Heterofonía | 21 |

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Revista publicada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura
Año 3 | Número 21 | noviembre-diciembre 1971

Directora fundadora: Esperanza Pulido

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De los editores

En Guadalajara se trabaja para que la muslca siga el ritmo acelerado con que crece la ciudad. Hicimos una visita relámpago a aquella urbe; si antiguamente recibía el título de «perla del Bajío», ahora sería justo llamarla «ciudad del verdor». Sus amplias avenidas fueron planeadas con los pulmones de los tapatíos en mente; difícilmente podría el smog plantar sus reales entre tantos árboles frondosos.

Como decíamos al principio, la música no se queda atrás. Una visita a la Escuela dependiente de la Universidad y otra al grupo de música contemporánea SEDEMUN fueron suficientes para aquilatar el fervor característico de los músicos tapa tíos (No olvidemos que un buen número de los mejores instrumentistas mexicanos son jaliscienses) y, presentemente, su afán de contemporaneidad en lides de la creación musical.

La Escuela de Música de la Universidad, que dirige el maestro Domingo Lobato, lucha contínuamente por superarse. Quizá necesitaría renovar sus programas de estudios, como lo están haciendo aquí el Conservatorio y la Escuela Nacional de Música de la UNAM, pero esto es cuestión de tiempo y una feliz coordinación de esfuerzos entre dirigentes y cuerpo docente. Muestras de la visión amplia del maestro Lobato ha sido su idea de ofrecerles
cursos o cursillos especiales a los alumnos, con los elementos extranjeros valiosos que vienen a México de vez en cuando, ora por su propia iniciativa, ora contratados por las autoridades oficiales; y su decisión de implantar el
sistema Tort de enseñanza musical infantil en la Escuela, como lo han realizado el Conservatorio y la Escuela N. de Música de México, D. F.

Recientemente se presentó allá un programa de música electrónica (ver más adelante la información correspondiente) que coincidió en tiempo y características con el ofrecido aquí por miembros del Laboratorio de Electrónica del Conservatorio: ambos con el sintetizador Buchla como instrumento de creación e interpretación directas.

La visita al sancto sanctorum de la SEDEMUN resultó igualmente provechosa. Este grupo jalisciense de música contemporánea se reune en un pequeño rincón de la magnífica Escuela de Música Sacra de Guadalajara (que
es otro de los orgullos de la ciudad), cuyo edificio ya lo quisieran muchas escuelas de música, aun de los países altamente desarrollados. Los jóvenes compositores que pertenecen a la SEDEMUN organizan conciertos de música
contemporánea; escuchan obras, con fines de estudio, graban, y, sobre todo, discuten entre ellos mismos sus propias composiciones, que la revista de la Universidad de Guadalajara les publica con regularidad.

¿Qué porvenir tienen todos estos jóvenes mexicanos que se dedican a la composición? No dudamos que entre los compositores mexicanos de todos los tiempos, el único que haya podido vivir de su creación musical es el
maestro Chávez; esto no debe sorprendernos, porque aun en los Estados Unidos quizá solamente Stravinsky estuvo en iguales circunstancias. El pobre de Bartok murió casi en la miseria; el propio Schoenberg se veía obligado
a dar clases. En Europa ¿quién vive de la composición? ¿Messiaen? Toca los domingos el órgano en la iglesia de la Trinidad y da clases. Quizá Orff, porque su método de educación infantil se ha extendido mucho en el campo internacional. En los países detrás de la cortina es otra cosa, porque allá se les concede el título de «ciudadanos eméritos» y reciben subvenciones, para que puedan dedicarse exclusivamente a su trabajo (pero por otra parte carecen
de libertad). Aquí, entre nosotros, después de trafaguear para ganarse la vida, Blas Galindo recibió por fin una subvención para que se dedicara completamente a componer. Y así debería suceder con todo aquel que demostrara su talento fuera de lo ordinario, pero no antes de haber reunido un número suficiente de obras que por su valor se impusieran después de pasar pruebas auditivas.

Afortunadamente, los muchachos que componen ahora saben todo
esto de sobra y no esperan milagros antes de tiempo . . .

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