serán reseñados en el próximo número de HETEROFONIA (La edición de Julio- Agosto está ya en la imprenta).

Como parte de sus actividades, Proa quisiera difundir la música contemporánea en las iglesias. ¿Acaso no se dan cuenta estos jóvenes compositores que, exceptuando dos o tres templos, la inmensa mayoría de los otros
carece de las más elementales condiciones acústicas propias para transmitir la «verdad» de las obras? ¿O desean añadir los ecos y los falsos rebotes de los gruesos muros de cantera a sus producciones aleatorias? Esto estaría mejor para el grupo Quanta de Mario Lavista, a quien, después de leer la entrevista que le hizo Alberto Dalall, comprendemos mejor. Los del Quanta sólo improvisan y aspiran a que todo aquello que les rodea —inclusive el silencio— comulgue prácticamente con ellos. Proa necesita subvenciones fuertes subvenciones de empresas privadas, para que logre en un cercano futuro organizar por sí mismo un resucitado Festival de Música Contemporánea, que fuese iniciado sin grandes pretensiones sinfónicas: Música de cámara, música instrumental, música electrónica, requieren desembolsos más modestos.

En el segundo concierto del Proa se estrenó el Concierto para ocho de Manuel Enríquez, obra escrita el año pasado por encargo del Musika Nova Ensemble alemán. Ocurrió la feliz coincidencia de que dicha obra estaba siendo estrenada exactamente la misma noche y a la misma hora en el Festival de Avignon (Francia), dirigida por Daniel Chabrun, con el Conjunto de Música Contemporánea de Paris. Enríquez está ahora tomando parte en los cursos de música contemporánea de Darmstadt, junto a Stockhausen y otros grandes compositores. El se encargará de la Gráfica Musical y dará clases de Violín. Después ofrecerá una serie de conferencias en Inglaterra, España, Alemania, Holanda y Polonia. En el «Otoño de Varsovia» será estrenado su Si Libet, bajo la dirección de Carvalho. Así nos complace ver trabajando al gran compositor Enríquez.

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