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De Tópicos y Unidades

Rubén López-Cano

Del 20 al 22 de octubre de 2022 se celebró en Valladolid el congreso Tópicos en la música hispana: siglos XVIII-XXI. La organización del encuentro me invitó a ofrecer una de las conferencias plenarias así que dirigí mis pasos hacia el corazón de Castilla. Fue un placer escuchar los avances en las investigaciones de queridos y respetados colegas como Olga Sánchez Kisielewska y Joan Grimalt. Sánchez Kisielewska parte de la noción de tópico musical de Danuta Mirka quien lo define como “estilos y géneros musicales extraídos de su contexto habitual y usados en otro” (Mirka 2014a, 2). Grimalt, por otro lado, prefiere basarse en el término topos de la teoría literaria de Ernst R. Curtius (2013) que lo entendía como un lugar común’, para mostrar cómo ciertos temas fueron recurrentes en la literatura de todos los tiempos y territorios” (Grimalt 2020, 71). La verdad es que no estoy seguro de que hayan hablado de lo mismo.[1]

Estupendas me parecieron también las presentaciones de Águeda Pedrero-Encabo sobre el significado de la música de Domenico Scarlatti y Luis López Ruiz sobre lo pastoral en Antonio Rodríguez de Hita. Ambas mostraron un impecable nivel intelectual; un limpio ejercicio de adaptación de la teoría a músicas diferentes para la cual fue creada y ofrecieron atractivos resultados. Los dos trabajos siguieron escrupulosamente las teorías de Hatten, para quien:

Un tópico es un tipo estilístico familiar con características musicales fácilmente reconocibles que van desde una simple figura (fanfarria, toque de trompeta), hasta una textura (la polifonía o contrapunto imitativo que remite al estilo erudito; o la homofonía que apunta al estilo coral o himno), un género completo (varios tipos de danza y marcha; obertura francesa), un estilo (ombra, tempesta, Empfindsamkeit) o alguna superposición de estas categorías (Hatten 2014, 514).

Ambos estudiosos también emplearon la noción de tropo y marcaje del mismo autor (Hatten 1994; 2004). La verdad es que creo que fueron los dos únicos colegas que realmente lograron hablar sobre el mismo problema durante todo el congreso. Fascinante también fue la presentación de María Nagore sobre el Nocturno como género, tema, ensoñación y conducta tardo-romántica. La integridad intelectual de la profesora de la Universidad Complutense quedó de manifiesto en su frase final: “la verdad no creo que el tópico tenga algo que aportar a mi investigación”.

Debo confesar que hacía mucho tiempo que no asistía a todas las sesiones de un congreso por lo que fueron días realmente agotadores. Sin embargo, no me privé de ver a viejos amigos. Tenía mucho tiempo de no visitar la ciudad donde viví felizmente varios años dedicados a redactar gran parte de mi tesis doctoral. Valladolid es el sitio ideal para hacer una tesis: las bibliotecas funcionan bastante bien; las distancias son muy cortas por lo que te puedes mover la mayor parte del tiempo a pie; en caso necesario Madrid está al lado; y sobre todo, el clima y el tradicional savoir vivre castellanos logran persuadir hasta al más necio procrastinador de que es mejor quedarse en casa trabajando.

Tentado por la nostalgia, una de aquellas noches lluviosas decidí arrastrar mi cansada figura por algunos rincones de la ciudad. Se me ocurrió visitar alguno de los bares donde en mi época de estudiante solía ahuyentar la monotonía doctoral estirando hasta niveles asombrosos mis pocas pesetas. Han de saber que en Castilla el dinero, los atardeceres, los amores, la tortilla de patata y las horas duran mucho más que en el resto del mundo. Me aproximé al bar “El Marco Teórico” intentando recordar si tenía aun alguna deuda pendiente con ellos. Por fortuna, la única camarera a cargo no me conocía de nada.

El sitio estaba igual que hace veinte años: mal iluminado, oloroso a bocata de morcilla y cerveza Cruzcampo y rezumbando la música de Los Rodriguez. Lo sé, la postal puede resultar poco atractiva pero la verdad es que inmediatamente me sentí en casa. No había casi nadie. Sólo estábamos la camarera, este relator y algo al fondo: en una mesa perdida de un rincón se escuchaba la animada conversación de dos parroquianos. Me pedí un mosto del Duero doble. No pude evitar observar a las personas de la única mesa ocupada en el local. Entre los estertores de Calamaro distinguí sus voces, sus palabras, sus humos y talantes. De repente reconocí quien hablaba tras esa espesa nube de humo (es que a esas horas, en la salvaje Castilla, las leyes antitabaco y de otro tipo son meras sugerencias). Estaba siendo testigo de una enjundiosa discusión entre dos conceptos teóricos: los Tópicos musicales y las Unidades Semióticas Temporales.

El Tópico desparramaba su enfermizo sobrepeso en una heroica silla que apenas lograba sostenerlo. Con gafas oscuras y envuelto en un aparatoso abrigo de piel sintética, sus ostentosos anillos y collares disparaban de vez en vez deslumbrantes destellos dorados que parecían poner puntos y comas a su discurso en indisimulado acento del sur de Estados Unidos. Recordaba a Elton John, sin Lady Di y más gordo y grotesco. Su apabullante figura contrastaba mucho con la de las Unidades Semióticas Temporales que, enfrente de él, se tumbaba en el respaldo de la silla con evidente desgano existencial. El cabello revuelto y sin lavar; su delgadez extrema y ropa sucia y maltrecha contrastaban con sus finas palabras afrancesadas. Su boca dejaba entrever una dentadura percudida y con notables huecos que evidenciaban que en ella, todo eran ausencias que ya nadie echaba de menos. Sus ojos acusaban largas jornadas de insomnio y su semblante la convivencia intensa con sustancias ilegales. A su lado se sostenía una enorme mochila de viajero que, a juzgar por su estado, la acompañaba incansable en su camino hacia ningún lugar.

— ¿Pero esto… qué es? —Le pregunté atónito a la camarera.

— ¿Qué?… ¡ah!… ¿eso? Es muy común a estas horas. Siempre que la Universidad organiza un congreso a última hora de la noche se vienen los conceptos teóricos a tomarse la última copa… o la penúltima…

— ¿Y te dan mucho trabajo? —Alcancé a balbucear torpemente y sin salir aun del asombro.

— Depende. Hace seis meses organizaron unas jornadas sobre estudios de género y no veas la que se lió. El empoderamiento subido en esa mesa de allá y el síndrome de la impostora aquí en la barra: ambos se lanzaban una y otra vez sobre la barriga del patriarcado que no pudo levantarse del suelo en toda la noche…

— Pobre patriarcado —dije aun sin entender la situación.

— No te creas… el tipo es indestructible… por más que le hacían cosas permanecía intacto y hasta feliz… se burla de todas nosotras. Lo más complicado de esa noche fue el tema de los baños. Los términos del feminismo clásico de los setenta no permitían entrar a los conceptos trans al baño de mujeres. Imagínate las discusiones. Mientras tanto, les compañeres de les teoríes queer insistían en mearse donde les daba la gana. Me dejaron todo perdido de confeti y globos.

— ¡Qué trabajo!

— Afortunadamente no todos los conceptos teóricos son así… cuando organizan congresos de matemáticas esto se llena de ecuaciones pero nadie habla con nadie… parece un velorio. Nunca pasa nada; bueno, cuando el tema son las series de Taylor sí hay que trabajar mucho. Sus ecuaciones son tan largas que tengo que montar mesas enormes para cada una de ellas. Se pasan la noche gritándose de una mesa a la otra para comunicarse. Por cierto, en los eventos de comunicación, en cambio, esto se convierte en un jardín… como todos sus conceptos son metáforas ecológicas… pues…

Se distrajo un momento para alcanzar el trapo con el que limpió afanosa e innecesariamente la barra y continuó: los congresos de antropología también son peculiares… la descripción densa siempre se atasca en la puerta y no deja entrar ni salir a nadie (Geertz 1992). Al igual que en los encuentros de estudios culturales, vienen muchos términos teóricos, muchos, muchos: esto se llena. Todos se conocen pero no se comprenden bien entre ellos por lo que todo el tiempo están presentándose unos a los otros, una y otra vez. Ahora que raro, raro fue el coloquio sobre aceleracionismo del año pasado. Los términos iban tan pasados de rosca que al venir al bar se siguieron de largo. El post-operaísmo (Mezzadra 2009) y el prometeísmo (Brassier 2017) terminaron cenando pulpo en un bar oscuro de la costa gallega y al parecer el xenofeminismo aun no llega a donde quiera que se dirija (Cuboniks 2017; Hester 2018). Cuando se celebró el seminario sobre realismo especulativo los conceptos eran tan despistados y confusos que pese a que les enviamos la localización del bar por google maps simplemente se perdieron. Graham Harman no ha vuelto a ver sus nociones de vacío infinito y vicario sensitivo (Harman 2007; 2019) y se cuenta que Quentin Meillassoux viene un par de veces al año a buscar su principio de sin razón en los alrededores de la estación de tren (Gironi 2011; Meillassoux 2016).

Ahora bien, si te he de ser sincera, las noches más deplorables las tengo cuando hay encuentros sobre posthumanismo. ¡Dios mío, qué desastre! Nadie se entera de nada, todo mundo de mal humor, con dramatismo exacerbado y discutiendo por todo… Con ese tono apocalíptico que usan todo el tiempo parece que estás escuchando a la secta del día del juicio final. Además nunca logran ponerse de acuerdo sobre dónde sentarse: “a ti te toca en la mesa del posthumanismo cultural… tú en la del posthumanismo filosófico… ¿tú eres antiantropocentrista o postantropocentrista?… ¡ah, eres transhumanista!… ¿pero moderado o radical?” (Braidotti 2015; Ferrando 2019)… ¡Qué estrés!… Y el perro de Donna Haraway paseándose sin control por todo el bar…

— ¡¿Su perro?!

— ¡Sí hombre! Lo mencionan tanto en tesis y artículos académicos que los especialistas discuten si hay que darle el estatus de concepto teórico, de argumento ad baculum o tratarlo como coautor (Pallí 2006; Haraway 2016)…. ¡Mientras tanto yo tengo que darle de comer al bicho!…

— ¿Y los encuentros de musicología te suelen dar mucho trabajo?

— ¡Para nada! Como la mayoría tratan de patrimonio aquí no viene nadie… —La observé incrédulo…  — ¡claro!, se limitan a describir y describir sin mencionar ninguna teoría digna de ese nombre. A esos congresos no asiste ningún concepto teórico y yo puedo cerrar temprano. Esta noche es la excepción —dijo señalando con la barbilla la mesa del fondo justo en el momento en que el Tópico se ponía en pie con violencia mientras gritaba a las Unidades Semióticas Temporales:

— ¿Pero cómo te atreves a hablarme de ese modo diantre de teoría barata? No eres nadie, nadie, sólo un pensamiento hippie sin interés. Nadie se ocupa de ti. Nadie te enseña en las universidades. Sólo interesas a alguno que otro despistado que sigue haciendo música electroacústica… ¡ahhhh qué nostalgia!! ¿pero no ven que el arte sonoro hace rato que les está robando la atención, el público, los presupuestos oficiales… y el discurso teórico? Es la estética relacional y no tú quien manda en ese ámbito (Bourriaud 2006; Prado 2011). Apenas has podido salir de tu zulo francófono. En cambio yo… yo…. yo tengo mi propio Oxford Handbook of Topic Theory (Mirka 2014b) ¡chúpate esa!— dijo con autosuficiencia de primer cuartil en Scopus.

— ¿Pero de qué te vanaglorias yankee oportunista? Tú no eres más que un hiperónimo… —replicó con rudeza las Unidades mientras el Tópico hacia bizcos pues parecía no entender la última palabra. — ¡Quita esa cara! Te lo digo de otro modo para que me entiendas: no eres más que un vago, ambiguo e inútil término sombrilla que no se sabe qué significa ni quién es realmente. Estás así de gordo solo por acumulación de confusiones, no por una alimentación intensa: solo por hipertrofia irresponsable… ¿qué eres en realidad? ¿Un tipo específico de signo musical; cualquier signo musical; una referencia a estilos y géneros musicales; un proceso de descriptivismo musical en general; un madrigalismo; un afecto, emoción o sentimiento; un sinónimo de categorías estéticas generales; de figuras retóricas; de esquemas y arquetipos narrativos; el tema de un discurso, poema u obra de arte; un argumento manido de dudosa calidad; una asignatura académica; el conjunto de estrategias para encontrar argumentos que usaban los antiguos oradores; un elemento recurrente dentro de un dispositivo artístico; un estilema que caracteriza la obra artística de alguien; algo epidérmico, superficial; una idea falaz; un concepto en la teoría del discurso o una teoría del discurso en sí misma? ¡Bah!… eres… eres… ¡eres cualquier cosa! ¿Acaso no te has dado cuenta? Quien te menciona no te usa porque colabores a conceptualizar un problema específico… ¡te utilizan simplemente porque permites decir cualquier cosa sobre lo que sea!

La discusión subía de intensidad de manera alarmante. De repente el Tópico tomó una botella de Cruzcampo e intentó romperla violentamente contra la mesa para amenazar a su adversario con el afilado cristal que brillaría en su puño… pero la botella no se rompió: “¡Por Dios!, hasta en el envase son corrientes”, musitó el descendiente de Leonard Ratner (1980).

— Creo que mejor llamo a la policía, — dijo la camarera.

— No creo que funcione… mejor llama a la Society for Music Theory, estos pájaros no reconocen más autoridad que la del análisis formalista…

— ¡Pero sólo tengo el teléfono de la SATMUS: Sociedad de Análisis y Teoría Musical!

— No me parece buena idea… necesitamos experiencia internacional… ¿Sabes si hay por aquí algún especialista en análisis shenkeriano que esté de guardia?

Entonces las Unidades Semióticas Temporales sacó de su mochila un enorme Diccionario de sinónimos y antónimos (Larousse 2021) y amenazó con lanzarlo a la cabeza de los Tópicos: “esto no lo vas a resistir”…

En ese instante dos guardaespaldas irrumpieron vertiginosamente en el bar, se abalanzaron sobre las Unidades Semióticas Temporales y la redujeron en un abrir y cerrar de ojos.

— ¿Está bien maestro? — le pregunto uno de los gorilones a los Tópicos.

— Perfecto, vámonos de aquí bitches— respondió.

— Sí, es mejor que se vayan —solté sin querer entre abrumado y desconcertado… entonces los Tópicos me encaró y de muy mala gana espetó:

— Nos largamos pero tu ándate con cuidado, barbón. Quien te pinchó las llantas de tu bicicleta la semana pasada no fue el hijo del vecino…

— ¿No?… Uy pues yo le solté un sermón de los mil demonios…

— Fue el tópico pastoral que está harto de que escribas y digas cosas negativas de nosotros… y te lo advierto… mucho cuidadín pues el tópico Sturm und Drang va tras de ti desde que publicaste esa bazofia en contra nuestra (López-Cano 2022, 211-68). No tolera que repitas eso de que el Sturm und Drang no existe y que se le debe reemplazar con las mariconadas esas de “ombra” y “tempesta”, ñeñeñeñe (McClelland 2014)…. Cuídate mucho de él pues va armado y como es tan temperamental… es capaz de todo…

La noticia me dejó perplejo. Nadie me había amenazado por algo que hubiera escrito en mis textos o dicho en mis clases. La verdad es que la posibilidad de convertirme en una especie de Salman Rushdie de la investigación musical me sorprendió tanto que solo alcancé a rezongar una verdadera estupidez:

— Pero la primera edición de ese libro es del 2020… si saben donde vivo que hasta se meten con mi bicicleta… ¿Por qué no me ha atacado aun el tópico Sturm und Drang?

Parece que mi pregunta tenía más sentido de lo que yo pensaba pues la camarera, las Unidades Semióticas Temporales y hasta los dos guaruras de los Tópicos reaccionaron favorablemente a mi cuestionamiento. Les picó la curiosidad y dirigiéndose al término de las mil definiciones le preguntaron a coro: “Es verdad, ¿por qué ha tardado tanto en atacar?”…

Los Tópicos miró a uno y otro lado del bar como quien busca su auto en el piso equivocado del estacionamiento del Ikea y con notable nerviosismo tartamudeó:

— Bueno… pues… pues… pues porque es Sturm und Drang… y es muy nervioso… ¡obvio!… y no tiene buena puntería…. ¡le tiembla el pulso todo el tiempo! —explicó y luego tarareó el inicio de la Sinfonía 25 de Mozart a manera de ejemplo.

Los Tópicos y sus asistentes se fueron al fin y la camarera y yo atendimos a la maltrecha Unidades.

— ¿Estás bien?

— Sí… no preocuparse… mi alta precisión teórica me hace impermeable a estos reveses… ¿sabéis que Jean Pierre Moreau me ha dedicado su tesis doctoral y todo un libro donde me aplica al análisis de la videomúsica? (Moreau 2021). — Comentó las Unidades con ese orgullo patriótico que caracteriza a la teoría francesa. La camarera y yo nos miramos haciendo una mueca tonta y entonando mentalmente La Marsellesa.

— Pero ¿conoces a Jean Pierre Moreau verdad? —me preguntó directamente pillándome completamente desprevenido y sin una respuesta satisfactoria…

— Mmmm, sí… ehhhh… claro, claro que lo conozco — tartamudeé mintiendo — pertenece al Laboratoire Musique et Informatique de Marseille (MIM) ¿no? y… me parece que es su director, ¿no?

— ¡Claro!! ¿Ves lo importante que soy? Todo mundo inteligente conoce mi bibliografía y aplicaciones.

Mientras las Unidades se recomponía un poco en el baño la camarera se me acercó y me dijo: — No tienes la menor idea de quien ese Moreau ni de ese trabajo ¿verdad?… ¿Cómo adivinaste?

— Bueno, —le respondí, — la verdad es que si hay alguna novedad sobre las Unidades Semióticas Temporales existe el 90 por ciento de posibilidades de que se haya producido en el laboratorio del MIM porque fueron ellos quienes las inventaron en los años noventa… y casi los únicos que trabajan de vez en vez en ellas… Y siempre el director de turno del laboratorio es autor de algún avance significativo. Es como si escribir algo importante sobre las Unidades fuera un requisito indispensable para aspirar a dirigir el MIM.

— Eres muy malo, —sentenció…

Entonces procedí a explicarle las Unidades trajectoire inexorable y obsessionnel mientras ella me preparaba un café frappé…

Valladolid, octubre de 2022


Notas


[1] Según Grimalt, Ratner “tomo sus topoi de la retórica y de Curtius” (Grimalt 2020, 71). No tengo idea sobre la posible influencia de Curtius en Ratner y desafortunadamente el autor tampoco ofrece evidencia de ello. Lo que sí he demostrado es que Ratner nunca habló de topos ni topoi. Su concepto es el término inglés topic y que si bien lo definió de manera bastante mejorable, es evidente que no tiene nada que ver con la retórica. A esta la conocía bien y la integró en su famoso libro pero en secciones diferentes y con objetivos muy distintos: la retórica le sirvió para atender problemas formales mientras que el topic lo reservaba para asuntos de significación musical (López-Cano 2022, 224-26).


Referencias


Bourriaud, Nicolas. 2006. Estética relacional. Buenos Aires: Adriana Hidalgo.

Braidotti, Rosi. 2015. Lo posthumano. Barcelona: Gedisa.

Brassier, Ray. 2017. «El prometeísmo y sus críticos». En Aceleracionismo: estrategias para una transición hacia el postcapitalismo, editado por Armen Avanessian y Mauro Reis, 201-20. Futuros próximos. Buenos Aires: Caja Negra.

Cuboniks, Laboria. 2017. «Xenofeminismo: una política por la alienación». En Aceleracionismo: estrategias para una transición hacia el postcapitalismo, editado por Armen Avanessian y Mauro Reis, 117-34. Futuros próximos. Buenos Aires: Caja Negra.

Curtius, Ernst Robert. 2013. European Literature and the Latin Middle Ages. Princeton University Press.

Ferrando, Francesca. 2019. Philosophical posthumanism. Bloomsbury Publishing.

Geertz, Clifford. 1992. «Descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la cultura». En La interpretación de las culturas, 19-40. Barcelona: Gedisa.

Gironi, Fabio. 2011. «Meillassoux’s Speculative Philosophy of Science: Contingency and Mathematics». Pli: The Warwick Journal of Philosophy 22: 25-60.

Grimalt, Joan. 2020. Mapping Musical Signification. Springer.

Haraway, Donna J. 2016. Manifiesto de las especies de compañía. Sans Soleil.

Harman, Graham. 2007. «On vicarious causation». Collapse II 11 (26): 187-221.
____. 2019. «Speculative realism». En Critical Terms in Futures Studies, 287-90. Springer.

Hatten, Robert. 1994. Musical meaning in Beethoven: Markedness, Correlation, and Interpretation. Bloomington: Indiana University Press.
____. 2004. Interpreting Musical Gestures, Topics, and Tropes: Mozart, Beethoven, Schubert. Bloomington: Indiana University Press.
____. 2014. «The Troping of Topics in Mozart’s Instrumental Works: The Double Articulation of Topics». En The Oxford Handbook of Topic Theory, editado por Danuta Mirka, 514-36. Oxford ; New York: Oxford University Press.

Hester, Helen. 2018. Xenofeminismo: tecnologías de género y políticas de reproducción. Futuros próximos. Buenos Aires: Cajanegra.

Larousse. 2021. Diccionario Esencial de Sinónimos y Antónimos. Barcelona: Larousse.

López-Cano, Rubén. 2022. La música cuenta. Retórica, narratividad, dramaturgia, cuerpo y afectos. 2a edición. Barcelona: Esmuc.

McClelland, Clive. 2014. «Ombra and tempesta». En The Oxford Handbook of Topic Theory, editado por Danuta Mirka, 279-300. Oxford ; New York: Oxford University Press.

Meillassoux, Quentin. 2016. Après la finitude. Essai sur la nécessité de la contingence. Média Diffusion.

Mezzadra, Sandro. 2009. «Italy, Operaism and Post-Operaism». En The International Encyclopedia of Revolution and Protest, editado por Immanuel Ness, 1841-45. Oxford, Blackwell.

Mirka, Danuta. 2014a. «Introduction». En The Oxford Handbook of Topic Theory, editado por Danuta Mirka, 1-60. Oxford ; New York: Oxford University Press.
____. ed. 2014b. The Oxford Handbook of Topic Theory. Oxford ; New York: Oxford University Press.

Moreau, Jean-Pierre. 2021. De la perception à la représentation-Analyser l’øeuvre vidéomusicale. Marsella: EME éditions.

Pallí, Cristina. 2006. «Diferencias que importan: Haraway y sus amores perros». Athenea Digital: revista de pensamiento e investigación social, 10: 239-49.

Prado, Marcela. 2011. «Debate crítico alrededor de la Estética Relacional». Disturbis 10. https://ddd.uab.cat/pub/disturbis/disturbis_a2011n10/disturbis_a2011n10a2/Prado.html.

Ratner, Leonard G. 1980. Classic music: expression, form, and style. Schirmer Books.



Cómo citar este artículo:

Chicago:

López-Cano, Rubén. 2022. «De Tópicos y Unidades». Sonus Litterarum 4 (noviembre). https://sonuslitterarum.mx/de-topicos-y-unidades/.

APA:

LóLópez-Cano, R. (2022). De Tópicos y Unidades. Sonus Litterarum, 4. https://sonuslitterarum.mx/de-topicos-y-unidades/


  1. Muy interesante y divertido el artículo. La noción de ‘topic’ la he agregado a otras que me sirven para entender lo micro transcultural. Suelo aplicar el término de ‘cápsula’ para comprender esos pequeños formatos que atraviesan las épocas, los estilos y los diversos lenguajes y mediatizaciones.

  2. Muchas gracias por mantener el diálogo que empezamos en el congreso, Rubén, y por ese texto seductor, que combina el artículo académico con la narrativa de ficción. Me parece un caso claro de “investigación artística”! Bravo.
    Quisiera responder a tu duda inicial, en primer lugar. Sí hablamos de lo mismo, Olga y yo, sí. En primer lugar, de músicas. En segundo lugar, hablamos de tópoi musicales, un término que, si ha triunfado internacionalmente, será que resulta útil, y que no está ni tan hipertrofiado ni tan maltrecho como tú lo pintas en tu hilarante texto. Aunque ya expuse mis reservas, y en la práctica suelo preferir llamar las cosas lo más preciso posible, viendo a los pobres tópicos en tan mal trance me viene el deseo de defenderlos.
    En la nota al pie lamentas que no demuestre la filiación entre los tópoi literarios de Curtius y los musicales de Ratner. Cuando se habla de música, y de humanidades en general, no se requieren demostraciones como en la física, sino ilaciones o analogías convincentes. Los tópoi que Curtius describe magistralmente en la literatura latina y luego en la moderna son lo mismo que los de Ratner y sus secuaces, entre los cuales me cuento. Eso no hace falta demostrarlo, basta con ver los ejemplos del uno y del otro. Además, yo no afirmo, pero supongo que, siendo la misma idea, habrá una filiación entre Curtius y Ratner, vía Bukofzer, discípulo de uno, maestro del otro. ¿Hace falta una carta donde diga: “Maestro, me copio los tópoi de su maestro, pero en inglés los llamaré topics”? A mí no me hace falta, me parece una filiación convincente.
    Por último, la confusión entre terminología retórica y musical, no la veo en ningún lugar. La retórica musical es mi tema actual, y espero poder ofrecer algo concreto pronto, pero tiene poco que ver, me parece, con los famosos tópoi. Cierto que en la retórica latina se habló de loci topici, pero en la teoría (o teorías, si prefieres) de tópoi no veo que nadie los confunda. La necesidad de distinguir entre retórica y música no me parece argumento para insistir a llamar a los tópoi tópicos, un término que ya significa otra cosa, y además peyorativa.
    Agradezco mucho la posibilidad de diálogo, que ya sabes que he intentado crear con esfuerzo en la Esmuc, desde hace años, y que mira por dónde, nos surge ahora de la Castilla profunda. Te agradezco también tu cuestionamiento constante, durante el congreso, que consiguió meter la duda en el cuerpo de unos cuantos: seguro que viene bien, de vez en cuando, una sacudida de caos controlado, venga de la teoría, o de la práctica.
    ¡Abrazos a ti y a todos!
    Joan Grimalt

  3. Muchas gracias, Rubén, por compartir tus siempre críticas y motivadoras argumentaciones. Cuando, aparte de las categorizaciones y definiciones que pueden conducir a réplicas sin fin –aunque, por supuesto, sean necesarias–, se logra generar un entorno que favorece el debate y la reflexión y que invita a profundizar en nuevas lecturas o a releer otras que se pensaban conocidas, estimo razonable admitir que el objetivo académico de la convocatoria se ha logrado. Y eso no llega solo. En ese proceso de estimulación, tan atractivo, pero también tan complicado, tu participación ha sido un verdadero catalizador de inquietudes por el que quiero reiterarte mi agradecimiento incondicional por las sugerencias que has brindado.

    En esa misma línea ha sido toda una fortuna que pudiésemos contar también con Joan Grimalt, con un enfoque no menos fundamentado, pero orientado hacia una aplicación diferente. Quizás me siento más identificado –y lo confieso, más seducido también– con esa visión tuya, Joan, que me parece pragmática al tiempo que beligerante ante la cuestión del significado, atenta a resolver las dificultades surgidas por aplicar los diversos instrumentos teóricos en el análisis la música. Sigo disfrutando de lo que te escuché, Joan, y no me cansaré de agradecértelo.

    Sin duda, lo mejor es la posibilidad de contar con opciones y con la oportunidad de establecer diálogos, sean teóricos o aplicados. O mixtos. Y escuchar a quienes saben más, para aprender. Puede ser por esa base estructuralista que arrastro y de la que me cuesta desprenderme; pero, sin duda, siempre será más provechosa enriquecida con reflexiones relativas a lo semiótico.
    MUCHAS GRACIAS
    ¡Un fuerte abrazo!
    Carlos Villar-Taboada

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