La poética de Agustín Lara: otra mirada (3/3)

Rosa Virginia Sánchez

Agustín Lara y el Amor 

Los tópicos hasta aquí enunciados representan, ciertamente, un porcentaje pequeño dentro del repertorio lírico de Agustín Lara. El amor, como ya se dijo, tiene lugar en la gran mayoría de sus canciones: característica, por demás, inmanente a la canción lírica popular, sea de autor o de dominio público. Dentro de su producción amorosa, nos encontramos con un material muy variado, que denota una maduración con el paso de los años, si bien existen ciertas constantes que aparecen, una y otra vez, desde sus primeras composiciones.

Como es usual, el número de canciones destinadas al “amor desdichado” es considerablemente mayor a las que encarnan el “amor feliz”. La tristeza –en forma de desencanto, de dolor, de angustia o incluso de despecho– conforma el grupo mayoritario y más significativo dentro del cancionero de Lara. No obstante, existen ejemplos de felicidad amorosa que llaman la atención, sobretodo por su contraste frente a la particular predisposición de Lara hacia el lado oscuro del amor.

De sus primeros años creativos (1928-1930) datan tres canciones que corresponden a la etapa inicial del ciclo amoroso: el cortejo y la declaración. Yo soy un pajarito, Palomita y Despierta se distinguen por su lenguaje llano y su carácter cándido, rasgo, este último bastante atípico en la obra de Lara: [1]En Despierta, la declaración amorosa se hace mediante un canto de serenata: “Deja que mis notas / vengan a arrullar / tus sueños dorados / tu dulce penar…”


Yo soy un pajarito


Yo soy un pajarito
que te canta en tu reja,
y es mi trino la queja
de amorosa canción.

En la noche callada,
sensual y perfumada,
una sola mirada
calmará mi dolor.

Quisiera que en mis vuelos,
errantes y lejanos,
me siguieran tus manos
para decirme adiós,
y volver a tu reja
trayendo nuevos trinos,
y perfumes divinos,
y promesas de amor. [2]Bolero de 1930 que se distingue por la versificación regular y el uso del verso de arte menor: cuartetas heptasilábicas. Estos dos elementos nos recuerdan a las coplas tan comunes en los sones mexicanos y otros géneros tradicionales latinoamericanos de raigambre … Leer más


Palomita


Vengo desde la montaña, 
traigo un mensaje de amores, 
y al despertar la mañana 
he de llevarse besos y flores.

Soy paloma mensajera, 
mi plumaje es de ilusión; 
déjame rozar siquiera 
con mis alitas su corazón.

Palomita, palomita, palomita, 
tráeme una rama de olivo en tu boquita, 
tráeme sus amarguras y sus tristezas, 
tráeme sus juramentos y sus promesas.

Palomita, palomita, palomita, 
con tu ausencia mi pobre alma se marchita, 
tráeme muchos suspiros y muchos besos, 
palomita, palomita, palomita. [3]Palomita (1929). La versión transcrita fue tomada del cancionero de Pável Granados (op. cit., p. 50), y puede escucharse con Ramón Armengod en https://www.youtube.com/watch?v=NeaSQm49OF0. Al igual que el ejemplo anterior, observamos regularidad en la versificación, … Leer más

En esta misma categoría del amor feliz se ubicarían también las populares canciones Amor de mis amores, Azul y Cachito de sol, de la misma manera que otras no tan conocidas, como: Amor fatal y Déjame

Carmela Rey

Azul


Cuando yo sentí de cerca tu mirar,
de color de cielo, de color de mar,
mi paisaje triste se vistió de azul,
con ese azul que tienes tú. [4]Fox-trot de 1933, primera estrofa.


Amor fatal


Si una flor me brindara su aroma,
si una estrella me diera su luz,
si robar a los lagos pudiera,
el cristal que retrata el azul.

Si pudiera beber en los mirtos,
y en mi boca quedara el sabor,
al besarte, mi bien, te lo diera,
como eterna promesa de amor. [5]Fragmento de Amor fatal (1961), vals que al parecer sólo cuenta con la interpretación de Carmela Rey.

Hay también ejemplos que, si bien hacen referencia a un amor lejano o perdido, sobresale la esperanza como sentimiento primario, un aspecto positivo en el acontecer amoroso. Tal es el caso de canciones como Cuando vuelvas (1931) y Cuando brillen las luces (1947):

Cuando todo brille en el mundo,
cuando vuelvan las luces
nuestra oscura existencia a alumbrar;
cuando resuciten las rosas,
y las cosas hermosas
sean una realidad;
cuando renazca la alegría
y tu boca y la mía
sin temores se puedan juntar;
cuando esas luces perdidas
vuelvan nuestras dos vidas
otra vez a alumbrar.

Por el lado del “amor desdichado”, Lara siempre tuvo mucho que decir, si bien fueron diversos los matices que este autor utilizó para expresar la tristeza. Así, encontramos ejemplos de tono sutil y un tanto impersonal:


Ausencia


No sé por qué con la distancia
todos mis pensamientos se avivan más;
será tal vez esa fragancia
que dejan en el alma las cosas que se van.

El corazón, viajero solitario,
se pregunta qué extraño hechizo
tiene la palabra “recordar”;
será tal vez esa fragancia
que dejan en el alma las cosas que se van. [6]Bolero de 1954, que puede escucharse a través de interpretaciones notables, como las de Elvira Ríos y de Lupe Silva, en: https://www.youtube.com/watch?v=TCDO0dsd2LYhttps://www.youtube.com/watch?v=y-PZrO6B1yc, respectivamente

Elvira Ríos

Lupe Silva

Mientras que otros reflejan un padecer más profundo: 


Páginas rotas 


Quisiera poder olvidarte,
borrar de mi mente tu falsa pasión;
quisiera poder arrancarte
nuevos juramentos, nueva confesión.

Hay en mi memoria páginas escritas
con sus exquisitas mentiras de amor;
páginas dolientes de negra locura,
páginas de dura desesperación;

horas de tristeza, ratos de embeleso,
el sabor de un beso mezclado al dolor,
ayes que sonaron en amargas notas:
son páginas rotas de mi corazón. [7]En este bolero de 1930 llama la atención, una vez más, la rima interna–consonante–, que en esta ocasión se presenta entre la palabra final de un verso y otra a la mitad del que le sigue; esto, en las dos últimas estrofas: escritas/exquisitas; locura/dura; … Leer más

En las canciones de Agustín Lara se observan –como ya se ha mencionado– algunas constantes, debido a lo cual su lírica amatoria adquiere una personalidad particular, hasta cierto punto, única. Una de ellas estriba en el carácter ambiguo que posee el concepto “mujer” en este compositor, del cual se hablará más adelante. 

Es evidente que la mujer, en las letras de Lara, es la representación de muchas y muy variadas mujeres: rubias, morenas, jóvenes, maduras, solteras, casadas, vírgenes o prostitutas; en fin, en su poesía figura toda clase de mujeres, puesto que para él la entrega del alma no tiene límites. [8]En algunos casos el poeta llega a utilizar ciertas marcas que denotan rasgos de cierta exclusividad, como “ojos color esmeralda”, “negra cabellera”, “manos de nieve”, etc.  Sin embargo –y esto es muy importante–, la forma especial que el autor utiliza para dirigirse a ella hace que el mensaje amoroso parezca siempre estar dirigido a una mujer específica. Esto, fue advertido hace ya varias décadas: 

En su obra descubro, no la influencia sensual de las mujeres –erotismo múltiple–, sino la obsesión lacerada hacia una sola y única mujer –adoración exclusiva–, la que colma la existencia, la que abrasa el corazón en llama inextinguible…”. [9]Oliviero Toro, 1930, apud. Pineda, op. cit., p. 17.

Se puede decir, entonces, que Agustín Lara, al expresar sus sentimientos amorosos, no se refiere, pues, a la mujer en abstracto: su forma de enunciarlos nos indica que siempre le habla a una única mujer; en su papel de amante, compañera o consorte, siempre se trata de la mujer que anhela, que venera, que extraña y por la que él sufre. 

Un segundo elemento presente en las canciones de Lara es la forma en que las emociones son descritas. Como ya se dijo más arriba, el amante (la voz que canta) expresa sus sentimientos amorosos como si fueran el resultado de una vivencia, no tanto personal, sino real; un amor que se ha experimentado en “carne propia”, y no un amor platónico que sólo queda en el nivel del embeleso y el deseo, al estilo de los compositores yucatecos.

Este particular rasgo otorga a las letras de Lara, además de un particular estilo, su carácter autobiográfico, el cual se mencionó más arriba: éstas siempre parecen retratar momentos de su propia vida, y no la de un “yo poético” impersonal. Este rasgo suele acompañarse de un tono narrativo que se deleita en el detalle: 


Te vi pasar


Hoy te he mirado sin quererlo, 
te he mirado a mi lado pasar, 
pasar muy cerca de mí.

Aquellos ojos, dos cristales 
que otro tiempo reflejaron mi amor, 
no se fijaron en mí.

Tenía tantas cosas que decirte, 
y tanto que contarte, 
que no te pude hablar.

Me tuve que tragar el sentimiento, 
no supe de tu aliento, 
nomás te vi pasar.

Hoy te he mirado sin quererlo, 
te he mirado a mi lado pasar,
pasar muy cerca de mí,
me dejaste llorando, llorando por ti. [10]Versión de este fox-trot con Lupita Palomera en: https://www.youtube.com/watch?v=P3Je9aXsRL0.

Lupita Palomera

Estas “vivencias” del amante incluyen descripciones de actos propios de una profunda intimidad, probablemente cotidiana: 


Anoche te sentí 


Anoche te sentí cuando llegaste 
y no quise moverme, lo confieso;
fingí dormir y, cuando me besaste,
fingí que despertaba con tu beso.

Escuché tus palabras, oí todo, 
hasta lo que tú nunca pronunciaste,
todo lo que tú inventas a tu modo.

Anoche te sentí cuando llegaste. [11]Nótese en este bolero la recurrencia a la versificación regular (cuartetas endecasílabas) y el cuidado de la rima, en este caso, cruzada.

Esta intimidad no omite el aspecto sensual y erótico del encuentro amoroso. En algunas canciones encontramos pasajes pasionales y alusiones directas al deseo sexual y el encuentro carnal. Entre los ejemplos localizados, podemos mencionar: Déjame, Amor fatal, Alma cancionera, Lágrimas de sangre y Brujería


Alma cancionera 


Tú me pides besos, 
yo te pido amor;
quiero tener presos
tus senos en flor. 

Quiero que tus ojos 
–flamas de placer–
enciendan el fuego
de mi ser. [12]Primeras dos estrofas de las cuatro que componen este fox-trot. 


Lágrimas de sangre 


Yo, que tuve tus manos y tu boca y tu pelo, 
y la blanca tibieza que derramaste en mí,
hoy me desgarro el alma como una fiera en celo,
y no sé lo que quiero, porque te quiero a ti. [13]Segunda estrofa de un bolero que ha sido poco interpretado. Otro ejemplo de versificación regular (en este caso de arte mayor: versos alejandrinos), en el que la voz poética parece ser femenina, lo que se destaca en la versión de Toña la Negra: … Leer más

Toña la Negra


Brujería 


Se iluminó mi vida con tus ojos, 
con tu boca sonrió mi corazón,
en tus senos de nácar mis antojos
fueron la criminal palpitación.

De tus manos de nieve la caricia 
desconocidas ansias ensayó
y vi que despertaba tu malicia
con tantos besos como te di yo. [14]Primeras dos estrofas (de tres) de este danzonete, que corresponde a los primeros años creativos de Lara. Puede escucharse en YouTube, en la voz del cantante bogotano Víctor Hugo Ayala en: https://www.youtube.com/watch?v=P5iUeIRhLmg y en … Leer más

Víctor Hugo Ayala

Por otro lado, de manera natural, el gran tema del amor implica, en su lado negativo, el sufrimiento y, para Lara, este ingrediente es esencial, aunque –por supuesto– no es privativo de su lírica. Lo que sí es muy suyo y representa otra constante en sus letras, es la exaltación de que es objeto la tristeza en su quehacer poético. Al respecto, Daniel Castañeda llegó a decir: 

…para el hombre no hay más que dos grandes temas: el Amor y el Dolor. Y puesto que Amor es, en el fondo, Dolor, ya que siempre que se ama se sufre, el verdadero tema es el Dolor. Y este es el que Lara explota, a su manera y con destino a su público: lo particulariza y se vuelve un especialista de la más importante de sus facetas: la Mujer”. [15]Castañeda, op. cit., 98.

Amor y dolor son para Agustín Lara, en efecto, una sola y misma cosa; el amor es deseo, placer y bendición, como también es pena, dolor y llanto, y así lo deja ver en su bolero Bendita palabra, donde el mensaje se centra en esta dualidad inherente al amor: 


Bendita palabra


–Quiero saber lo que es amor, –me dijo,
y yo le contesté: 

–Esto es amor:

“Amor, 
bendita palabra,
tormento divino, 
dolor y placer.

Amor, 
si amor es quererte,
desearte la muerte, 
sin saber porqué.

Penar 
con una penita
secreta y bendita,
como es mi dolor.

Llorar 
con amargo llanto,
que es grito y es canto,
así es el amor.” [16]Esta canción puede escucharse en YouTube, en el particular estilo de las Hermanitas Núñez: https://www.youtube.com/watch?v=w69eA-hX3BE. En el bolero Páginas rotas, transcrito más arriba, se observa la contradicción sentimental que sufre el amante en concordancia … Leer más

Sin embargo –insisto– más allá de la tristeza inherente al acto de amar, lo que realmente es característico en las canciones de Lara es su descomunal tolerancia al sufrimiento. El amante lariano está dispuesto a perdonarlo todo: de la mujer soporta sus desdenes, sus mentiras, su infidelidad y su abandono: 


Nadie


Abriste los ojos
con el suave ritmo
que hay en tus pestañas,
y aunque de tus labios
escuché un “Te quiero”,
sé que tú me engañas.

No temas que rompa
la leyenda frágil
de tus amoríos,
que al fin tus pesares
y tus sinsabores
también fueron míos.

Nadie puede inspirar lo que tú inspiras,
nadie puede expresar lo que tú expresas,
nadie puede mirar como tú miras
y ni nadie besará como tú besas. [17] Bolero de 1933. Destacan las interpretaciones de Amparo Montes y Toña la Negra. La primera puede escucharse en: https://www.youtube.com/watch?v=IW7cV9_z-MY.

Amparo Montes

De esta manera, pese a todo, él la seguirá amando por toda la eternidad: no hay rencor, no hay despecho; sólo queda una estela de profunda decepción y amargura, detrás de lo cual siempre viene el perdón: 

¿Por qué no me hablas ya?,
¿qué cosa te hice yo?;
¿por qué no me has de hablar,
si está mi corazón
buscándote, queriéndote?

Lo que me hiciste ayer,
no tiene ya perdón,
pero, a pesar de ver,
que matas mi querer,
buscándote me voy. [18] Bolero Buscándote, de 1941.

Pero, además, el sufrimiento es tan recurrente y acariciado en sus canciones, que da la impresión de que detrás de esa tolerancia infinita de Agustín Lara se escondiera, en realidad, una especie de placer en el dolor, como bien lo sugiere su frase “permite que ponga toda la dulce verdad que encierran mis dolores”; [19]Del bolero Amor de mis amores (1934). de ahí que la verdadera novia de Lara sea, precisamente, “la tristeza”: [20] Del bolero Mi novia (1930).


Mi novia


Mi novia es la tristeza,
mi canto, lamento de amor,
[…]

acaso devolverle pueda yo aquel tesoro
que mi novia, la tristeza, me dejó.

Tal vez por eso, él prolongará de manera obsesiva su sufrimiento por tiempo indefinido, como si se tratara de un destino que no se puede eludir: 

Espera en vano

Sé que no has de volver,
yo lo adivino,
y en este adivinar
me desespero.

¿Qué he de hacer
si aguardar es mi destino?
sé que no has de volver,
y yo te espero. [21] Dos estrofas del fox-trot Espera en vano. La versión del propio Agustín acompañado de su piano se encuentra en: https://www.youtube.com/watch?v=5wHfVDeOIEc.

Agustín Lara


Escarcha


…mira, yo te idolatro,
aun cuando tu desprecio me castiga.

Cuando la escarcha pinte tu dolor,
cuando ya estés cansada de sufrir,
yo tengo un corazón para quererte,
el nido donde tú puedes vivir. [22] Fragmento de este popular bolero (aunque registrado en diversas fuentes como fox-trot), que puede escucharse en la voz de Lara en https://www.youtube.com/watch?v=lgfyO2TK27A, y en la de Toña la Negra, en el disco compacto Homenaje a Agustín Lara, Orfeon, 2003.

Agustín Lara


Cada noche un amor 


Oye, te digo en secreto
que te amo de veras;
que sigo de cerca tus pasos
aunque tú no quieras;
que siento tu vida
por más que te alejes de mí;
que nada ni nadie
hará que me olvide de ti. [23]Fragmento de otro gran bolero, más tardío, de 1942, el cual también gozó de una enorme popularidad, que fue grabado por numerosos artistas, además de haber sido el tema que inspiró la película Distinto amanecer, de Julio Bracho (1943). Se recomienda escuchar la … Leer más

Ibrahim Ferrer

Lo anterior nos lleva a la siguiente constante en la lírica de “el Flaco de oro”. Aunque una y otra vez se ha dicho que la mujer es el personaje central de su poesía, lo cierto es que, según se advierte en la gran mayoría de sus letras, el actor principal, el verdadero protagonista siempre es el mismo compositor. En la lírica lariana, el “yo” poético no se difumina en la entrega amorosa; por el contrario, el hombre se coloca en el proscenio, y él (junto con sus sentimientos) se hace más presente que la mujer, quien queda confinada a un segundo plano. 


Cerca (fox-trot, 1934)


Cerca de tu tristeza,
cerca de tu alegría,
tú, cerca, muy cerquita
del alma mía.

Bebiéndome tu llanto,
oyendomi canto,
canto que es desencanto
y melancolía.

Estás muy cerca de mi triste amor
oyendo el eco de mi voz
estás sintiendo lo que estoy haciendo
lo que voy diciendo para ti.

De mis tristezas no te alejarás, 
mi llanto nunca enjugarás,
estamos cerca porque estoy contigo,
porque yo te sigo a donde vas. [24] En este ejemplo se resaltan con cursivas las referencias al “yo” masculino.

La mujer, por su parte, ciertamente juega un papel significativo en las canciones de Lara. Ella, a diferencia del hombre, es un personaje que encierra siempre algún tipo de dualidad; es bella, sensual, divina, salvadora, pero también es altiva, traicionera, veleidosa y pecadora; rasgo en consonancia con la dualidad “amor/sufrimiento”, ya descrita.

“…mujer y mentira, símbolo de amor,
dos cosas iguales para el corazón.” [25] Versos de la clave Anhelos, también conocida como Si yo pudiera (1929).

A pesar de su carácter ambivalente, la mujer tiene una función muy clara dentro del contexto lírico de este poeta: es el motivo de la devoción masculina (aunque esa devoción se vea rodeada constantemente de nubarrones de llanto) y es, a la vez, el único remanso al cuál puede acudir el hombre en busca de paz y consuelo, si bien estos sentimientos suelen ser pasajeros. La mujer es también, por supuesto, la eterna musa de nuestro compositor. 

Por el contrario, frente a los atributos positivos de la mujer lariana (su belleza, su sensualidad, su altivez, su capacidad de brindar amparo, etc.), el personaje masculino aparece siempre como un ser desamparado, inseguro, sin rumbo. Su sobrevivencia pende siempre de un hilo, y es ella la única persona capaz de rescatarlo, de ponerlo a salvo:


Cuando llegaste 


Yo era un pedazo de ayer,
era uno más, era sin ser.

Tú, reina de mi soledad,
me diste fe, me diste paz. [26] Fragmento tomado de Granados, op. cit., p. 295.


Súplica 


Dame la mano, toma mi vida,
mi pobre vida,
tan llena de luto,
sólo es para ti. [27] Última estrofa de cuatro de este vals de 1934. Tomado de Granados, op. cit., p. 175. Se sugiere escucharlo en la voz de Rebeca.


Orgullo 


Entre tus labios jugará la risa,
cuando te diga lo que yo te quiero,
cuando pueda decirte lo que lloro,
cuando pueda decirte que me muero.

En tus pupilas brillará el orgullo,
y tus desdenes sangrarán mi herida;
mientras, con la esperanza de ser tuyo,
voy por la negra senda de la vida. [28] Fragmento. Este ejemplo puede escucharse en las voces de Carmela Rey y Alejandro Algara.

Por eso, él suplicará, una y otra vez, sin importar si su ruego llega mostrar, incluso, su desesperación:


Mía nomás 


Yo quiero que nunca me dejes
que nunca te alejes de mí,
que sean tus palabras
las dulces promesas 
que yo te pedí.

Que rasgue tu pecho
la queja de mi alma 
como una oración;
que no me traiciones,
que me lleves dentro 
como una obsesión. [29] Fragmento de este bolero de 1936. Puede escucharse en la voz de Toña la Negra en: https://www.youtube.com/watch?v=OkYQNG8vD9A.

Toña la Negra

Detrás de la agonía del “yo poético” se revela todavía algo más en las canciones de Lara: la tristeza perenne del protagonista trasciende, en realidad, la experiencia amorosa en sí misma. El amante –entiéndase, el propio Agustín Lara– es un ser atormentado antes, durante y después del encuentro amoroso; los sucesos que dan lugar a la experiencia frustrada del amor –en forma de desaire, infidelidad o abandono– son acontecimientos que sólo exacerban el continuo penar del poeta. Como parte de su personalidad, el amante enfrentará, en cada paso de su vida, las huellas propias de un espíritu que vive “en la eterna noche de su desconsuelo”. [30] Verso de la popular canción Santa.

Toña la Negra

Estrella solitaria 


Como una estrella solitaria
que brillara en el mar,
pequeña y triste;
así, por un momento sentí el alma,
divina en su orfandad.

Quizá por un momento, nada más,
me comprendiste, 
o Dios quiso
que fuera en mi pobreza 
el solo dueño de la inmensidad.

Y así, solo,
solito en el mundo
como aquel lucero,
así vivo,
pensando que el cielo,
entre sus zafiros, me ha de recoger.

Y allá arriba 
no seré tú esclavo, 
ni tu prisionero;
simplemente,
con mi luz más bella,
yo seré la estrella 
de tu anochecer. [31] Bolero tardío, de 1960, registrado como fox-trot en algunas fuentes, que puede escucharse en la voz de Toña la Negra en el disco compacto Homenaje a Agustín Lara. Toña la Negra, vol. I, Orfeon, o en: https://www.youtube.com/watch?v=kgSaX3qBg3w.

Toña la Negra

El danzonte Pobre de mí es un buen ejemplo que puede resumir varios de los elementos hallados en las letras de amor de Lara: la intimidad, el erotismo, la devoción, la mujer glorificada, la sumisión del hombre y la tristeza como destino. La canción pareciera ser una breve historia con una introducción, un desarrollo, un clímax y un desenlace: 

Sol de mi vida,
luz de mis ojos,
siente mis manos
cómo acarician tu tersa piel;
mis pobres manos,
alas quebradas,
crucificadas,
crucificadas bajo tus pies.

Abre los brazos,
maravillosos,
y entre sollozos
bébete mi alma que es para ti;
¿qué culpa tengo
de ser tan tuyo,
de que tu orgullo
sea mi cadena?, 
¡pobre de mí! [32] Este notable danzonete puede escucharse en la propia voz de Lara en: https://www.youtube.com/watch?v=9mhEBWYnpzI, y en la interpretación extraordinaria de las Hermanas Landín en: https://www.youtube.com/watch?v=_sRu3fSLZeM.

Hermanas Landín

Introducción: El hombre se dirige a la mujer, dejando claro, ante todo, sus sentimientos por ella, lo que ella representa para él, es decir su adoración, el motivo de su ser: “Sol de mi vida, luz de mis ojos”; con ello, anticipa el mensaje final: soy irremediablemente tuyo, “pobre de mí”. 

Desarrollo: En un segundo momento, el hombre se atreve y lanza una petición a su amada, justo en el instante de dar inicio el acercamiento íntimo: “siente mis manos cómo acarician tu tersa piel”. En esta petición, él aprovecha para lanzar un piropo, para expresarle (se deduce que una vez más) alguna de sus tantas virtudes que él ve en ella (su tersa piel). Luego, viene un instante de reflexión del hombre –tal vez de desconsuelo–, al advertir el grado en que su integridad –concentrada ahora en sus manos– se encuentra profundamente comprometida, debido al gran amor que profesa a la mujer: “mis pobres manos (alas quebradas), crucificadas bajo tus pies”. Esta declaración devela la desbalanceada situación que existe entre ella –apostada arriba, en el cielo– y él, situado por debajo de sus pies: la parte más baja del cuerpo de ella; situación que se intensifica al poner énfasis –mediante la repetición– en la condición de las manos: “crucificadas”. Un momento después, el hombre reacciona y continúa con su sentida demanda: “Abre los brazos maravillosos”, expresando nuevamente una cualidad de la amada, sus maravillosos brazos. 

Con esta frase se alcanza el clímax: en un impulso, el hombre llega al momento más crítico de su petición, que es a la vez la rendición de su persona ante ella; en otras palabras, la anulación del “yo” frente a la posibilidad de ser parte del “tú”: “y entre sollozos, bébete mi alma que es para ti”. 

Por último, él pretende dar una explicación que justifique la situación tan grave en la que ha caído, lo que equivale al desenlace: “¿qué culpa tengo, de ser tan tuyo?, ¿de que tu orgullo sea mi cadena?, –y concluye–: “¡pobre de mí!”.


Comentarios finales


El grandioso éxito que las canciones de Agustín Lara obtuvieron desde los inicios de su carrera –hacia fines de los años veinte del siglo pasado– no deja de tener algo de extraordinario, porque, como llegó a comentar Carlos Monsiváis, al lado de Lara, existieron otros compositores de gran valía, cuyas canciones, sin embargo, aún habiendo sido divulgadas, no trascendieron de la misma forma, probablemente por no contar con músicos fieles ni con un público constante. [33] Monsiváis, op. cit.: p. 19.

Pese a las críticas de que fue objeto este compositor popular, [34]Recordemos que las composiciones de Lara fueron criticadas, y hasta prohibidas, por diversos motivos, como: contraponerse a la construcción de la auténtica canción mexicana (Manuel Esperón); incluir en su temario a las “mujeres fatales” (la sep en 1936) y, … Leer más sus canciones han merecido la atención de músicos y estudiosos a través de los años, quienes se han preguntado más de una vez: ¿a qué se debió tal éxito? En realidad, este fenómeno sólo puede entenderse como el resultado de la conjunción de diversos eventos históricos, sociales, musicales y hasta psicológicos que convergieron en las mismas coordenadas temporales y geográficas. He aquí algunos de los motivos que se han esgrimido para tratar de responder esta interrogante: 

  • Ser un producto comercial de la naciente radio que le brindó amplio apoyo (con Emilio Azcárraga incluido).
  • La intervención de numerosísimos intérpretes que imprimieron a las canciones de Lara, cada uno, su propio sello.
  • Transformación del bolero “de serenata” en un género bailable, gracias a la influencia del danzón y al estilo pianístico de Lara.
  • Contribuir en la sustitución de géneros muy gastados como la habanera, medio de acompañamiento privilegiado de la canción romántica desde el siglo xix. [35] Llama la atención que entre los numerosos géneros que Lara utilizó para el acompañamiento de sus canciones no incluye la habanera –género bailable, también de origen cubano–, como si deliberadamente quisiera alejarse de él.
  • Ser portador de una música que empataba con el sentimiento de nostalgia de los numerosos emigrantes que habitaban la Ciudad de México en los años veinte y treinta. [36]La investigadora Vanessa Knights propone un enfoque muy interesante sobre la importancia del bolero, específicamente del bolero urbano de Lara, en la consolidación de la identidad nacional en los años posrevolucionarios. En aquella época –explica la autora– … Leer más

En esta reflexión cabría hacerse la pregunta: ¿tuvo algo que ver el aspecto literario de las canciones de Lara en el logro de tal éxito? En mi opinión, sí, desde luego. Sin embargo, habría que aclarar que esto no se debió a su producción lírica en general, sino a ejemplos específicos, que contaron con el apoyo de los medios –principalmente de la radio–, en la medida en que se ajustaban a las expectativas comerciales de la época.

En la opinión de Daniel Castañeda, más allá del valor artístico de sus letras, el haber elegido a “la mujer” como tema único de sus creaciones, [37] Op. cit., p. 196. Más arriba ya quedó explicado que el poemario de Lara incluyó varios temas más, aparte del de la mujer y el amor. fue lo que garantizó a este autor un éxito rotundo. Esto fue, porque al centrarse en las mujeres –de todo tipo y en todas sus facetas–, Lara logró uno de los mayores y más fieles públicos: la propia mujer, concretamente el ama de casa. 

Con seguridad esto último contribuyó en gran medida al éxito alcanzado por Lara; no obstante, la verdadera razón se ubica en un nivel más profundo (porque como se sabe, “la mujer” –así como “el amor”– es y ha sido siempre el núcleo temático de la lírica popular, y fue el temario básico de otros compositores análogos a Lara). En mi opinión, lo que realmente distinguió las letras del Flaco de Oro de la de otros músicos románticos populares del momento reside en el “cómo” del mensaje dirigido a la “mujer”, así como el carácter que el propio amante adquiere en la relación que se establece entre el compositor (emisor) y la audiencia femenina (receptor).

Debido a la manera específica en que Lara expresa los sentimientos en sus letras, se construye una relación entre el poeta y su audiencia, tan personalizada, que pareciera que cada vez que las palabras cobran vida a través del canto, éstas fueran dirigidas de manera particular a cada una de las mujeres que conforman su público. Ellas, a su vez, las reciben de la misma manera: como la pronunciación de una secreta confesión que el poeta le hace a cada una de ellas. Mediante esta fórmula, el amante-poeta cubre las expectativas promedio de la mujer moderna clase mediera de los años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo xx en dos sentidos. Primero, la mujer, destinataria de la confesión amorosa del compositor, aparece siempre como una diosa, merecedora de la entrega total del amante, quien la amará eternamente, cualesquiera que sean sus atributos físicos o sus procederes. Esto ya había sido avistado por el propio Castañeda:

Lo más interesante del caso, examinado desde el punto de vista de la mujer, es este curioso juego de psicología femenina: la mujer, en cualquier situación que se encuentre, selecciona y acepta el homenaje que invariablemente le rinden las letras de las canciones de Lara y, halagada por la atmósfera romántica (siempre literaria y siempre musical) en que se envuelve su contenido, toma la cosa como suya y piensa, inevitablemente, en el hombre que ama o en el hombre que amó [o en el hombre que desea que la ame –añadiría yo–]: entonces vive y vibra. Y en ese momento el compositor triunfa. He ahí uno de los puntales de los éxitos de Agustín Lara. [38] Castañeda, op. cit., p. 98. En mi opinión, la mujer piensa, más bien, en el hombre que quisiera que la amara, porque el romanticismo de Lara apunta más hacia la fantasía y el deseo de la mujer que a un amor ordinario y ya realizado.

Segundo, el autor (el hombre) aparece como un ser desvalido que requiere del cuidado y la protección de la mujer, con lo que el compositor logra tocar esa fibra delicada que es el deseo natural de la maternidad, que frecuentemente la mujer transporta a la relación amorosa.

Pero Agustín Lara contó con otros públicos. Sus canciones de corte español (incluidas las de tema taurino), tuvieron una gran recepción, tanto en México como en España. Lo mismo podríamos decir de aquellas dirigidas a las mujeres nocturnas –las cabareteras–, un tema que ha sido sumamente preponderado en su poesía, a pesar de no haber sido ni original de él, ni tan basto como pudiera pensarse. [39]El conjunto de canciones que se refieren, directa o indirectamente, a la mujer cabaretera constituye un número muy reducido dentro del repertorio del músico poeta en cuestión. Estas son: Aventurera (1930), Fue así (1943), Imposible (1928), Mujercita (o Vendedora de … Leer más

Ahora bien, sabemos perfectamente que tanto los parámetros comerciales como el éxito no siempre van de la mano con la calidad artística. Entonces, dejando a un lado los atributos que contribuyeron al éxito comercial de nuestro compositor, y tomando en cuenta el poemario en conjunto (incluyendo aquellas canciones de las que aún hoy en día se tiene poco o ningún conocimiento) valdría la pena preguntarse: ¿puede considerarse que las canciones de Lara carecieron de un valor literario, como se llegó a decir?, o, por el contrario, ¿encontramos en su poesía rasgos originales y positivos dignos de calificarlo como uno de los mejores poetas populares románticos del siglo xx, como también se ha dicho?

Lo primero que habría que decirse es que cualquier tipo de generalización sobre la poesía de Agustín Lara significará forzosamente entrar en terreno pantanoso, si comprendemos que el corpus de canciones de su autoría es en todos los sentidos un campo francamente heterogéneo. Es cierto, así como encontramos grandes contrastes en cuanto al tipo de estrofas utilizado, el metro, la rima, la estructura y el manejo del lenguaje –unas veces llano, y otras, complicado y pretencioso–, así también encontramos ejemplos muy afortunados y otros más, que con justa razón pasaron sin pena ni gloria. Pero, en definitiva, dentro del repertorio lariano existen numerosos ejemplos –entre ellos, algunos que no corrieron con la suerte de la popularidad de otros–, que logran reunir las palabras justas, las frases estrictamente precisas mediante las cuales Lara logra transmitir de manera efectiva lo que siempre quiso externar: sus propios sentimientos. 

De manera general, puede decirse lo siguiente: la poesía de Lara es el resultado de una pluma conocedora –tal vez más de manera intuitiva que formal– de las herramientas propias de la poesía romántica y también de la modernista; es también el reflejo de un espíritu libre que desafió de manera reiterada las normas de versificación; es la manifestación de una mente abierta que experimentó el acompañamiento musical al compás de muy diversos géneros populares, y es a la vez –quizás de lo más importante– la consecuencia de una gran necesidad de expresar los sentimientos propios “a corazón abierto”. Agustín Lara logra, así, en esta forma, transmitir mensajes –muchas veces verdaderamente profundos–, con los que el público citadino llegó a identificarse ampliamente. 

Estos rasgos literarios, trenzados íntimamente a melodías y ritmos que realzan la intensidad emotiva del mensaje, otorgan a las canciones de Lara un legítimo sello personal. Rosa, Mujer, Piensa en mí, Arroyito, Imposible, Nadie, Azul, Aventurera, Farolito, Escarcha, Florecita, Cortesana, Janitzio, Pobre de mí, Silencio y Estrella solitaria, entre muchas otras, son obra de la pluma de Agustín Lara y de nadie más.

Cómo citar este artículo

Chicago:
Sánchez, Rosa Virginia. 2021. «La poética de Agustín Lara: otra mirada (3/3)». Sonus Litterarum. 30 de diciembre de 2021. https://sonuslitterarum.mx/la-poetica-de-agustin-lara-otra-mirada-3/

APA:
Sánchez, R V. (2021, diciembre 30). La poética de Agustín Lara: otra mirada (3/3) . Sonus Litterarum. https://sonuslitterarum.mx/la-poetica-de-agustin-lara-otra-mirada-3/


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Septiembre, 2021


La poética de Agustín Lara: otra mirada (1)

La poética de Agustín Lara: otra mirada (2)


Referencias

Referencias
1 En Despierta, la declaración amorosa se hace mediante un canto de serenata: “Deja que mis notas / vengan a arrullar / tus sueños dorados / tu dulce penar…”
2 Bolero de 1930 que se distingue por la versificación regular y el uso del verso de arte menor: cuartetas heptasilábicas. Estos dos elementos nos recuerdan a las coplas tan comunes en los sones mexicanos y otros géneros tradicionales latinoamericanos de raigambre hispana. En este mismo caso se encuentran el bolero Coplas guajiras (1936) y El adiós del marinero (1945), entre varias más.
3 Palomita (1929). La versión transcrita fue tomada del cancionero de Pável Granados (op. cit., p. 50), y puede escucharse con Ramón Armengod en https://www.youtube.com/watch?v=NeaSQm49OF0. Al igual que el ejemplo anterior, observamos regularidad en la versificación, además de incluir un elemento muy común en la lírica tradicional: el ave, en este caso una paloma, como el medio idóneo para el envío de mensajes entre los amantes.
4 Fox-trot de 1933, primera estrofa.
5 Fragmento de Amor fatal (1961), vals que al parecer sólo cuenta con la interpretación de Carmela Rey.
6 Bolero de 1954, que puede escucharse a través de interpretaciones notables, como las de Elvira Ríos y de Lupe Silva, en: https://www.youtube.com/watch?v=TCDO0dsd2LYhttps://www.youtube.com/watch?v=y-PZrO6B1yc, respectivamente
7 En este bolero de 1930 llama la atención, una vez más, la rima interna–consonante–, que en esta ocasión se presenta entre la palabra final de un verso y otra a la mitad del que le sigue; esto, en las dos últimas estrofas: escritas/exquisitas; locura/dura; embeleso/beso; notas/rotas. Rima que se entrelaza, además, con la rima final asonante de los versos pares, terminados en ó a lo largo de toda la canción.
8 En algunos casos el poeta llega a utilizar ciertas marcas que denotan rasgos de cierta exclusividad, como “ojos color esmeralda”, “negra cabellera”, “manos de nieve”, etc.
9 Oliviero Toro, 1930, apud. Pineda, op. cit., p. 17.
10 Versión de este fox-trot con Lupita Palomera en: https://www.youtube.com/watch?v=P3Je9aXsRL0.
11 Nótese en este bolero la recurrencia a la versificación regular (cuartetas endecasílabas) y el cuidado de la rima, en este caso, cruzada.
12 Primeras dos estrofas de las cuatro que componen este fox-trot.
13 Segunda estrofa de un bolero que ha sido poco interpretado. Otro ejemplo de versificación regular (en este caso de arte mayor: versos alejandrinos), en el que la voz poética parece ser femenina, lo que se destaca en la versión de Toña la Negra: https://www.youtube.com/watch?v=kDSoqStdIXo.
14 Primeras dos estrofas (de tres) de este danzonete, que corresponde a los primeros años creativos de Lara. Puede escucharse en YouTube, en la voz del cantante bogotano Víctor Hugo Ayala en: https://www.youtube.com/watch?v=P5iUeIRhLmg y en https://www.youtube.com/watch?v=GC7j1ayPfWc.
15 Castañeda, op. cit., 98.
16 Esta canción puede escucharse en YouTube, en el particular estilo de las Hermanitas Núñez: https://www.youtube.com/watch?v=w69eA-hX3BE. En el bolero Páginas rotas, transcrito más arriba, se observa la contradicción sentimental que sufre el amante en concordancia con esta dualidad “amor/dolor”: “quiero olvidarte, sacarte de mi mente, pero también quiero arrancarte nuevos juramentos”; “horas de tristeza/ratos de embeleso”; “el sabor de un beso mezclado al dolor”.
17 Bolero de 1933. Destacan las interpretaciones de Amparo Montes y Toña la Negra. La primera puede escucharse en: https://www.youtube.com/watch?v=IW7cV9_z-MY.
18 Bolero Buscándote, de 1941.
19 Del bolero Amor de mis amores (1934).
20 Del bolero Mi novia (1930).
21 Dos estrofas del fox-trot Espera en vano. La versión del propio Agustín acompañado de su piano se encuentra en: https://www.youtube.com/watch?v=5wHfVDeOIEc.
22 Fragmento de este popular bolero (aunque registrado en diversas fuentes como fox-trot), que puede escucharse en la voz de Lara en https://www.youtube.com/watch?v=lgfyO2TK27A, y en la de Toña la Negra, en el disco compacto Homenaje a Agustín Lara, Orfeon, 2003.
23 Fragmento de otro gran bolero, más tardío, de 1942, el cual también gozó de una enorme popularidad, que fue grabado por numerosos artistas, además de haber sido el tema que inspiró la película Distinto amanecer, de Julio Bracho (1943). Se recomienda escuchar la versión del cubano Ibrahim Ferrer en: https://www.youtube.com/watch?v=7ERlj2WSaL0.
24 En este ejemplo se resaltan con cursivas las referencias al “yo” masculino.
25 Versos de la clave Anhelos, también conocida como Si yo pudiera (1929).
26 Fragmento tomado de Granados, op. cit., p. 295.
27 Última estrofa de cuatro de este vals de 1934. Tomado de Granados, op. cit., p. 175. Se sugiere escucharlo en la voz de Rebeca.
28 Fragmento. Este ejemplo puede escucharse en las voces de Carmela Rey y Alejandro Algara.
29 Fragmento de este bolero de 1936. Puede escucharse en la voz de Toña la Negra en: https://www.youtube.com/watch?v=OkYQNG8vD9A.
30 Verso de la popular canción Santa.
31 Bolero tardío, de 1960, registrado como fox-trot en algunas fuentes, que puede escucharse en la voz de Toña la Negra en el disco compacto Homenaje a Agustín Lara. Toña la Negra, vol. I, Orfeon, o en: https://www.youtube.com/watch?v=kgSaX3qBg3w.
32 Este notable danzonete puede escucharse en la propia voz de Lara en: https://www.youtube.com/watch?v=9mhEBWYnpzI, y en la interpretación extraordinaria de las Hermanas Landín en: https://www.youtube.com/watch?v=_sRu3fSLZeM.
33 Monsiváis, op. cit.: p. 19.
34 Recordemos que las composiciones de Lara fueron criticadas, y hasta prohibidas, por diversos motivos, como: contraponerse a la construcción de la auténtica canción mexicana (Manuel Esperón); incluir en su temario a las “mujeres fatales” (la sep en 1936) y, algunas de ellas, por considerarse indecentes o blasfemas (la Liga de la Decencia).

35 Llama la atención que entre los numerosos géneros que Lara utilizó para el acompañamiento de sus canciones no incluye la habanera –género bailable, también de origen cubano–, como si deliberadamente quisiera alejarse de él.
36 La investigadora Vanessa Knights propone un enfoque muy interesante sobre la importancia del bolero, específicamente del bolero urbano de Lara, en la consolidación de la identidad nacional en los años posrevolucionarios. En aquella época –explica la autora– prevalecía un sentido de desarraigo y de ausencia de los lazos comunitarios previos entre los pobladores de una nueva clase social baja, resultado las grandes migraciones rurales a la capital mexicana. En este contexto, y como parte del proyecto de reconstrucción nacional, el bolero jugó un papel decisivo, ya que paradójicamente, éste apela a un discurso nostálgico de pérdida orientado, a la vez, hacia el futuro, como un producto de la imaginación moderna a través de su sonido urbano y cosmopolita (en “Modernity, modernization and melodrama. The bolero in Mexico on the 1930s and 1940s”, Contemporary Latin American Cultural Studies, Stephen Hart and Richard Young, eds. London: Arsenal Publishers, 2003).
37 Op. cit., p. 196. Más arriba ya quedó explicado que el poemario de Lara incluyó varios temas más, aparte del de la mujer y el amor.
38 Castañeda, op. cit., p. 98. En mi opinión, la mujer piensa, más bien, en el hombre que quisiera que la amara, porque el romanticismo de Lara apunta más hacia la fantasía y el deseo de la mujer que a un amor ordinario y ya realizado.
39 El conjunto de canciones que se refieren, directa o indirectamente, a la mujer cabaretera constituye un número muy reducido dentro del repertorio del músico poeta en cuestión. Estas son: Aventurera (1930), Fue así (1943), Imposible (1928), Mujercita (o Vendedora de amor) (1929), Pecadora (1947), Pervertida (1930), Te vendes (1950), Una cualquiera (1950), Vencida (1932) y, de manera más tímida, Cortesana (1930). Incluso, en sentido estricto, la famosísima canción Santa (1930) no entra en esta categoría, ya que debe esta connotación al contexto fílmico en que se dio a conocer, y no al contenido de su letra.

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