Silo, Rodrigo Sigal
Silo, Rodrigo Sigal

Silo: Rodrigo Sigal | Novedades sin estreno

Ricardo Rozental

Para crear un poco de atmósfera podría comenzar con algo así: corría el 16 de abril de 2023… y, sin embargo, preferiré pedirle ayuda al Diccionario de la Lengua Española porque me parece interesante comenzar con dos precisiones.

  1. Novedad

Y la siguiente tiene que ver con

2. Estrenar

Ahora sí entremos en esta novedad sin estreno.

En aquella fecha de abril hizo presencia una comunidad para estrenar una novedad. Esto ocurrió con la colaboración de la Fonoteca Nacional de México en cuyo precioso local de la alcaldía Coyoacán en la CDMX se dieron cita Marisa Canales y Benjamín Juárez Echenique por parte del sello discográfico Urtext y su página web Urtext online; el flautista Alejandro Escuer de Onix Ensamble promotor del proyecto; el violinista Abel Romero, su colega compañero de grupo,  y; dato crucial, el compositor Rodrigo Sigal.

Todas estas, personas muy conocidas entre un público que parecía convocado a una de esas grandes reuniones de familia. Dicho de otro modo, salvo algunas escasas excepciones, allí todos se conocían entre sí y llevan actuando en torno a la música muchos proyectos comunes. Y para que no queden dudas, esto me pareció conmovedor porque existe la reiterada y detestable costumbre de que quienes son del oficio no acuden sino a los asuntos propios. La nutrida asistencia de colegas y confabulantes mostró que hay eventos, personas, instituciones o todas las anteriores, capaces de atraer.

Se trataba del lanzamiento del CD (sic) con obras de Rodrigo Sigal para dos formatos solamente: a) obras mixtas para instrumental acústico solista y electroacústica y b) obras acusmáticas. El CD (sic) se llama «SILO, sonido, espacio y movimiento». Sigal estuvo en una mesa lateral con su computadora desde donde ejecutó su parte de las piezas que fue mucho más que darle inicio a algo que estaba preestablecido. Se presentaron las obras mixtas Magnet para violín y electroacústica con Abel Romero y Wing of Wind para flauta y electroacústica. En el caso del violín fue una maravilla percibir cuán idiomática es su parte y lo esforzado de hacer una buena ejecución porque las demandas técnicas son evidentes. En la de flauta, Escuer se movió muchísimo en su espacio del escenario para hacer una parte que sacó enorme provecho de las posibilidades de su instrumento. Esto demandó de Sigal una gran concentración que hizo aún más evidente que su papel no consistía en echar a andar un archivo fijo de la computadora. Antes por el contrario, lo que se percibía era que la pieza estaba tomando vida en ese instante entre los dos, incluso con una agradable tensión.

Ambas obras hicieron un ambiente de música de cámara que reforzó la percepción de que se trataba de una reunión de gente conocida en un espacio reducido y acogedor. El viento fresco que entraba por las puertas desde uno de los patios pequeños traía algunos sonidos de ciudad y contribuyó a que el evento estuviera bien situado en su entorno, con una leve contaminación sonora y un poco impuro, como podría ocurrir en casa más que en una sala con acústica e insonorización profesionales y bien logradas. Esto me parece que le aportó calidez y soltura, que le agregó fluidez al evento musical.

Silo de Rodrigo Sigal
Silo de Rodrigo Sigal

Las obras no fueron un estreno. Sigal las compuso hace bastantes años y se han tocado varias veces. El estreno, sin embargo, consistió en que este concierto fue el lanzamiento de una nueva colección —una novedad, sin duda— de Urtext que se llama mono/gráfico. «SILO», el CD (sic) de Rodrigo Sigal, es es el primer compilado de esta colección que en cada edición estará enfocada en una sola persona dedicada a la composición. Todas las obras serán grabadas por el Ónix Ensamble y sus secuaces como Felipe Pérez Santiago quien participó de la conversación que siguió a las obras. En esta plática —en la que también estuvieron Escuer, Canales y Sigal el compositor celebrado de esa noche— contaron anécdotas musicales, relataron orígenes y desarrollos de largas relaciones y dejaron la certeza de que estas compilaciones monográficas van para largo.

El hecho de que esta grabación —que he insistido en llamar CD (sic) aunque no lo sea, o si pero no mucho— solamente esté disponible para descarga y no se pueda conseguir en un estuche con cuadernillo y un disco suscitó algunas reacciones nostálgicas entre el público. A pesar de que merecieron toda la consideración de quienes participaban en la presentación, incluido Sigal que se desdobló para entonces en sus cualidades de compositor, intérprete y gestor cultural y director del CMMAS, tuve la sensación de que ninguna respuesta les sería suficiente a las personas atacadas de nostalgia (etimología: del griego nóstos, «regreso» y álgos, «dolor»). Todavía quiero aplaudir la respuesta de Escuer quien señaló que para radiodifusión es necesario un soporte con mejor calidad que la del streaming o la baja resolución de una descarga cualquiera. Me pareció atinado que dijera que agradecía que el público quisiera la mejor calidad y que para ello tendrían todo gusto en suministrársela cuando fuera necesaria y que eso implicaría que pagara por ella. Ya no recuerdo si fue él quien lo dijo —o lo pensé yo— que me pareció correcto que las fonotecas paguen por buenas copias autorizadas en alta resolución y que tengan garantías de todo ello.

Algún coleccionista se lamentó de que no pudiera agregar el objeto a su discoteca, mientras que otro más nos aleccionó con lo feo, sucio y peligroso que le parece el centro de la CDMX, a donde él acude solamente en ocasiones para comprar otro reproductor de CD para juntar con los demás que guarda en un cajón por si alguno llegase a fallar. Con este argumento buscó rebatir las razones de Marisa Canales con las que daba cuenta de que por un lado, la pandemia alteró y retrasó los planes para el lanzamiento de la colección, y por otro que las personas ya casi no tienen aparatos para reproducir soportes físicos como CD, además de que los costos de impresión, estuches plásticos, transporte y correos —sumados a la administración de inventarios y un etcétera largo— desaconsejan por ahora, y recalcó en eso de por ahora, el CD físico. Cada quien aportó que nos encontramos en un momento que podría ser de transición en el que, —nuevamente— por ahora, hay una marcada preferencia por los contenidos digitales y se negaron a afirmar que esto sea definitivo. Insistieron en que habrá que ver qué pasa y recordaron que el retorno de los discos plásticos de doce pulgadas y las tornamesas es cada vez más firme. Yo agrego que los casetes tienen ahora un nuevo nicho de reaparición.

Rodrigo Sigal contó que «SILO» se puede escuchar en línea en numerosas plataformas de streaming, para la cual basta con acudir al sitio del CMMAS (www.cmmas.org) y encontrarlo entre los productos, lo que llevará a https://urtextonline.com/discos/silo-sonido-espacio-y-movimiento/. Allí, dijo Sigal, además se puede descargar en pdf todo el diseño gráfico hecho para conservar el archivo o, según se prefiera, se puede imprimir listo para tener el formato de un libreto de CD. Ahora, digo yo —o dijo Sigal seguramente con palabras más amables— como antídoto a la insuperable nostalgia, lo pueden descargar en un formato de alta resolución, queman un CD, juntan todo y lo agregan a sus miles de artículos coleccionables. Y todo mundo tan tranquilo. Ah, sí, porque «SILO» también se puede comprar en ese enlace para descarga y con o sin pérdida de calidad desde mp3 hasta FLAC o ALAC y WAV.

Para terminar y, como diría Les Luthiers, fuera de programa: Sigal confirmó que los años de juntarse con Alejandro Escuer para presentar música le dan, al igual que con el resto de integrantes de Onix, esa retroalimentación que le aportan quienes hacen carrera en la interpretación para hacerle comprender los gestos interpretativos que él, como compositor no tiene y que adquiere junto a sus colegas. Con Escuer, dijo, no solo es que se mueve mucho y debe seguirlo con la vista, sino que en cada nueva presentación de la misma obra introduce inesperadas modificaciones interpretativas a las que Sigal ha de responder y que hacen de cada ejecución una obra nueva. Y eso le estimula.

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