Víctor Rasgado
Víctor Rasgado

Victor Rasgado

(8 de julio de 1959, Ciudad de México. 18 de enero de 2023, Ciudad de México)

Proveniente de una familia con raíces musicales en el estado de  Oaxaca, comienza sus estudios de piano a los seis años y posteriormente composición en la Escuela Nacional de Música, y en el Centro de Investigación y Estudios Musicales en México.  En 1984 estudia en la Royal School of Music (Inglaterra), y en Italia de 1985 a 1993, en las siguientes instituciones: Conservatorio G. Verdi de Milán, Academia Chigiana de Siena y Academia de Alto Perfeccionamiento Lorenzo Perosi de Biella (Italia).  Sus principales maestros han sido María Antonieta Lozano y Franco Donatoni.

Durante su carrera ha obtenido apoyos económicos y becas del INBA, SEP, FONCA, (México), IILA AcademiaChigiana, (Italia), UNESCO-Gaudeamus (Holanda), Arts International (EUA); y  ha sido ganador del primer lugar en cuatro concursos internacionales de composición OLYMPIA (Grecia-1993), ALFREDO CASELLA (Italia-1993), IBEROAMERICANO (España-1992), y ORPHEUS (Italia-1994). En este último su ópera «Anacleto Morones» con libreto del cuento homónimo de Juan Rulfo, fue premiada, publicada  y estrenada en Spoleto Italia, siendo el compositor Luciano Berio, presidente del jurado internacional.

Sus obras abarcan los géneros de ópera, música sinfónica, música electroacústica, ballet, obras de cámara y para instrumentos solistas, han sido grabadas en México e Italia y publicadas principalmente por Ediciones Mexicanas de Música y Ricordi-Italia.   Fue miembro fundador en Italia del Ensamble Sones Contemporáneos, y organizó en México los cinco Cursos Internacionales de Composición «Franco Donatoni» (1993-98), de quien fue su asistente.  Ha sido distinguido con la Medalla Mozart y como Creador Artístico del Sistema Nacional de Creadores de Arte en México

Sus composiciones han sido estrenadas en foros y festivales como Festival Internacional Cervantino, Palacio de Bellas Artes, Foro de Música Nueva, (México), Festival Spaziomusica, Accademia Chigiana di Siena, Antidogma Musica, Nuove Sincronie, (Italia) Netherlands KamerOpera Festival, PROMS-Festival, Concertgebow,  (Países Bajos), Festival “Sonidos de las Americas”, Carnegie Hall, Mexican Contemporary Music Festival, (USA), así como en Argentina, Colombia, España, Francia, Ucrania, Bélgica, Suecia, Uzbekistan y Finlandia.   Ensambles y orquestas como “La Camerata de las Américas”, “Nederlands Vocaal Laboratorium”, “San Diego Chamber Orchestra”, “Icarus Ensemble”, “Guildhall Chamber Orchestra and Choir”, «Omnibus Laboratorium», entre otros, han dedicado programas enteros a la interpretación de sus obras.

Víctor Rasgado ha participado también en diversas iniciativas dedicadas a la difusión y pedagogía de la música contemporánea.   Es fundador y director del Taller de Creación Musical de Oaxaca (2003 a la fecha) y tiene a su cargo el taller de composición del Centro de Investigación y Estudios de la Música (CIEM).  

Como complemento a su actividad musical, obtuvo la Licenciatura en Historia en la Universidad Autónoma Metropolitana de México, donde fue distinguido con la medalla al Mérito Universitario finalizando sus estudios con una tesis sobre el Nacionalismo Musical Mexicano.

Víctor Rasgado en la Fonoteca Nacional

Despedida a Víctor.

Yo pensé siempre que conocía la tristeza, pero estaba muy equivocada.

Tú fuiste un gran compositor y estuviste todo el tiempo creando obras nuevas, fue un oficio que nunca dejaste de hacer, tu musica te mantendrá vivo por siempre.

Tú fuiste no sólo un creador de oóperas, de música orquestal, de cámara, no sólo eso…

No solo fuiste un historiador no, tu música, que fue el gran amor de tu vida, la llevabas en tus venas;  por tu cuerpo no fluia sangre, tu cuerpo emanaba notas, ideas nuevas.

Tú me levantaste cuando tropece, tú me levantaste cuando caí, cuando desfallecí, y si algo aprendí de tus múltiples clases a las que asistí, es que a tus alumnos les enseñabas de igual manera, cuando tropezaban los ayudaste a levantarse, cuando caían, les mostrabas con ejemplos como podían levantarse, les ayudabas a encontrar su propio camino, sin necesidad de que te imitaran, fue una labor sin precedentes.

Igualmente, cuando yo tomaba una decisión equivocada te enojabas conmigo y me enseñabas el camino y las opciones que tenía, eso mismo hacías con tus alumnos.

Nunca olvidaré tus frases:

la composicion es un oficio: tu planeas tu vida, te levantas, desayunas, te bañas, te sientas a trabajar en tu oficio y lo haces diario; y el día que sales de vacaciones aprovechas para refrescar tus ideas y generar nuevas obras, tu oficio nunca termina.

Todos los presentes y los que no pudieron acompañarte agradecemos por tu legado, un legado de amistad, tu legado como maestro, tu legado como compañero, tu legado musical, tu legado de amor.

Tuviste grandes amores en la vida, la música, tus abuelos Daguito y María, tu madre, tu papá, tu maestro Donatoni, el amor que me tenías a mi tu kuskarita

y el amor que descubriste hace poco por los animales. Víctor amaba a su perro Messiaen y él lo amaba tambieén. Nos diste tanto amor que va a llenar nuestras vidas por siempre. A todos nos dejaste un legado que va a compañar nuestras vidas. Te queremos agradecer por eso y así darte tu último adios.

No importa cuál fue la causa de tu partida, mientras te hacían los exámenes, tu resonancia magnética, ya estabas imaginando una nueva obra orquestal, porque en tu cabeza y corazón sólo había música.

Recuerdo que siempre le pusiste a todos el reto musical de lo súbito, tus notas antes del tiempo fuerte del compas, tus entradas súbitas e inesperadas, que tus copistas, los instrumentistas, los cantantes, los directores sufrían. Y asi mismo es tu partida, nos dejas súbitamente y sin aliento.

Te damos las gracias por todo lo que nos dejaste, puedes continuar con tu camino, donde quiera que estés ve y llena de musica el lugar, con la obra orquestal que te llevaste en tu cabeza.

Gracias por todo lo que me diste! Puedes ir en paz.

El amor que me diste lo llevare siempre en mi corazón, tú sabes que te amé profundamente.

Adios mi kuskarito.

Quiero que sepan que compartí este momento con los presentes para que ustedes puedan cerrar el ciclo con Víctor, sus amigos y alumnos tienen derecho a darle su último adios.

Gracias por venir a despedir al gran maestro compositor y amigo leal.

Víctor tu legado no morirá, te vamos a recordar siempre.

Cumpliste tu misión en la tierra, descansa en paz.

María Cristina Gálvez


A Víctor Rasgado in memoriam

El pasado miércoles 18 de enero recibí la triste noticia del fallecimiento de mi queridísimo y admirado amigo Víctor Rasgado. Su muerte representa una gran pérdida para el medio artístico del país y del mundo. Nos conocimos en Roma en 1986 y desde entonces mantuvimos una gran amistad. Durante esos 37 años tuve el gusto de razonar y debatir con él miles de ideas, sobre todo de música y en particular de la composición, además de compartir nuestros logros. Realizamos un sinnúmero de proyectos, entre muchos otros la formación del Ensamble Sones Contemporáneos en Italia y el haber llevado a México a Franco Donatoni, junto con la creación del Festival Internacional Donatoni. Como director, también tuve el placer de encargarle, estrenar y grabar diversas obras.  Pero, ante todo, pude observar con alegría el artista en el que se convirtió.

Fue un compositor muy prolífico de extraordinarias dotes y creatividad, nos dejó una larga lista de obras para varios formatos que van desde instrumentos solos a obras orquestales con solistas y coros. Entre estas destacan sus cinco óperas, su concierto para piano y diversas composiciones para ensamble, entre las más recientes su ballet El Rabinal Achí.  Fue también un maestro consagrado, responsable de varias generaciones de compositores en el país. Gracias a su dedicación e intervención se abrieron múltiples oportunidades para las nuevas generaciones. Asimismo, fue un ferviente promotor de la música contemporánea a nivel internacional por medio de festivales y propuestas de diversa índole. Destaca entre otras cosas su paso como director del Festival Eduardo Mata de Oaxaca y el rescate de Ediciones Mexicanas de Música A. C., que gracias a él no terminó en el olvido y con las partituras en el basurero.  En suma, una persona extraordinaria, con carácter firme y de gran corazón, siempre con enorme disposición hacia los demás. Para mí, un ejemplo clarísimo de lo que es un artista.

Cierro esta breve nota con mi más sincero pésame para su mujer Cristina, su madre Carmen, sus hermanos Alejandro, Héctor, Luis y demás familiares, alumnos y amigos cercanos que como yo tuvimos el gusto de conocerlo y compartir con él su amistad, generosidad y quehacer artístico. Todos sabemos que no hay mejor homenaje para un compositor que tocar su música y eso es precisamente lo que deseo de corazón.  Querido amigo, que tu música viva para siempre.

Juan Trigos


La música mexicana está de luto. Murió nuestro muy querido amigo y colega Víctor Rasgado. Un músico que entendió el mundo sonoro dentro del trabajo de Rulfo, que trabajó estrechamente con Francisco Toledo y que llevó a la música contemporánea a las bandas oaxaqueñas. Víctor no fue sólo un gran compositor de música de cámara y orquestal fue, ante todo, un extraordinario compositor de óperas, siempre sobre temas mexicanos pero nunca nacionalista. Como nadie, Rasgado supo reunir en su lenguaje lo ancestral, lo cotidiano, lo tradicional, las profundas sombras de nuestro país en una propuesta novedosa y personal.

Su primera ópera fue Anacleto Morones, compuesta en 1990 gracias a una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Dos años después ganaría el Concurso Iberoamericano de Ópera de Cámara, convocado por le Ministerio de Cultura español y en 1994 ganó la primera edición del Concurso Internacional Orpheus organizado de manera conjunta por el Teatro Lírico Sperimentale de Spoleto, la Wiener Kammeroper y la Casa Editoria Ricordi. Gracias a este reconocimiento, su ópera se estrenó en septiembre del mismo año en el Festival de Spoleto. Hay que señalar que, además de estas instituciones tan prestigiosas, el jurado estaba integrado nada menos que por Luciano Berio, Friedrich Cerha (compositor quien, además, “terminó” la ópera Lulú de Alban Berg), Edison Denisov, Marius Constant, Philippe Boesmans y Michelangelo Zurletti quienes unanimemente premiaron esta obra.

Anacleto Morones de Víctor Rasgado

Después vendrían la extraordinaria ópera para niños El conejo y el coyote,  en colaboración con Francisco Toledo sobre una leyenda zapoteca. Santa, basada en la novela homónima de Federico Gamboa. La muerte pies ligeros, ópera infantil y Paso del Norte, basada en un hecho real sobre la muerte de un grupo de migrantes oaxaqueños encerrados en un vagón de ferrocarril.

La música popular era parte fundamental en la vida de Víctor. Su tío-abuelo fue el famoso compositor Chuy Rasgado, y en mucha de su música encontramos elementos de este género. Recuerdo en las muchas entrevistas que le hice para Hacia una nueva música, cómo me descubría la canción que estaba oculta en una pieza. Por supuesto para mí era imposible reconocerla pero él se reía y me decía “Allí está”.

Todos recordamos además los talleres que organizaba junto con Juan Trigos, con su maestro Franco Donatoni de quien Víctor fue asistente. Después él siguió su propio trabajo como docente. Formó a varias generaciones de compositor@s tanto en la ciudad de México (Estudios de Música del CIEM) como en Oaxaca (Creación Musical de Oaxaca que fundó en 2003), que siempre estuvo cerca de su corazón. Su pasión por la enseñanza hizo de él un hombre generoso con sus conocimientos y amoroso con sus alumn@s.

Realizó una labor encomiable en el CaSa,(Centro de las Artes de San Agustín, Etla, Oaxaca) promoviendo la composición de obras para banda sinfónica de las que existen registros en CD.

Junto con su compañera de vida María Cristina Gálvez, le dieron a Ediciones Mexicanas de Música un segundo aire, y salvaron el patrimonio de esta casa editorial después del terremoto de 2019: lo sacaron de su sede original con peligro de sus vidas y lo pusieron a salvo primero en su casa, luego en otros espacios, hasta encontrar la que es ahora su sede en la Zona Rosa.

Víctor Rasgado era una persona amable, cariñosa, generosa y con una gran humildad sobre su trabajo. Deja un legado extraordinario tangible e intangible. Su música sin duda permanecerá. A nosotros nos deja un vacío imposible de llenar.

Ana Lara


Víctor Rasgado, Juan Trigos y Nicolás Alvarado
Javier González Compeán, Juan Trigos, Víctor Rasgado y Gerardo Tornero (ingeniero de sonido).

Se nos fue Victor Rasgado
Se fue antes de lo esperado, amigo entrañable y generoso.
Obsesivo del cuadrado mágico de Bach, creativo incansable, dispuesto siempre a resolver tus dudas y estiraba el tiempo.
Siempre alguien nos hace falta sobre todo cuando ya se fue.
Aprovechemos a los amigos que no se han ido.

Marcela Rodríguez


Cuando conocí a Víctor yo tenía 15 años y estuve en su taller de composición hasta los 16, ahí aprendí mis primeras notas atinadas, a pensar fuera de la caja sin perder calidad, a sentir la música desde la idea de la concepción. Del mundo de Víctor lo primero que me sorprendió de conocerle fue la enorme vinculación que tenía con el extranjero, con Italia para ser precisos. De mí venía la pregunta: ¿Por qué vivir ahí o vivir acá? Ahora, quizá entiendo un poco más la respuesta. Y es que la música sin licencia ni duda viaja a través del mundo, del tiempo, y como ahora lo veo, de la vida misma; Víctor y su música, según siento después de su repentina partida, vive más allá de Italia y de nuestros ojos y siempre vuelve aquí, a la mente y oídos de los que lo conocimos y sus nuevos oyentes, como el viajero que hace meses o semanas fuera de casa va y viene, con Paso del Norte, con Anacleto, o simplemente con alguna de sus tantas obras de cámara, soy fagotista y no puedo dejar de pensar en su obra Emphasis para fagot solo, tocarla para él y su ayuda en la revisión ha sido uno de los momentos musicales más emblemáticos de mi vida.
Gracias a Víctor Rasgado el viajero que siempre vuelve y ayudó a cambiar mi visón del mundo y
de la música.


Juan Carlos Villaseñor


Querido Víctor,
Pareciera que ya te fuiste, pero siento que estás más presente que nunca.
Habiendo pasado tantos años tras la última vez que estuve en tu taller de composición y análisis, cada vez que me siento a componer sigo aprendiendo de tus enseñanzas y consejos. Podría adivinar que sucede lo mismo con la gran mayoría de tus alumnos.
Recuerdo que alguna vez dijiste en clase que la razón principal por la que hay que entregarse con rigor al oficio de la composición es porque nos convierte en mejor personas. Para mí, más allá de cualquier razón para seguir componiendo o dejar de hacerlo, eso ha sido una guía confiable y un consuelo.
Gracias por la música.

Juan Pablo Medina


Conocí la música de Víctor poco antes de que fuera mi maestro, escuché mucho ese disco de “ensamble sones contemporáneos”, me lo había imaginado diferente a partir de su música, que me sonaba compleja y en ese entonces me parecía algo críptica pero fluida (todavía no había escuchado Donatoni) me gustaba, sobre todo Rayo Nocturnal. Él en cambio era sencillo, todo me parecía que lo hacía de manera pausada, para mi acelere mental, producía un efecto pacificador. Le tenía mucho respeto, era un guía más paternal que otros maestros que había tenido. Recuerdo muy bien una vez que con toda tranquilidad arregló una rencilla entre otro colega y yo; la pelea surgió apartir de una obra que yo estaba escribiendo, no puedo creer ahora que se haya producido esa trifulca que casi llega a los golpes y él en la actitud más zen desbarató el scrum. 

Cada que lo veía recordaba eso, nos vimos poco, pero coincidí muchas veces para escuchar sus óperas, una vez en Amsterdam, en Oaxaca y CDMX, creo que la última vez que lo ví fue en su casa después de algún concierto, tenía una risa que daba gusto escuchar, siempre me ha gustado provocar carcajadas en ese tipo de personalidades. Hablamos de armar algo suyo y de Donatoni. Nunca se hizo, y ahora se siente en verdad prematuro que si se hace, será un concierto póstumo. 

A pesar de haber analizado muchas obras con él, nunca me fue natural escribir a partir de la idea de relectura de Donatoni, él nunca tuvo problema con eso, en mi caso al menos supo separar lo que aprendíamos en análisis y lo que escribíamos como proyecto personal. Siento que había una idea en general de que al haber estudiado con Donatoni, pretendía que todos sus alumnos escribieran de la misma forma, en mi opinión y experiencia no fue así. 

Seguramente continúa su camino con la misma paz, con la misma risa. Buen viaje Víctor te recordamos con cariño.

Carlos Iturralde


Antes de que Víctor fuera mi profesor de composición y análisis, yo había escuchado un par de sus obras en concierto y había oído mucho hablar de él. La idea que me había formado de Víctor era que se trataba de un compositor especialmente talentoso, que escribía y analizaba música contemporánea muy compleja y que venía de vivir en Italia. Yo tenía muchas ganas de estudiar con él, en parte porque sentía que era una oportunidad de aprender cómo analizar y escribir distintos tipos de música contemporánea que me interesaban. 

Fue a finales de los noventa que empecé a estudiar con Víctor en el CIEM. Él nos enseñó, con mucho detalle, los métodos con los que estaban compuestas obras de Boulez, Ligeti y Webern, entre otros. A Víctor le atraían – ¡cómo lamento empezar a conjugar en pasado al referirme a él! – las piezas que estaban compuestas de manera muy sistemática. En clase nos obsesionábamos todos por descubrir lo que él llamaba «el código» en obras que le gustaban e inspiraban. ¡Y cómo nos alegrábamos al encontrarlo! Como profesor de composición, Víctor buscaba entender qué música queríamos hacer, nos sugería varias técnicas para continuar con nuestras ideas iniciales, y nos daba muchos ánimos. En las clases con Víctor llegábamos a sentir que formábamos parte de un gremio esotérico que descubría secretos en obras modernistas del siglo XX y que cultivaba un oficio que demandaba mucha dedicación. Desde un principio, podíamos ver que Víctor era una persona muy noble, que buscaba empatizar con nosotros, enseñarnos lo que sabía y motivarnos con nuestros trabajos. Una característica muy especial de Víctor es que transmitía estar muy tranquilo y en paz.

Dejé de estudiar con él alrededor del año 2001 y, desgraciadamente, solo lo volví a ver un par de veces más. Una de esas veces fue después de una representación de su ópera  «El Conejo y el Coyote» en el Centro Nacional de las Artes. Recuerdo que Víctor se había quedado muy contento con la interpretación y que a mí me había gustado mucho. La última vez que lo vi fue en 2015 en Madrid, él venía de trabajar en la representación de una de sus óperas en Alemania. Cenamos juntos y me volvió a sorprender lo empático y especial que era como persona.

¡Víctor, te echamos mucho de menos!

¡Muchas gracias por tu cariño y generosidad!

¡Te seguiremos escuchando en tu música!

Sergio Luque


Recuerdo a Víctor Rasgado, ante todo, con la mayor gratitud, como Maestro y como amigo. Como
Maestro, claramente enseñaba que la frontera entre oficio y vida diaria prácticamente no existía y de ahí que era menester ser amigos además de estudiante y maestro, y ésto, era parte de lo que había aprendido como discípulo directo de Franco Donatoni y así lo transmitía. Por ello quizá, sus clases de taller se mezclaban con el día a lo largo de varias horas, los sábados (al principio era los domingos) en su taller en las calles de Manzanillo primero y después en la calle de Medellín, las sesiones eran de 9.00 a 19:00 horas, algo insólito para mí, pero que de nuevo hacía más fácil borrar la frontera imaginaria entre oficio y vida. Y aún más con este enfoque, asistimos a muchísimos conciertos y reuniones con músicos como parte del entrenamiento y la “seguíamos” cenando y conversando acerca de todo. En su enorme generosidad, no sólo me enseñó aspectos técnicos tan esenciales como la grafía adecuada para esta música, la manera de pensar sistemáticamente en códigos que respondieran a la esencia de los gestos que proponíamos, o cómo analizar piezas clave del repertorio contemporáneo, sino que además desde la camaradería me enseñó que si quería ser un compositor de tiempo completo, también mi vida diaria tenía que acomodarse a ello en todos los aspectos con fin de reforzar el oficio y por tanto la vida misma. En mi experiencia, creo que él fue el único Maestro de música que me enseñó de qué va el tejido de vida y obra, cómo se lleva a cabo, y cómo transmitirlo a otros. Por ello, le recuerdo con entrañable cariño y gratitud, y con mucho arrepentimiento de no haber buscado convivir más con él cuando ya no tomaba clases en su taller. Te mando enorme abrazo a donde quiera que estés. Y siempre te estaré agradecido por tu enorme generosidad y claridad.

Alejandro Saqui


Canción de Cuna

En efecto, enseñar es todavía más difícil que aprender.  Esto lo sabemos muy bien, pero pocas veces lo pensamos.  ¿Y por qué es más difícil enseñar que aprender?  No porque el maestro deba tener una mayor cantidad de información siempre a la mano.  Enseñar es más difícil que aprender porque lo que pide la enseñanza es esto: dejar aprender.  De hecho, el verdadero maestro no deja que nada se aprenda que no sea: aprender.  Por lo tanto su conducta a menudo produce la impresión de que propiamente no se aprende nada con él…

Heidegger

Me ha tomado mucho tiempo tratar de entender, aclarar y pensar lo que puedo decir sobre Víctor
Rasgado.  Los que lo conocimos encontramos en él a una persona siempre amable que transmitía
una gran tranquilidad, una persona con muy buen sentido del humor.  Tuvo para con sus maestros,
María Antonieta Lozano y Franco Donatoni, cariño y agradecimiento evidente.  En su taller de
análisis y composición demostraba una capacidad de trabajo admirable que se traducía en sesiones
muy largas en las que paso a paso, compás por compás, nos acompañaba a entender la manera en que la obra en cuestión estaba hecha.  Esto le fascinaba y a no pocos de sus alumnos, entre los que me encontraba, también acabó por maravillar. Gracias a Víctor por primera vez teníamos a la mano herramientas con las cuales entender el funcionamiento de música que inicialmente nos resultaba misteriosa.  Nos abría las puertas a una manera de pensar y entender la música.

Tengo la impresión de que para Víctor la composición y el análisis iban de la mano.  Tal vez es por esa razón que en mis recuerdos de su taller me cuesta diferenciar entre las sesiones que se dedicaban a una u otra actividad y me vienen a la mente más bien entrelazadas.  En los días que siguieron a su partida escuché una pequeña pieza suya que me llamó la atención: “Canción de cuna” para voz y piano.  Me atrajo la aparente simplicidad de esta música, la claridad de las ideas, y el tema de la muerte del que habla el poema y la música.  Conforme pasaron los días la pieza merodeaba en mi memoria, y crecía en mi el interés por saber cómo estaba hecha esta música.  Poco a poco fui descubriendo las estructuras y materiales que Víctor usó para escribir esta música, y también me topé con preguntas que todavía no encuentran respuesta (y con uno que otro “error” que habría que corregir en la partitura).  Después caí en la cuenta que la mejor manera que tengo de honrar su memoria es compartiendo algo de lo que aprendí con él, la manera en que pensaba la música y las preguntas que su forma de trabajar nos plantea.  Lo que sigue es un intento por hacer justo eso.

“Canción de cuna” es una pieza para voz y piano que toma el poema homónimo de García Lorca.  El poema habla de la muerte de una niña, se aleja en su barca al alba dormida.  El texto no se emplea en su totalidad, extrañamente se omite la penúltima línea.  Podemos trazar un paralelismo entre la temática de la pieza y la evolución del material en la misma, donde las características del material conducen a una transformación interna.  El texto se presenta como un canto silábico callado que parece deambular sin mucha dirección, repitiendo intervalos y alturas en cada una de las primeras tres frases, hasta detenerse en la primera duración larga que repite inmediatamente la misma altura (do) por primera vez en la exclamación “¡Duerme!”(figura 1).  Inmediatamente después el piano presenta un largo y delicado descenso de registro en dos voces que parece desvanecerse al ir perdiendo densidad y desembocar en alturas graves de larga duración.  Esta es la idea principal de la pieza. (figura 1)

Figura 1

A pesar de ser una idea muy simple que parece desenvolverse con naturalidad casi espontánea, al analizarla se revela como una música cuidadosamente estructurada.  La voz sigue muy de cerca las secuencias de alturas que se presentan en el piano y parece ser una construcción mucho más libre o menos rigurosa que la música del piano.  Bajo este entendido, en lo siguiente me centraré en analizar la parte del piano.  A continuación (figura 2) se presentan las secuencias de alturas de la primera frase del piano. 

Figura 2

Las líneas de fraseo indican dos secuencias en voz superior (mano derecha) y una en la voz inferior (mano izquierda).  La línea inferior parece ser el retrógrado de la segunda frase de la mano derecha con excepción de las últimas dos alturas (fa#, do) que ocurren en la secuencia aparentemente equivocada ya que para ser el retrógrado exacto de la mano derecha, la secuencia debería ser do-fa#.  Esta secuencia se caracteriza por tener una construcción simétrica en diferentes escalas y ejes (figura 3).  En la línea superior podemos observar una simetría en la secuencia de intervalos (3M 3m 2M 4 4+ 4 2M 3m 3M) con una cuarta aumentada como eje, los primeros cuatro intervalos son descendentes mientras que los cuatro siguientes son ascendentes.  La voz inferior es una inversión transpuesta de la misma secuencia interválica y además es el retrógrado de las últimas diez alturas de la voz superior. De ahí podemos concluir que la segunda frase de la voz superior contiene a su vez una inversión transpuesta de la primera (figura 4).

Figura 3

Figura 4

El primer pentagrama de la figura 4 muestra todas las alturas de la voz superior de la primera frase del piano identificando el material original (O11) y la primera inversión (I7).  Se puede observar también otra característica de relación estre estos dos ordenamientos de alturas: separando la secuencia original por pares de alturas, podemos ver que la inversión transpuesta en este grado (I7) tiene la característica de emplear la misma secuencia de alturas pero invertidas por pares.  Así, la secuencia si-sol se transforma en sol-si, seguida de mi-re transformado en re-mi, etc..  El único par de alturas que permanece inalterado es la primer tritono (la-mi bemol).  Las letras en colores de la figura 4 ilustran esta relación entre la secuencia original y la inversión.  El último pentagrama de la figura 4 presenta la secuencia de alturas de la mano izquierda.  Aquí podemos ver que la sucesión de pares de alturas (e d c’ b a f) es el retrógrado de la secuencia original (a b c d e f), con la excepción de los tritonos, donde el primero está invertido (c’) a diferencia del último que permanece en la misma secuencia de alturas(fa#-c, o f).

            Señalo todos estos aspectos porque este tipo de particularidades es a lo que Víctor se refería como “características del material”.  No es trivial que haya escogido esas inversiones y retrógrados como materia de inicio de la pieza.  Su selección despliega una cualidad específica de simetrías y mecanismos de inversión que serán desplegados a lo largo de la pieza.  Si bien el lenguaje que he utilizado y las características que he resaltado nos remiten al pensamiento serial, la manera de trabajar de Víctor se distingue de un tratamiento serialista ya que en vez de procurar preservar íntegramente al material original, busca que éste se transforme gradualmente al ser sometido a los procesos que sus características revelan.

            Estructuralmente la pieza contiene cuatro frases que comienzan con la voz seguidas del gesto descendente del piano.  Estas frases ocurren en los compases 1, 14, 27, y 39.  La figura descendente del piano comienza en los compases 8, 21, 32 y 48.  La figura 6 resalta que el material de la mano izquierda del piano siempre es el retrógrado de la mano derecha.  Señala también en color las alturas que existen a la partitura que considero son equivocaciones, ya que contradicen la estructura que el resto del material parece indicar.  En la figura 5 se ilustra la manera en que las simetrías señaladas anteriormente se despliegan para gerenrar el material de las frases siguientes.  Por ejemplo, el material de la segunda frase transforma el material original al emplear la característica de rotación por pares al único par de alturas que permanece inalterado al comparar la versión original (O7, mano derecha) con la inversión transpuesta (I7, mano izquierda).  Además, a la altura do se le da un tratamiento especial, ya que esta altura siempre funciona como el punto final de las frases de la voz, como una especie de cadencia, resaltada con el texto “¡Duerme!”.   La tercera frase se deriva de la segunda, nuevamente rotando por pares a la secuencia transpuesta, pero en este caso la rotación se aplica a todos los pares, y nuevamente la altura do es excluida de la secuencia.  Finalmente, la última frase del piano deriva su material de la tercera frase intercambiando.

            La rítmica de las frases del piano también se rige por una organización de duraciones que se asignan a cada una de las alturas, resaltando así la importancia las simetrías interválicas al enfatizarlas con simetrías temporales.  En la figura 7 se ilustra como a partir de una disposición cromática de las alturas se asignan las duraciones en diferentes disposiciones para cada una de las frases.  La duración más corta es la acciaccatura, que además funciona siempre como punto de inicio o final del fraseo interno.  Esta duración simpre está asignada ya sea a fa# o a do.  El resto de las duraciones son una secuencia creciente de octavos desde un octavo hasta 6. Esto es muy claro en las últimas tres frases, donde se emplean todas las duraciones (1 corchea, 2 negra , 3 negra con punto, 4 blanca, 5 blanca ligada a corchea y 6 blanca con punto).  La organización de duraciones es algo inconsistente en las primeras dos frases del piano ya que en ambas se emplean varias duraciones de negra, pero la organización es evidente en la última frase que además  presenta una simetría interna (5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 5).

            Estos aspectos de la organización del material nos ilustran en buena medida el método de trabajo que utilizaba Víctor y que transmitía en sus clases.  A la distancia, encuentro que lo que transmitía Víctor en sus enseñanzar tenía muchas cualidad que ayudaban a que sus estudiantes se encaminaran en el acto de la escritura musical.  Si bien no imponía su método de trabajo, para muchos fue un camino que sirvió de impulso inicial hacia la escritura musical.  Como punto de partida, permitía comenzar a plasmar ideas y superar los bloqueos habituales generados por sinúmero de preguntas que surgen al querer comenzar a escribir música.  Pero el método no estaba excento de ciertos peligros, el mayor de los cuales es centrar demasiada atención en el método y no en el resultado.  Y aquí regreso al punto de partida, pues lo que me atrajo de «Canción de cuna» inicialmente no tiene mucho que ver con el método de trabajo analizado aquí, sino con la fragilidad y delicadeza que contiene esta música.  Habría que recordar la distinción entre la manera en que algo está hecho y lo que es.  Si bien la técnica empleada indudablemente genera la coherencia interna y colorido del desarrollo de la pieza, ésta no se reduce simplemente al método de trabajo.  Probablemente esta distinción crucial es una de las enseñanza más importantes que puede transmitir un maestro de composición.  Aunque en mi experiencia Víctor nunca expresó directamente esta cuestión, tengo la impresión que logró con su ejemplo situarme en el lugar adecuado para plantear esa pregunta.  A juzgar por el trabajo de muchos otros de sus alumnos, creo que fue exitoso en sembrar esa pregunta en otros también. 

Gracias maestro, buen viaje.

Figura 5

Figura 6

Figura 7

Juan Cristóbal Cerrillo

Canción de Cuna. Víctor Rasgado

Selección de obras de Víctor Rasgado realizada por Juan Trigos

  • Concierto para piano y orquesta

Audio

I Movimiento: https://1drv.ms/u/s!AvPv09rEHPUFhp0k4xTyBqTh-9wR-A?e=M3oTLs

II Movimiento: https://1drv.ms/u/s!AvPv09rEHPUFhp0ljpxalYAjAkCuTw?e=lBGEwp

III Movimiento: https://1drv.ms/u/s!AvPv09rEHPUFhp0mS9-1XgVZMG6c2A?e=TnGer6

  • Concierto para tuba y orquesta

Audio: https://1drv.ms/u/s!AvPv09rEHPUFhp0pA65U2ts21VPMpQ?e=EBYVyn

  • Rabinal Achí (ballet en un acto, para ensamble)

https://youtu.be/8L0rTUkGa9Y

https://1drv.ms/u/s!AvPv09rEHPUFhp0qQJGzlqqHM_xZKg?e=36qEKw

  • Ventus (octeto de alientos)

Audio score YouTube: https://youtu.be/bkq3aXO3Iv0

  • Beating (ensamble)

Audio score Youtube: https://youtu.be/ScgOEfwjde8

  • Revontulet (ensamble)

Ensamble de cámara

Audio score YouTube: https://youtu.be/LWZyPBpsx2E

  • Ollin (ensamble)

YouTube: https://youtu.be/8L0rTUkGa9Y

  • Onix (ensamble)

Audio score YouTube: https://youtu.be/KdvlXUnMfow

  • Rumores de la tierra (trompeta, piano y percusiones)

Audio: https://1drv.ms/u/s!AvPv09rEHPUFhp0jVF6UHV-NkViYNg?e=1fO59X

  • Quetzaltepec (orquesta)

Audio: https://1drv.ms/u/s!AvPv09rEHPUFhp0nYC9LcJDcDjF1cw?e=J2qtkI

  • Xinbal (orquesta)

YouTube: https://youtu.be/6Z6eyniSUec

  • Homenaje a Sor Juana (soprano y orquesta)

YouTube: https://youtu.be/K962FD76dW8

  • Seis gestos sobre las cuartas (piano)

Audio: https://1drv.ms/u/s!AvPv09rEHPUFhp0r5bo9gJkuf2DEYg?e=fSrHQW

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Sonus litterarum, la literatura del sonido, acerca los textos y contenidos sonoros y académicos al rededor  de le música, entendimiento y estudio.

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