Ideas Sónicas | 05 |


Portada: Édgar Valcárcel

Publicación bilingüe del Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras
Volumen III | Número 1 | Otoño 2010
Director: Rodrigo Sigal

Música en el Holodeck – 1a parte


Bienvenidos al primero de dos números de Sonic Ideas/Ideas Sónicas titulados Música en el Holodecke inspirados por el libro seminal de Janet Murray titulado Hamlet on the holodeck: the future of narrative in cyberspace (1997). Murray expone nuevas posibilidades que los medios virtuales han abierto a las artes literarias; tomando como metáfora e inspiración el holodeck – un ambiente computadorizado empleado en la creación de realidades virtuales multi-sensoriales que no pueden ser distinguidas del mundo físico; apareciendo en la famosa serie Viaje a las Estrellas: La Nueva Generación (Star Treck: The Next Generation, Roddenberry et al, 1987- 1994). Murray también describe varios proyectos que considera pasos esenciales en la evolución de nuevas formas artísticas, desde la emulación del comportamiento humano a los simuladores multi-usuarios (MUDs), los juegos de rol, la improvisación y la exploración de alter-egos en ambientes virtuales.
Un aspecto interesante de la metáfora del holodeck es que es aplicable a otros campos artísticos, incluyendo la música. Por ejemplo, no es difícil imaginar que en un futuro no lejano la composición audiovisual se convierta en forma artística tridimensional e interactiva (la proyección de sonido ya es tridimensional), con participantes reales y virtuales que incluyan tanto al público como a interpretes más tradicionales que aparezcan en el escenario.
Aunque no es seguro que el holodeck se convierta algún día en realidad, no cabe duda que los avances tecnológicos rebasen el mero enriquecimiento de la paleta del artista, y que ejerzan una gran influencia sobre la manera en la que percibimos y nos relacionamos con el arte, así como sobre su constitución y los medios usados en su creación. Estos avances no solo posibilitan la aparición de nuevas expresiones y formas artísticas sino también son causa de la evolución de formas existentes, y esta evolución no es siempre tan solo un asunto de contenido, técnica y presentación, pero más bien de alcance; podemos tomar como ilustración de estos procesos la consolidación de la ópera en la época de Monteverdi y su evolución hacia el gesamtkunstwerk Wagneriano. Es más, el fin del siglo veinte y el comienzo del veintiuno han presenciado una aceleración sin precedente en el desarrollo de la tecnología; una proliferación de medios electrónicos que requirió la revisión ontológica de contenido, figura y fondo llevada a cabo por McLuhan (McLuhan and Powers, 1989) e incitó la proclamación de Attali acerca de la venida de la ‘era de la composición’ (Attali, 1985).
¿Estaremos al borde de la instauración de nuevas formas artísticas? ¿Será posible que el incremento de la velocidad de transmisión binaria propicie una creatividad novedosa? ¿Es factible que YouTube, Second Life, Twitter y Facebook encubran holodecks incipientes? ¿Encontraremos futuros paradigmas y plataformas musicales en los mecanismos de los videojuegos? ¿Estaremos convirtiendo las salas de concierto tradicionales en reinos virtuales y será posible que éstos últimos terminen remplazándolas? ¿Cuáles son las perspectivas de las expresiones artísticas que ya conocemos, la forma en que son presentadas y los rituales que han preservado (ej. la tradición de la sala de conciertos), desde puntos de vista financieros, sociales y/o estéticos? Estos son tan solo algunos de los dilemas que los músicos y el público tienen que confrontar. Además, ¿será posible que la misma diferencia entre músicos y público se esté erosionando, o por lo menos esté siendo redefinida como resultado de los cambios ocasionados por avances tecnológicos?
Música en el Holodeck aborda varias de estas preguntas, presentando una variedad de perspectivas que pueden ser categorizadas en tres secciones: visiones, ontologías y formas incipientes. El número presente incluye las dos primeras secciones, mientras que el próximo número incluirá la tercera. Visiones consiste de textos que ofrecen perspectivas amplias del presente y el futuro de la forma y contenido artísticos, sus manifestaciones sociales, e – importantemente – sus implicaciones ambientales. Éstas son discutidas elocuentemente en artículos comisionados especialmente para este número, teniendo como autores dos de los más venerados creadores y pensadores de la comunidad internacional: Ricardo Dal Farra considera las posibilidades que los cambios tecnológicos y sociales han puesto a nuestro alcance, recordándonos que no es solo cuestión de construir el holodeck pero más bien de saber por qué y para qué queremos construirlo. Por otro lado, Leigh Landy examina el ‘futuro no muy distante’ de la creatividad sonora, en el contexto tres temas que lo han ocupado por muchos años: el paradigma de la música de sonoridad1, acceso por medio de un bucle de intención/recepción2, y formas nuevas de diseminación que han de completar la transición del ‘laboratorio’ y su público bien informado a comunidades mucho más extensas.
La segunda sección considera cuestiones ontológicas que son de relevancia a lo virtual, al arte y la tecnología, y a la interdisciplinaridad artística. Los dos primeros textos demuestran que lo virtual ya existía antes de la era digital. Ana Carvalho and Marc Behrens proponen que lo virtual como concepto tecnológico junto con lo físico forman una sola entidad: lo vireal.Además, la conjunción de nuestras nociones de lo vireal y el uso de la tecnología afectan las narrativas de nuestras vidas, que a su vez están conectadas y entretejidas con las narrativas de otra gente. El texto en si consiste de dos narrativas entretejidas: una de ellas discute los procesos descritos previamente y la otra es la narrativa de un muchacho de 14 años en la que se encarnan empíricamente esos mismos procesos. Simon Shaw-Miller explora lo virtual por medio de la representación de la música en las bellas artes en las modalidades de trompe l’oeil (engatusando al ojo a que crea que la superficie bidimensional contiene objetos reales tridimensionales) y el cubismo.
Jose Luis García Nava descubre ‘la relación de inmediatez que existe entre el movimiento corporal y la dinámica de la forma artística’; tomando como punto de partida una fotografía que muestra a Jackson Pollock en el momento en que derrama pintura sobre el lienzo y un diagrama de Rudolph Laban. Carlos López Charles contribuye a esta discusión interdisciplinaria con su examen de la idea de transducción entre imagen y sonido, como proceso a través del cual uno de los medios es trasmitido al otro; transformándose a la vez como consecuencia de su interacción con este último. Este examen es llevado a cabo desde varios puntos de vista, incluyendo la fisiología cerebral, el concepto de isomorfismo, las metáforas de herencia genética y del cuerpo humano, y la semiótica. Finalmente, judsoN vuelve a dirigir la discusión en torno a la música, sugiriendo un enfoque más amplio que el existente por separado en las varias disciplinas que la estudian: ‘el audio ingresa a nuestro cerebro a través de los oídos, mas después de entrar sigue muchas trayectorias, y no todas terminan en la percepción del sonido…Por eso, necesitamos una disciplina que abarque esta ancha funcionalidad neural’. Sugiere así el término neuroacústica como nombre de aquella disciplina que, además de preocuparse de la psicoacústica, también incluye cuestiones lingüísticas, culturales, sociales y filosóficas.

Edgar Valcárcel – In Memoriam

El 10 de Marzo de 2010 la comunidad musical recibió la triste noticia del fallecimiento de Edgar Valcárcel Arze, uno de los grandes compositores y pioneros musicales peruanos de los siglos veinte y veintiuno. Valcárcel dejó una huella indeleble en aquellos que lo conocieron, que se refleja en las palabras conmovedoras escritas por amigos, alumnos y colegas. Es un gran honor poder dedicar una sección especial de este número a la memoria del maestro Valcárcel.
Sin duda, habrá alguna repetición en los datos incluidos en los textos: eso es inevitable. No obstante, decidimos no editar esta redundancia a favor de preservar el espíritu e integridad de cada contribución. La primera de éstas es un recuento sincero narrado por su amigo y colega Mesías Maiguashca, destacado compositor que también perteneció junto con Valcárcel al grupo selecto de compositores jóvenes que fueron becados a principios de los años 60 por el CLAEM (Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales), Instituto di Tella. Las tiernas palabras de Maiguashca incluyen anécdotas personales así como las voces de otros amigos del ‘di Tella’. Manuel de Elías, fundador y presidente del Colegio de Compositores Latinoamericanos de Música de Arte aporta una delicada elegía en nombre de amigos y colegas pertenecientes a la institución que preside. A continuación el lector encontrará reseñas biográficas cortas esbozadas por dos prominentes compositores peruanos: José-Carlos Campos, que fue alumno de Valcárcel, y Nilo Velarde, uno de los miembros principales del Círculo de Composición del Perú (Circomper). Sadiel Cuentas, también miembro principal de Circomper, complementa los textos anteriores con un enfoque en la inmensa contribución de Valcárcel a la vida musical y cultural del Perú; siendo campeón de la música nueva y, al mismo tiempo, estando en constante búsqueda de un intenso vínculo ‘telúrico’ con el rico patrimonio musical de su país.
Finalmente, quiero expresar mi gratitud a la familia de Edgar Valcárcel, y en especial a su hijo Fernando, por su pronta respuesta a la solicitud de una foto de Edgar y el permiso para publicarla en este número.

Rajmil Fischman


Índice

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sonus litterarum, la literatura del sonido, acerca los textos y contenidos sonoros y académicos al rededor  de le música, entendimiento y estudio.

Síguenos

¡Suscríbete!
Entérate de noticias y recibe notificaciones de publicaciones directo en tu buzón